El Susurro de las Estrellas

Capítulo 32: La Espera

Los días se convirtieron en semanas, y la emoción en la casa de Lyra y Orion era palpable. Cada mañana, Lyra se despertaba con una mezcla de ansiedad y alegría, sintiendo que el momento del nacimiento estaba cada vez más cerca. Su barriga había crecido considerablemente, y con cada movimiento del bebé, su corazón se llenaba de amor.

Una tarde, mientras estaban sentados en el sofá, Orion miró a Lyra con una expresión preocupada. “¿Estás segura de que estás bien? Te he notado un poco más cansada últimamente”.

Lyra sonrió suavemente. “Es normal, cariño. Estoy en las últimas etapas del embarazo. Pero estoy bien, solo un poco más ansiosa por conocer a nuestro hijo”.

Orion se acercó y acarició su barriga con ternura. “Lo sé. Solo quiero asegurarme de que estés cómoda”.

Decidieron hacer una pequeña escapada al parque cercano para despejar la mente. Pasearon por los senderos, disfrutando del aire fresco y la belleza del entorno. Observaban a las familias jugando y a los niños corriendo, lo que les llenaba de esperanza.

“Imagínate cómo será nuestro bebé corriendo por aquí”, dijo Lyra con una sonrisa.

“Y cómo lo cuidaremos mientras intenta escabullirse”, bromeó Orion, haciéndola reír.

Al regresar a casa, encontraron un paquete en la puerta: eran regalos de amigos y familiares que esperaban ansiosos la llegada del nuevo miembro de la familia. Lyra abrió uno de los paquetes y encontró una hermosa mantita hecha a mano.

“¡Mira esto! Es preciosa”, exclamó emocionada.

Orion observó cómo Lyra acariciaba la manta con cariño. “Está llena de amor”, dijo él. “Cada regalo es un recordatorio de cuánto nos apoyan”.

Esa noche, después de organizar los regalos y prepararse para el día siguiente, Lyra se sintió un poco inquieta mientras intentaba dormir. Los pensamientos sobre el parto comenzaban a invadir su mente: el dolor, la incertidumbre y el deseo de que todo saliera bien.

Orion se dio cuenta de que no podía dormir por su inquietud. Se sentó a su lado y le preguntó suavemente: “¿Te preocupa algo? Puedo sentirlo”.

“Solo… tengo miedo de lo desconocido”, admitió ella. “Quiero que todo salga bien para nosotros”.

“Es normal sentirse así”, respondió Orion mientras le acariciaba el cabello suavemente. “Pero recuerda que no estás sola en esto. Yo estaré contigo en cada paso del camino”.

Con sus palabras reconfortantes, Lyra logró calmarse un poco y finalmente se quedó dormida.

Los días continuaron pasando rápidamente, llenos de visitas al médico y preparativos finales. Un día, durante una consulta, el doctor les dijo que todo estaba perfecto y que podían esperar el parto en cualquier momento.

“Estén atentos a los signos”, les aconsejó. “Y no duden en venir si sienten algo inusual”.

Esa noche, mientras cenaban juntos, Lyra sintió un leve dolor en su abdomen. Al principio pensó que era solo una molestia normal del embarazo, pero luego sintió otro dolor similar.

“¿Estás bien?” preguntó Orion al notar su expresión.

“Creo… creo que podría ser algo”, murmuró Lyra con nerviosismo.

Orion se puso alerta inmediatamente. “¿Quieres que llamemos al doctor?”

“No sé si es necesario todavía”, respondió ella mientras intentaba calmarse.

A medida que pasaban las horas, los dolores comenzaron a hacerse más frecuentes e intensos. Finalmente, después de hablar con el médico y recibir instrucciones claras sobre cuándo ir al hospital, Lyra supo que era momento de actuar.

“Es hora”, dijo ella con determinación mientras miraba a Orion.

La adrenalina comenzó a fluir mientras ambos se preparaban para salir. Orion ayudó a Lyra a vestirse cómodamente y tomó la bolsa preparada para el hospital.

En el camino hacia el hospital, ambos intercambiaron miradas nerviosas pero emocionadas. Era el comienzo de una nueva aventura.

Al llegar al hospital, fueron recibidos por el personal médico que los guió hacia la sala de parto. La realidad comenzaba a asentarse: estaban a punto de dar la bienvenida a su hijo al mundo.

Lyra miró a Orion con los ojos llenos de amor y miedo al mismo tiempo. “Estoy lista… creo”.

“Yo también lo estoy”, respondió él apretando su mano con firmeza mientras cruzaban juntos esa puerta hacia lo desconocido.

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Casi nos acercamos al final de esta hermosa historia 🌌💗



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En el texto hay: juvenil, magia, fantasía ficción

Editado: 19.04.2025

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