El sol se alzaba sobre el horizonte, tiñendo el cielo de tonos dorados y naranjas. Era un nuevo día en el pueblo, y la noticia de que Lyra y Orion eran novios había recorrido cada rincón. Los murmullos de aceptación y alegría resonaban en el aire, mientras los habitantes celebraban la unión de dos almas que parecían destinadas a estar juntas.
Lyra se despertó con una sonrisa en los labios, recordando la noche anterior y la intensidad de sus momentos juntos. Orion estaba a su lado, dormido, con una expresión serena que iluminaba su rostro. Se inclinó hacia él y le dio un suave beso en la mejilla, sintiendo un calor agradable en su pecho.
Cuando Orion abrió los ojos, se encontró con la mirada radiante de Lyra. “Buenos días, hermosa”, dijo con una voz rasposa por el sueño. “¿Cómo te sientes hoy?”
“Como si todo fuera posible”, respondió ella, sintiendo que su corazón latía con fuerza. “No puedo creer que hayamos compartido esto con todos”.
“Lo hicimos porque somos fuertes juntos”, afirmó Orion mientras se sentaba en la cama, estirándose como un gato. “Y sé que no solo somos novios para el pueblo; esto es real, para nosotros”.
Lyra asintió, sintiendo cómo sus palabras resonaban en su interior. Habían pasado por tantas cosas juntos: desafíos, risas y lágrimas. Ahora estaban listos para enfrentar lo que viniera, mano a mano.
Después de prepararse para el día, decidieron salir a dar un paseo por el pueblo. La gente los saludaba con sonrisas y palabras amables; algunos incluso les ofrecieron felicitaciones sinceras. Lyra sintió una mezcla de felicidad y orgullo al caminar junto a Orion, quien parecía irradiar confianza.
“¿Te imaginas lo que dirán tus padres cuando les cuentes sobre nosotros?” preguntó Orion mientras se detenían frente a una panadería local, donde el aroma del pan recién horneado llenaba el aire.
“Mis padres estarán felices”, respondió Lyra con una sonrisa. “Siempre han querido verme feliz. Y creo que verán lo mucho que significas para mí”.
Orion sonrió ampliamente. “Eso es lo más importante, ¿no? Que nos apoyen y nos acepten”.
Mientras caminaban por las calles empedradas del pueblo, Lyra sintió cómo su conexión con Orion se fortalecía aún más. Hablaron sobre sus sueños y aspiraciones, compartiendo risas sobre anécdotas del pasado y creando planes para el futuro.
“¿Y si hacemos algo especial para celebrar nuestra relación?” sugirió Lyra con entusiasmo. “Podríamos organizar una pequeña reunión en casa y invitar a nuestros amigos y familiares”.
“Me parece una gran idea”, dijo Orion rápidamente. “Podríamos preparar algo delicioso juntos”.
La idea de cocinar juntos les emocionó a ambos. Se imaginaron riendo en la cocina mientras creaban platos exquisitos, rodeados de sus seres queridos.
A medida que avanzaba el día, decidieron visitar a los familiares de Lyra primero para compartir la noticia formalmente. Al llegar a su hogar familiar, los abrazos cálidos y las sonrisas llenaron la sala.
“Mamá, papá… tengo algo importante que contarles”, comenzó Lyra con un brillo en sus ojos.
“¿Qué sucede, hija?” preguntó su madre con curiosidad.
“Orion y yo somos novios”, anunció ella con orgullo. “Lo hemos dicho al pueblo y queríamos compartirlo primero con ustedes”.
La reacción fue instantánea: abrazos emocionados y palabras de felicidad llenaron la habitación. Sus padres expresaron lo contentos que estaban de ver a Lyra tan feliz.
Orion se sintió bienvenido entre ellos; era como si hubiera encontrado un nuevo hogar en esa familia amorosa. Las risas resonaron mientras compartían historias sobre su relación hasta ese momento.
Más tarde esa noche, después de una cena llena de risas y cariño familiar, Orion tomó la mano de Lyra mientras caminaban hacia casa bajo la luz de las estrellas. “Siento que hemos dado un gran paso hoy”, dijo él suavemente.
“Sí”, respondió ella mirando hacia las constelaciones brillantes sobre ellos. “Esto es solo el comienzo”.
Ambos sabían que había desafíos por delante; sin embargo, lo enfrentaría juntos les daba fuerza. Con cada paso hacia adelante, su amor florecía más profundamente entre ellos.
Al llegar a casa, se sentaron en el porche bajo el cielo estrellado. Las luces titilantes parecían reflejar la esperanza en sus corazones mientras compartían sus sueños sobre lo que vendría.
“Quiero construir un futuro contigo”, confesó Orion mirándola intensamente a los ojos.
Lyra sintió una oleada de emoción recorrerla al escuchar esas palabras; sabía que juntos podían lograr cualquier cosa. “Y yo contigo”, respondió sinceramente.
Con esa promesa flotando entre ellos bajo las estrellas brillantes, supieron que estaban listos para enfrentar cualquier aventura que les esperara en este hermoso viaje llamado amor.
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