El susurro del fin

NOVEDADES

Han pasado días, semanas quizá.

Ha pasado tiempo desde la muerte de Natasha y de Sol. Terminaron por concluir que como en el sótano había un leproso, Natasha puede que también haya sufrido por lo mismo. En el grupo hablaban menos y observaban más, algunos no dormían temerosos de que algo ocurriera, una cosa estaba clara, la fábrica ya no era segura.

—¿Otra vez madrugando? —La voz de Jackson interrumpió los pensamientos de Jane. Tenía una sonrisa tranquila y dos tazas de café entre sus manos.

—Es difícil dormir cuando sientes que todo se va a romper en cualquier momento — respondió Jane, aceptando la taza.

Se sentaron juntos en uno de los sillones de la sala.

—Claro, claro... reunión romántica matutina, qué sorpresa —dijo Axel entrando.

Jane se tensó automáticamente. Jackson giró los ojos.

—¿Otra vez tú?

—¿No se supone que todos nos turnábamos para vigilar la entrada? —preguntó Axel, sin siquiera mirarlos—. Pero claro, ustedes están ocupados con... cosas más importantes.

Jane no dijo nada, sólo se levantó y se fue mientras el pelirrojo la observó irse en silencio.

— ¿De verdad tenías que venir con eso? —le preguntó cuando quedaron solos. Inclinó su rostro hacía atrás suspirando.

—¿Qué? Solo dije lo que vi.

—A veces no es necesario decirlo todo.

Axel se desplomó en el sillón donde antes estuvo Jane.

—No sé qué me pasa con ella. Me enoja solo verla.

Jackson lo miró con una media sonrisa.

—Sí... sueles enojarte con todo lo que te importa.

—Eh... a veces no es necesario decirlo todo, ¿recuerdas?

—Sí, claro— resopló Jackson levantándose y dejando la taza en la mesa.

Axel, quien era de los que no veían más allá de su ego se quedó pensando por un momento, quizá la armadura que se creó se estaba rompiendo, aunque él no se dio cuenta.

Las cosas estaban lejos de calmarse. Todo seguía puntual, patrullas y salidas semanales. Nadie hablaba de Natasha. Nadie hablaba de Sol.

Cayó la noche, no se oía más que el viento rozando el rostro de Jane que estaba asomada en la ventana de la sala de reuniones.

—Si te escondes demasiado me voy a preocupar. —Jack la encontró y se limitó a verla mientras estaba apoyado al marco de la puerta.

Ella volteó a verlo un poco.

—No me escondía...

Jack se sentó a su lado sin pedir permiso, dejando un espacio entre ambos.

—Claro que no. Solo te apartas del mundo... un rato eterno.

—Todos duermen... pensé que los narcisistas como tu sólo salían de día.

—Auch...—se llevó la mano al pecho indignado— Al parecer estás tomando confianza... —Quizá.

—A veces me pregunto qué te pasa por la cabeza —dijo Jack, bajando un poco la voz—. Es como si tuvieras mil cosas que decir, pero no quisieras dejarlas salir.

Jane se sorprendió y abrió un poco los ojos por esa observación.

—Buenas noches, Jane —dijo Jack al ponerse de pie. Antes de irse, se inclinó hacia ella—. Ah, y si te aburres, siempre puedo venir a hacerte compañía... o a fastidiarte, tú eliges.

Ella no respondió, pero la pequeña sonrisa que se le escapó cuando él se fue, bastaba.



#722 en Thriller
#264 en Suspenso

En el texto hay: darkromance, thirller, enemy to lovers

Editado: 19.08.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.