NARRA DALTON
—La noche de Halloween no siempre fue la noche más peligrosa del año —dice—. Antes del colapso, era solo una celebración. Disfraces, dulces, películas de terror. Nadie creía en nada. Solo los que practicaban magia… y ni siquiera entre ellos se tomaban en serio.
Su voz es baja. Tensa. Como si cada palabra le costara años.
—Tu madre… mi hermana… era distinta. Sensible. Veía cosas. Escuchaba cosas. A veces decía cosas que se hacían realidad. En ese tiempo la llamaban médium. Pero no sabían lo que eso significaba.
Me quedo en silencio. El aire se vuelve más frío. El sótano parece más profundo.
—La última noche de Halloween, ella descubrió que a sus 33 años estaba embarazada. Apenas dos semanas. Estaba feliz. Ilusionada. Pero algo cambió.
Gael se levanta. Camina hacia una caja. La abre. Saca una foto. Mi madre. Joven. Sonriente. Con un hombre a su lado.
—Tu padre —dice—. Nadie sabía que él practicaba magia negra. Que creía en cosas que ni los demonios querían tocar. Esa noche… ofreció el fruto de su vientre al demonio.
Mi garganta se cierra.
—¿A mí?
Gael asiente.
—Nadie sabe qué ocurrió exactamente. Solo que hubo un enfrentamiento. Tu padre murió. Tu madre quedó en estado vegetal. Y nueve meses después… tú naciste. Ella murió en el parto. Y poco tiempo después… el mundo cambió.
Me cuesta respirar.
—¿Crees que yo…?
—Creo que tú eres la única que puede evitar que se repita. Porque no es normal que los fantasmas se alíen con los demonios. No es normal que te llamen por tu nombre.
Escuchamos un golpe fuerte en el piso superior de la casa. Gael se tensa.
—¿Escuchaste eso?
Otro golpe. Más cerca.
—No puede ser…
Subimos. La casa está oscura. El pasillo vibra. Las paredes parecen respirar.
—¡Alguien metió fuentes espectrales aquí! —grita Gael—. ¡Prepárate o no sobreviviremos!
Una puerta se abre sola. El espejo del baño se agrieta. Una sombra cruza el pasillo. No camina. No flota. Se arrastra.
—¡Nivel 2! ¡Posible Hostil!
—¡No tengo armas!
—¡Usa tu voz!
El espectro se lanza hacia mí. Grita. Pero no con voz. Con imágenes. Veo a mi madre. Veo a mi padre. Veo sangre. Veo fuego. Gael lanza sal. El espectro se retuerce. Otro aparece. Luego otro.
—¡Son muchos! ¡Demasiados!
La lámpara explota. El suelo tiembla. El aire se llena de susurros.
—¡Dalton! ¡Escucha! ¡No respondas si te llaman!
Pero ya lo hicieron.
—Dalton… —dice una voz. No humana. No muerta. Algo entre ambos.
¡no respondas! ¡no respondas! Me repito mientras me agacho cubriendo mis oídos con mis manos.
—Serás mía —. Murmura una corriente de aire en mi cuello.
#16 en Terror
#57 en Paranormal
demoniosyhumanos, profesias sobrenatural, hallowen fantasmas
Editado: 14.10.2025