Después de aquel beso bajo las estrellas, Lyra y Orion se quedaron en silencio, sus corazones latiendo al unísono en la calma nocturna. La suave brisa acariciaba sus rostros, y el aroma de las flores luminescentes llenaba el aire con un toque de magia.
Lyra se giró hacia Orion, sus ojos reflejaban la luz de la luna. “Nunca imaginé que me sentiría así”, confesó con voz temblorosa. “Es como si todo lo que hemos pasado nos hubiera llevado a este momento”.
Orion sonrió, sintiendo cómo su corazón se expandía con cada palabra de ella. “Yo también lo siento. A veces pienso que nuestra conexión va más allá de lo que podemos entender. Es... profundo”.
Se acercó un poco más, y Lyra pudo sentir el calor de su cuerpo. La tensión entre ellos era palpable, como una cuerda bien tensada lista para romperse. Orion tomó una respiración profunda antes de hablar nuevamente.
“Lyra, desde el primer momento en que te vi, supe que había algo especial en ti. Tu valentía, tu luz... me inspiran”, dijo él, su mirada fija en los ojos de ella.
Lyra sintió mariposas en el estómago. “Y tú me has mostrado lo que significa ser valiente. No solo en la batalla, sino también en los sentimientos”.
Orion se inclinó hacia ella una vez más, esta vez con una determinación renovada. Sus labios se encontraron nuevamente, pero esta vez era diferente; había una mezcla de ternura y pasión que hacía vibrar todo a su alrededor. Lyra cerró los ojos mientras se perdía en el momento, sintiendo cómo el mundo exterior desaparecía.
Sus manos buscaron la calidez del otro; Orion tomó suavemente el rostro de Lyra entre sus manos mientras profundizaba el beso. Ella respondió entrelazando sus dedos en su cabello, sintiendo cómo cada caricia encendía una chispa dentro de ella.
El beso se tornó más intenso, como si cada uno estuviera intentando transmitir todo lo que no podían expresar con palabras. Era un intercambio de promesas silenciosas: protección, amor y un futuro juntos.
Cuando finalmente se separaron, ambos respiraban con dificultad, mirándose a los ojos como si estuvieran descubriendo nuevos mundos dentro de ellos mismos.
“¿Qué hacemos ahora?” preguntó Lyra con una mezcla de emoción y nerviosismo.
Orion sonrió ampliamente. “Ahora somos más fuertes juntos. Y sé que podemos enfrentar cualquier desafío que venga hacia nosotros”.
Lyra asintió lentamente, sintiendo que su corazón estaba lleno no solo de amor por él, sino también de una nueva determinación para luchar por lo que creían y por lo que sentían.
Mientras el viento suave continuaba acariciándolos, Lyra tomó la mano de Orion y juntos miraron hacia el horizonte iluminado por la luna, listos para enfrentar cualquier aventura que les esperara.
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