La brisa nocturna acariciaba el rostro de Lyra mientras se alejaba del bullicio de la celebración, acompañada por Orion. La luz de las estrellas parecía brillar más intensamente esa noche, como si estuvieran atentas a su conversación.
“¿Qué quieres decir con ‘guardiana estelar’?” preguntó Lyra, sintiendo una mezcla de asombro y ansiedad. “No soy más que una chica común del pueblo”.
Orion se detuvo y la miró fijamente. “Tu linaje es especial, Lyra. Eres descendiente de una antigua línea de guardianes que protegían el equilibrio entre los mundos. El poder que llevas dentro está esperando ser despertado”.
Lyra sintió un escalofrío recorrer su espalda. “¿Cómo sabes todo esto sobre mí?”
“Las estrellas me han guiado hacia ti. He sentido tu luz desde lejos”, respondió Orion con sinceridad. “Debemos comenzar tu entrenamiento esta misma noche. Hay cosas que necesitas aprender antes de que sea demasiado tarde”.
“¿Entrenamiento? ¿Qué tipo de entrenamiento?” cuestionó Lyra, intrigada.
“Primero, debemos acceder a tu conexión con las estrellas”, explicó Orion mientras señalaba hacia el cielo. “Mira esas constelaciones; cada una tiene un significado y un poder único. Necesitamos descubrir cuál es el tuyo”.
Lyra levantó la vista y se perdió en el vasto cielo estrellado. Las constelaciones brillaban como un mapa antiguo lleno de secretos esperando ser desvelados. Con un profundo suspiro, se concentró en una constelación en particular: **Lyra**, la que llevaba su nombre.
“Esa es la clave”, dijo Orion, notando su fascinación. “La constelación de Lyra representa la música y la armonía del universo. Tu poder podría estar relacionado con la capacidad de influir en los corazones y las mentes a través de la melodía”.
“¿Melodía? Nunca he sido buena cantando”, respondió Lyra, dudosa.
“No se trata solo de cantar”, aclaró Orion con una sonrisa. “Es sobre sentir la música que hay dentro de ti y usarla para conectar con los demás y con las fuerzas del universo. Vamos a intentarlo”.
Orion le pidió que cerrara los ojos y respirara profundamente. “Imagina que cada estrella es una nota musical, y al unirlas puedes crear una sinfonía”.
Lyra siguió sus instrucciones, dejando que su mente viajara entre las estrellas, visualizando cada punto brillante como parte de una melodía celestial. Con cada respiración, comenzó a sentir algo vibrante dentro de ella, como si las estrellas respondieran a su llamado.
De repente, una suave melodía comenzó a fluir desde su interior, resonando en el aire alrededor de ellos. Era como si el viento hubiera cobrado vida y comenzara a danzar al ritmo de su música.
“¡Eso es!”, exclamó Orion entusiasmado mientras escuchaba la canción que emanaba de Lyra. “Estás despertando tu poder”.
Lyra abrió los ojos, sorprendida por lo que había logrado crear. La melodía era hermosa y etérea; sentía cómo cada nota vibraba en su corazón y se extendía hacia el horizonte.
Pero entonces, un oscuro presagio cruzó por su mente. “¿Y si no puedo controlarlo? ¿Y si me pierdo en esta música?” preguntó con preocupación.
Orion se acercó más a ella, tomando sus manos entre las suyas. “Confía en ti misma, Lyra. La música es tanto una herramienta como un refugio; te guiará siempre que permanezcas fiel a tu corazón”.
Con esas palabras resonando en su mente, Lyra cerró los ojos nuevamente y dejó que la melodía fluyera libremente, sintiendo cómo sus temores comenzaban a desvanecerse en la luz brillante que emanaba desde dentro.
Sin embargo, justo cuando todo parecía perfecto, un estremecimiento recorrió el aire; una sombra oscura apareció repentinamente en el horizonte. Era como un velo espeso que cubría las estrellas.
“¡No puede ser!” gritó Orion mientras miraba hacia la oscuridad que avanzaba rápidamente hacia ellos.
“¿Qué es eso?” preguntó Lyra con miedo.
“Es lo que temíamos”, respondió él con seriedad. “La sombra oscura está aquí antes de lo previsto; debemos actuar rápido”.
Lyra sintió cómo el miedo intentaba apoderarse de ella nuevamente, pero recordó las palabras de Orion: *Confía en ti misma*. Con determinación renovada, tomó aire profundamente y dejó que la melodía fluyera una vez más.
Las notas comenzaron a brillar intensamente mientras resonaban en el aire, creando un escudo protector alrededor de ellos. La sombra oscura se detuvo momentáneamente ante esa barrera luminosa.
“¡Bien hecho!” exclamó Orion mientras observaba cómo la luz repelía la oscuridad. “Ahora necesitamos llevar esa luz hacia donde más se necesita”.
Lyra asintió con firmeza; sabía que este era solo el comienzo de una aventura mucho más grande. Juntos, se prepararon para enfrentar lo desconocido y proteger todo lo que amaban.
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