El susurro del fin

YO SI TE RECUERDO

"Bordes de delirio, Y la cordura,

Oscila entre la sensación de confusión

Y la palabra, Mi palabra

Claro igual está el silencio,

Ya herramienta para pensar

O simplemente

Alguna base de placeres,

Por supuesto, Para escapar"

Estaba empapado. La estación de autobuses parecía más gris de lo normal. El viento le pegaba en la cara como si lo castigara por haber olvidado el paraguas. Era un chico flaco, con su traje mojado, el cabello pegado al rostro, y la mirada clavada en el suelo.

Entonces, una sombra se detuvo frente a él.

¿Estás bien?

Era una voz dulce. Alzó la vista y la observó. Era una chica de tez clara, el cabello negro, ella no estaba mojada, pero al acercarse se alejó de su paraguas. Las gotas deslizaron por sus mejillas, pero no le importaba, no... parecía hasta triste por el chico.

Antes de que pudiera responder, ella extendió su paraguas ofreciéndoselo.

—Toma. No me gusta cargar con cosas.

—Pero... vas a mojarte.

—Me gusta la lluvia.

Y se fue.

Así, sin más. Como si nada. Pero para él, fue todo.

No volvió a verla. No sabía su nombre. Hasta meses después, y ahí comenzó todo.

La lluvia caía por la ventana y hacía que recordara esos días.

—Esta vez habrá rotación de grupos—anunció Noah yéndose a la pizarra— Enzo y Jack, verán las entradas, no salgan, aunque llueva y los zombis no salgan puede ser peligroso.

Hay que tenerle más miedo al vivo que al muerto.

—Mackenzie, irás conmigo hoy. ¿te parece bien? Iríamos al piso superior.

Sólo asintió. Noah sonrió, volvió a ser el mismo chico calmado con su sonrisa amable de antes. Por fin se sentían que las cosas mejorarían tras la muerte de Natasha y Sol. Esta vez Enzo dio las indicaciones:

—Axel y Jane monitorearán la biblioteca y habitaciones cerradas. Por último, Hans y Finn harán inventario. ¿les quedó claro lo que deben hacer?

Todos asintieron y fueron a realizar sus tareas asignadas.

Él... él, que había construido un imperio de mentiras, secretos y muerte, lo había hecho todo con una sola imagen grabada en la mente: ella caminando bajo la lluvia, sin mirar atrás.

"Yo sí te recuerdo, Mackenzie".

—El trabajo está listo, Sr. Lawrence.

—Todo va según lo planeado... Si estuviéramos en la época de los nephil... Ellos no hubiesen durado.

—Años de experimento para al final no ser aceptado, su derrota me pesa a mí por igual. Si su tesis no fue aprobada...

—No será en vano los años de experimento.

Lawrence a sus 23 años descubrió lo que podía ser el invento revolucionario para que la sociedad fuese mejor, pero fue rechazado, Lawrence con todo ese rencor construyó un arma aún más letal. Tuvo un hijo, el pequeño a sus 16 años comprendió el peso del gran trabajo de su padre, debía detenerlo, y cuando lo intentó su padre lo hizo cómplice. Si él caía, su hijo igual. Y así se calla al cordero.

—Te advertí sobre los efectos secundarios.

—Se les pasará—dijo Lawrence evitándola, era otra de sus ayudantes. Stelle. —Es por ello que sólo produciremos esto aquí, por seguridad, ya sabes—se acercó a Stelle y la tomó por los hombros mientras la miraba—. Será un éxito. Como en los viejos tiempos—Sonrió.

El cielo no colaboraba, era gris, gritaba que algo estaba mal. Mientras ajustaba el cierre de su chaqueta, Mackenzie no podía ignorar la tensión. Ni entre los que se quedaban, ni entre los que salían. Desde la muerte de Natasha y la desaparición de Sol, nadie era del todo el mismo. Todos habían cambiado, aunque algunos lo escondían mejor que otros. Afuera, el frío los recibió como una advertencia.

Aunque lo hizo por meses, patrullar la fábrica nunca dejaba de sentirse extraño. Ella alumbraba cada rincón como la primera vez, Noah sólo la observaba.

—¿Cuánto tiempo crees que podemos seguir aquí? —preguntó Noah, rompiendo finalmente el silencio.

Mackenzie no se detuvo, pero respondió:

—No lo sé. Tú eres el líder ¿por qué me preguntas a mí?

—¿Te da miedo que nos encuentren?

Ella se giró ligeramente para mirarlo por encima del hombro.

—¿A ti no? —enarcó una ceja, por fin viéndolo.

—Me da más miedo que no podamos hacer nada para evitarlo.

El silencio volvió.

— ¿Qué haces aquí, Noah? —preguntó, sin mirarlo. Mientras observaba unas repisas.

—Patrullando —respondió sin dudar.

—No. Aquí. Con nosotros. No pareces del tipo que necesita un grupo.

Noah se enojó, aunque su mirada se endureció.

—Tal vez me quedé por alguien.

Mac se detuvo en segundo.

—¿Alguien?

—Olvídalo —dijo él enseguida, caminando más rápido.

"Si ese alguien es real, entonces murió. Aunque no lo vi muy afectado por la muerte de ninguna"

Pensó Mackenzie.

—Es curioso —dice Noah mientras observa el entorno—. Todos esperan que las cosas mejoren, como si fuera automático. Pero no es así...

—¿A qué te refieres? —pregunta Mackenzie sin mirarlo aún.

Las cosas buenas no suceden solas —responde él, casi como si lo dijera para sí mismo, con la mirada perdida. Ella se tensó.

—¿Qué dijiste? —su voz temblaba.

—¿Te encuentras bien? — posó su mano en la frente de Mac— No te ves bien, si quieres ve a descansar... yo puedo continuar.

—No, no... estoy bien

Sacudió su cabeza y siguió observando el lugar. Todo calzaba, o era sólo una conjetura...

Cayó la noche.

Reunión.

Charla.

Administración

Y adiós.

—Es costumbre el que estés acá. Tanto que si no lo estás me siento triste.

Finn estaba allí, apoyado en el marco de la puerta.

—¿No puedes dormir? —responde Mac.



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En el texto hay: darkromance, thirller, enemy to lovers

Editado: 19.08.2025

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