La noche caía sobre el campamento de los Guerreros de la Luz, y el ambiente estaba cargado de nerviosismo. Las hogueras titilaban en la oscuridad, proyectando sombras danzantes sobre las caras tensas de los guerreros que se preparaban para el inminente enfrentamiento con las fuerzas oscuras.
Lyra se sentó cerca de una de las hogueras, absorta en sus pensamientos. A su alrededor, los guerreros afilaban sus espadas y ajustaban sus armaduras, pero su mente estaba lejos, sumida en la incertidumbre. ¿Realmente ganarían al amanecer?
Orion se acercó a ella, notando su preocupación. “¿Estás bien?” preguntó, sentándose a su lado. Su voz era suave y tranquilizadora.
“Solo… me preocupa lo que vendrá”, admitió Lyra con un suspiro. “No quiero perder a nadie más”.
Orion tomó su mano entre las suyas, brindándole un poco de calor en la fría noche. “No estás sola en esto. Todos estamos juntos en esta lucha. Y yo estoy aquí contigo”.
Lyra miró a Orion a los ojos, sintiendo que su corazón latía más rápido. Había una conexión entre ellos que iba más allá de la amistad; cada momento compartido había creado un vínculo fuerte y especial.
“Gracias por estar a mi lado”, dijo Lyra con sinceridad. “No sé qué haría sin ti”.
Orion sonrió, pero había un brillo serio en sus ojos. “Siempre estaré aquí para protegerte. Te prometo que haremos todo lo posible para salir victoriosos”.
El silencio se instaló entre ellos, pero no era incómodo; era un momento íntimo lleno de promesas no expresadas. Sin pensarlo dos veces, Lyra se inclinó hacia él y lo besó suavemente en los labios. Fue un beso lleno de ternura y esperanza, una promesa silenciosa de que lucharían juntos.
Orion respondió al beso con suavidad, envolviendo su brazo alrededor de ella mientras el mundo parecía desvanecerse a su alrededor. Cuando finalmente se separaron, ambos sonrieron con complicidad.
“Eso fue… inesperado”, murmuró Orion, su rostro iluminado por la luz del fuego.
“Sí”, admitió Lyra, sintiendo que una nueva chispa había encendido su corazón. “Pero creo que necesitábamos ese momento”.
“Lo necesitábamos”, concordó Orion mientras le acariciaba suavemente la mejilla. “Independientemente del resultado de mañana, siempre quiero estar contigo”.
Lyra asintió, sintiendo una oleada de determinación renovada. Sabía que debía luchar no solo por su hogar, sino también por este nuevo amor que había florecido entre ellos.
La noche avanzó mientras los guerreros compartían historias y risas para mantener el espíritu alto antes del gran desafío. Pero en el fondo de sus corazones, todos sabían que el amanecer traería consigo una prueba aterradora.
Cuando finalmente llegó el momento de descansar, Lyra se acurrucó junto a Orion bajo las estrellas brillantes. Se sintió segura y protegida en sus brazos, lista para enfrentar lo que fuera necesario al amanecer.
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Espero de todo corazón que le esté gustando✨