Sarah y Faina sonrieron al verla bajar las escaleras, a pesar de que el vestido verde que habían elegido era más extravagante de lo que Alissa solía usar, no podía negar que era precioso.
Su cabello caía en gruesas ondas por su espalda, dándole un toque más juvenil, no traía demasiado maquillaje en el rostro, pero aún así se las había arreglado para que sus ojos resaltaran.
─Te ves preciosa, Lissa─su madre la ayudó a terminar de bajar la escalera─, ¿a qué hora dijo Kyle que vendría por ti?─Alissa miró el reloj.
─Ya no debe tardar, faltan cinco minutos para las ocho─sonrió antes de mirar a su madre y a su abuela nuevamente─, se ven increíbles.
Y era verdad.
Sarah se había puesto un vestido rosa pálido que le entallaba a la perfección, mientras que Faina usaba un vestido negro que la hacía ver muy elegante, ambas llevaban el cabello recogido en un moño alto.
El timbre sonó haciendo que su estómago se revolviera un poco, aunque no quisiera decirlo en voz alta, estaba nerviosa.
─Wow, te ves... wow─fue lo primero que Kyle logró decir en cuanto entró a la mansión─, yo... esto... buenas noches, señoras Saintcox.
Antes de que Faina pudiera contestar, la voz de Will inundó la habitación.
─Manos donde pueda verlas, Roadlight.
─Papá...─el tono de Alissa salió en forma de advertencia.
─Escucha chico─se acercó a Kyle─, me agradas, eso es cierto, pero cuando se trata de mi pequeña...─se detuvo y lo señaló con un dedo en forma amenazante─, sí me entero que le haz tocado, aunque sea un cabello, yo...
─No se preocupe, señor Saintcox, sería incapaz de hacer algo que pudiera faltarle el respeto a Alissa─la miró y sonrió─, ella lo sabe y usted también debería saberlo.
─Pues vale, familia─Alissa entrelazó su mano con la de Kyle─, nosotros nos vamos, los veremos allá.
─Cuidala muchacho.
─No tiene que pedirlo, Señor.
Salieron de la mansión y se encontraron con un auto que, aunque era pequeño, se veía bastante lujoso.
─No pude conseguir alguien que manejara, así que tendré que conducir, sé que no es tan elegante...
─No importa─le sonrió─, me conoces, sabes que no me importan ese tipo de cosas.
Se subieron al auto y, después de veinte minutos, llegaron al lugar donde era la fiesta, un arco dorado adornaba la puerta de entrada y, en el suelo, habían dibujadas algunas runas que Alissa no pudo reconocer.
En cuanto estuvieron adentro, la voz de Connor llegó hasta sus oídos.
─Manos donde pueda verlas, Roadlight.
─También es un gusto verte, Tay─frunció el ceño─, ¿dónde está Leyla?.
─Fue al tocador a ayudar a su madre, Altair es una bebé un poco... inquieta.
Alissa sonrió y miró como Eithan se acercaba a ellos con Elena caminando junto a él.
─Vaya, Lissa, te ves hermosa.
─Gracias, Eith, lástima que no pueda decir lo mismo de ti─dijo sólo para picarlo─, aunque sí que puedo decirlo de tu acompañante, ese vestido te queda precioso, Elena, resalta tu cabellera pelirroja.
─Gracias, Alissa, lo mismo para ti, el verde es definitivamente tu color─sonrió con amabilidad.
─Vale, me he perdido.
─Pues ya somos dos.- murmuró Kyle.
─¿No era que ustedes se odiaban?, no podían ni estar en la misma habitación sin mirarse como dos perros rabiosos.
Las chicas se encogieron de hombros.
─Me gustaría poder hablar contigo más tarde, Alissa, si no es molestia, por supuesto.
Alissa intentó no parecer demasiado sorprendida.
─No hay problema, Elena, seguro que podemos encontrar un momento para hablar.
Se sonrieron antes de ser interrumpidas por una señora hablando por el micrófono.
─Si fueran tan amables de brindarme su atención─los murmullos en el lugar se apagaron enseguida─, bienvenidos al baile de eminencias, éste año, el señor Saintcox a accedido por fin a dar el discurso de inicio, así que por favor demosle un fuerte aplauso.
Honorat subió al escenario con una sonrisa en el rostro y tomó el micrófono.
─Bienvenidos, me alegra saber que celebramos éste baile en diferentes condiciones que la última vez, aunque me temo que los riesgos no se han acabado─algunas personas asintieron levemente ante sus palabras─, los Kayrells fuimos creados para cumplir con objetivo que al principio no tenía que ver con nosotros, pero ahora, estando frente a ustedes, puedo asegurarles que es nuestra lucha más que nunca─sonrió─, sólo puedo pedirles que disfruten ésta noche y se diviertan antes de volver al trabajo.
Los aplausos inundaron la habitación y Alissa sonrió complacida con las palabras de su abuelo.
─Vaya, tu abuelo si que sabe cómo expresarse.
─Es un Saintcox, lo llevamos en la sangre.
─No sabía que fueras tan presumida─Kyle le sonrió divertido.
─Hay mucho que no sabes sobre mi.
─Espero poder averiguarlo todo.