Somos instantes dentro de una lógica irreverente, extraña y completamente divertida, para quien maneja el juego.
Hay cosas en la vida que no le cuentas ni a tu sombra, irreverencias, secretos, mentirillas, y todo lo que debes solo reservar para los casos de emergencia, esos materiales de chantaje.
Decidí jamás contar de ti, si tú nunca decías de mí. Y nos escondimos, entre los árboles, en los secretos de otros, en el nuestro, en nuestras miradas; y es por eso, que nunca terminamos de ser, lo que no éramos. Solo fuimos un susurro de esos, que cuando llega el momento, se gritan solos.