El Susurro De Las Hojas De Sombra, Volumen 2: Convalecencia

Capitulo 14-44: Gritos De Agonía

*DORIAN*

Ya había pasado un día entero y era el segundo día desde que terminó el examen. Todos volvimos a buscar en el bosque, y los Descendientes también ayudaron gracias a las súplicas de Trevor.

Los chicos ayudaron, las amigas de Trevor también. Layra y Trevor estaban evidentemente asustados con cada acción que realizaban. Esto ya había ocurrido una vez cuando ellos no estaban, pero ahora, al vivirlo, su miedo se convirtió en horror y pánico cuando no lo encontramos.

Supimos la causa de la explosión. La Descendiente Ricci había ido a encargarse de la bestia, pero esta era enorme, como un tipo de gusano de tierra, creando túneles. Cuando oímos sobre los túneles, empezamos a recorrer cualquiera que hubiera, ya que había colapsado con la explosión de la bestia.

Cuando la Descendiente Ricci la eliminó, algo en su interior, algún tipo de gas, hizo que estallara, creando una gran explosión. La bestia, al ser enorme, hizo que la explosión fuera peor.

Todos los agujeros creados por la bestia fueron tapados. Encontramos el cuerpo de un profesor debajo de una roca. Cerré los ojos y recé por él.

Altea ya no podía sostenerse a sí misma, y no podíamos dejar sola a Elowen, ya que Altea se quería unir a la búsqueda, pero se lo prohibimos.

Cerré los ojos y recordé la insistencia de Altea. "Es mi hijo también, Dorian. Soy su madre y es mi responsabilidad, así que yo también lo buscaré", gritaba enojada cuando Sara la detuvo y se derrumbó llorando.

"Sara, por favor, no dejes que se vaya", le pedí. Luego le pedí a Nora que se quedara con ella, y aceptó hacerlo.

Encontramos más cadáveres que pertenecían a las bestias que murieron en la explosión. Solo 70 estudiantes sobrevivieron y los demás fueron bajas, esperando encontrar a los cinco faltantes. Rezaba que mi hijo fuera uno de ellos.

Dios, por favor, déjame encontrarlo, recé en silencio. Me estaba rindiendo, me sentía cansado.

Anoche me escabullí para seguir buscando, pero no encontré nada.

¡DIOS, DÉJAME ENCONTRARLO! NO PUEDO PERDERLO ASÍ, recé una vez más, pero más fuerte.

Ya era más de mediodía.

Estamos a media hora del último agujero creado por la bestia, rezando para encontrarlo ahí. Solo su cuerpo, por favor, solo eso te pido.

Como si realmente me escuchara, gritos de auxilio se oyeron en dirección a donde íbamos.

Giré mi cabeza y miré a cada uno de nosotros. Nuestros ojos brillaron de esperanza. Corrimos hacia ahí y encontramos a cuatro niños corriendo a toda velocidad.

Nos vieron y se pusieron felices pero, a la vez, desesperados. Nos topamos con ellos y la niña que estaba con Therius cayó al suelo con fuerza. El niño que estaba con ella la levantó.

Vieron a un lado de mí, se fijaron en Atheria y Trevor. Sus ojos se abrieron con prisa. La chica trató de hablar y las gemelas también cayeron al piso. Los cuatro estaban sin aliento.

Tragaban y tragaban aire. Les ofrecimos agua y se la bebieron toda. La chica intentó hablar, pero aún le faltaba aire. "Therius, mi hijo, ¿dónde está?" Algo hizo clic en ella cuando lo nombré y me vio con horror.

Miré sus ojos y los míos empezaron a llenarse de lágrimas. La niña apuntó hacia la cueva. "A-a-ahí... Rápido", le costó hablar. "¿Ahí qué?" Les pregunté.

El chico trató de hablar ahora. "Sí, el, Therius... Se quedó atrás, rápido, lo más rápido que puedan... Una hora o más, una hora o más llevamos corriendo desde que nos alejamos de él. Bestias, se quedó peleando con una gran cantidad de bestias. Él nos dio tiempo de escapar". Mi estómago se hundió hasta donde no pudo cuando terminó de hablar.

Vi a Trevor correr a toda velocidad y los demás también lo hicieron. "Descendientes, llévense a los niños y atiéndalos. Yo me quedo con LEVIATÁN", Cassian les ordenó a las otras dos y se llevaron a los niños volando.

"Vamos, señor Emwind, su hijo está en peligro. Yo lo llevo", me dijo y me alzó en el aire, adelantándonos a todos. No miré hacia atrás y dejé que me llevaran.

Estuvimos volando durante un rato cuando el olor a muerte y sangre se empezó a notar cada vez más. Rugidos y aullidos se escuchaban.

Cassian creó proyectiles de metal y los lanzó hacia las bestias. Me soltó y corrí detrás de él. Lancé un sinfín de cuchillas de viento, matando a las bestias que estaban ahí mientras corría.

Algunas cayeron, dejándome ver una figura negra en el centro de todo. Miró en mi dirección y luego se desplomó.

En ese corto tiempo, pude saber quién era. "¡Aetherius!", grité. "¡HIJO!" Mi voz se quebró mientras corría y más de una vez caí y rodé.

Cassian se encargó de las bestias que nos rodeaban. Abracé a mi hijo, a mi muchacho. Su cuerpo estaba bañado en sangre, tanto que no pude reconocerlo.

"Hijo, despierta, por favor, despierta", le rogué, pero no me respondió. Me acerqué a su pecho y escuché latir su corazón, pero sus pulmones estaban mal.

Pude sentir más de un hueso roto. Lloré durante mucho tiempo con mi hijo en mis brazos.

La última vez que lo miré, solo tenía heridas en su brazo y piernas por las heridas previas del acantilado. Pero esta versión era horrible.

No pude manejarlo. Mi cuerpo cansado y mi mente colapsaron. "¡Papá!" Escuché la voz de Trevor mientras me agarraba para evitar que cayera.

"Papá, tranquilo, duerme, yo me encargo", escuché su voz y mi mundo se apagó.

******

*TREVOR*

Vi a papá volar con el señor Cassian, nos adelantaron. Corrimos tanto como pudimos y tan rápido como nuestras piernas nos lo permitieron. Tardamos casi 40 minutos en llegar. La sangre inundaba la gran cueva, con su olor a podrido y a hierro, y el calor envolvía todo el lugar.

Corrimos un poco más y las bestias estaban mutiladas, amontonadas unas sobre otras. "Mierda, creo que serían unas docenas o más, tal vez, pero esto supera cualquier cosa", dijo Celia.

Seguí corriendo. Una bestia aún estaba viva dentro de la montaña de cuerpos y la hice explotar antes de continuar. Encontré al señor Cassian enfrentándose a las bestias, y Atheria se adelantó para matar algunas más que seguían apareciendo, junto con los demás.



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En el texto hay: lucha, sangre y muerte

Editado: 16.12.2024

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