Somos pobres siervos, esclavos de la tal cara y preciada dopamina. ¿No sabes lo que es? Deberías saberlo, ya que es ella quien teje los hilos de tu existencia.
¡Inocentes, los que no lo comprenden! era una ilusión eterna. Su ilusión eterna.
El sonido incesante del día; un murmullo constante que envuelve el aire ¿o es simplemente el eco del miedo? Los pasos retumban por los pasillos, pesados, implacables, como si cada uno de ellos estuviera marcando el compás de una tragedia aún no escrita. Y entonces, en el horizonte de esa rutina inquebrantable, aparecen las sombras. ─ ¿Qué pasa? ¿Qué son esas figuras? ─ la inquietud se contagia rápidamente entre los chicos, como una niebla que los envuelve.
Alguien, algo, pasa desapercibido en la multitud, ajeno a la tensión que se gesta. ¿Acaso nadie lo nota? Si hubieran entendido lo que representaba esa figura, tal vez no habrían tenido que pagar el precio de su ignorancia con sus propias vidas... pues, "todo el mundo pertenece a todo el mundo." (Huxley, 1932, página 63)