Yuridia suspiró frente a la puerta y apretó el timbre, esperó y no salió nadie, volvió a timbrar y ésta vez abrió la puerta del padre de Guillermo.
-Yuri pasa, que gusto verte, los chicos están en el cuarto viendo películas-. Sonó el piano, ambos se miraron.- Creo que me equivoqué, adelante estás en tu casa.
-Gracias señor, y es un gusto verlo también.
Yuridia abrió la puerta y vió a su amigo tocando con la mirada fija en el teclado.
-¿El amor es triste?, ¿es en serio?-. Guillermo interrumpió de golpe y miró a su amiga con sorpresa.
-Yuri, ¿qué haces aquí?
-Vengo de apoyo, ya me enteré de la nueva tontería de mi amiga-. Se acercó y le tocó el hombro.- ¿Cómo te sientes?-. Guillermo agacho la cabeza.- Lo sé, ésta vez sí se pasó-. Yuri abrazó la cabeza a su amigo.
-Debí ser más cuidadoso.
-No es culpa tuya, Chantal busca cualquier pretexto para llamar la atención, le encanta hacerse la interesante, ya la conoces.
-¿Qué debo hacer?, ¿debería llamarla?
-Eso no, deja que ella sea la primera en buscarte, ella tiene que aprender a limpiar el desorden que hace.
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La señora Cristina tocó la puerta del cuarto de su hija, tenía una bandeja de palomitas caseras y pepinos con bastante chile en polvo, limón y sal.
-Hija, ¿puedo pasar?
-Preferiría estar sola, no tengo ganas de ver a nadie mamá, no estoy de humor.
La señora abrió la puerta y entró, puso la bandeja en la silla que estaba cerca del espejo.
-Bueno señorita, ésta es mi casa, así que puedo pasar a dónde quiera cuando quiera, además la privacidad es para los que aportan en la casa, y tú no lo haces mucho. Ahora dime ¿Qué pasó? Llegaste muy deprisa y Yuri salió enfadada, ¿qué le hiciste?
Chantal estaba acostada boca abajo, y ante la pregunta de su mamá se sentó de golpe con las piernas cruzadas.
-¿Qué te hace pensar que yo le hice algo?
-Bueno, te conozco bien, y a veces dices cosas que no deberías.
-Mamá, se supone que deberías estar de mi parte.
-Si te estás equivocando, olvídalo, debo educarte con principios, aunque eso gane que me odies aún más.
Con la cabeza hacia abajo dijo débilmente.
-Yo no te odio.
-Bueno, entonces dime que pasó, Yuridia no es de las que se enojan así porque sí, ese es tu papel.
-A ella no le hice nada, tuve un problema con Guillermo y ella se puso de su parte.
-¿Otra vez pelearon?, bueno, Memo y Yuri llevan más tiempo conociéndose, deberías entenderla, ya se les pasará a los dos y seguirán siendo amigos como siempre, te traje tus botanas favoritas, así que comételas todas, estaré en mi cuarto, tomaré una siesta, o ¿prefieres que vayamos a la plaza por una nieve de garrafa?
-Paso, me quedo aquí, no tengo ánimos de salir.
Sonó el timbre.
-¿Quién será?
-Si es para mí diles que ya me morí.
-Eres una exagerada-. Le dio una ligera palmada en la cabeza, logrando que Chantal se volviera a tumbar en la cama.