Hace más de dos milenios Jofiel se encontraba resguardando la tumba del Teleo cuando sintió que energías malignas provenían del interior, tenía que actuar inmediatamente, no tenía el tiempo para avisar a sus hermanos que estaban guiando a los compañeros del Teleo.
Al ingresar en la tumba sintió una maldad que sofocaba el aire, el Teleo corría peligro de ser atrapado en su transición de muerte a la divinidad así que Jofiel como guardián ingresó al infierno.
Ahí estaba el Néfesch de Jesús aferrándose al Omnes, peleando contra los arcángeles de Luzbell. Amy, Astaroth, Mephistopheles y Lilith atacaban al Néfesch, Jofiel se apresuró para rescatarlo pero sintió un ataque, Leviathán lo había golpeado, se preparó para contraatacar y llamó a sus hermanos para cumplir con la misión.
En un santiamén llegaron sus compañeros para defenderlo, el Néfesch ahora se defendía de demonios con menor rango, una dura batalla se disputó en el infierno, los ataques eran mortales, la energía de los arcángeles de Dios estaban perdiendo su energía vital, Jofiel pudo ver que al momento que se agotaba la energía de sus hermanos, Baal quiso apoderarse del Omnes.
Le mandó un mensaje a sus compañeros, inmediatamente los arcángeles de Dios miraron hacia el Néfesch que iba a ser atacado por su hermano arcángel. Jofiel atrapó al Alma que se aferraba al Omnes más que a nada. Con un grito desesperado ensordeció a los demonios, tomó el Omnes y lo aventó hacía el abismo del infierno.
Samuel aceleró el vuelo para atraparlo mientras que los demonios la seguían para apoderarse del Omnes, Zadquiel, Uriel, Miguel y Gabriel protegían al Néfesch. Samuel al usar toda la energía que le quedaba evadió al ejercito de demonios que incrementaban, al entregarle el Omnes al Néfesch los arcángeles vieron que su hermano Jofiel les lanzaba un ataque, de pronto una luz cegadora invadió el infierno y el ejército llegó, ángeles custodios salvaguardaron la escapatoria de los arcángeles.
Al ver a los ángeles Jofiel lanzó un último ataque a los demonios, la cabeza del Leviathán cayó, esto despertó la furia de Luzbell que con un ataque mortal le dio fin a su vida.
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-Eso aclara las cosas-. Zadquiel estaba feliz de que uno de los suyos no fuera un traidor. –Tú te sacrificaste por salvarnos la vida a nosotros y al Perfecto.
-Me temo que no es lo que creían.
-¿Cómo fue que llegaste a tomar ésta apariencia y no recordabas quién eras?-. Miguel quería terminar de entender el misterio que rodeaba a Jofiel.
-Cuando Luzbell me atacó morí en mi formar de arcángel, eso me llevó a que mi Néfesch divagara por diversos planetas y en diferentes seres, tal vez de tanto reencarnar perdí quién era en realidad, hasta ahora.
-¿Y qué harás ahora con Chantal? Ella no merece sufrir tu pérdida de memoria-. Gabriel se portaba como un real humano, como un idiota. Jofiel miró con el ceño fruncido a su amigo.
-Yo soy un guerrero, no tengo tiempo para sentimentalismos, yo sé cuál es mi deber, ¿tú sabes cuál es el tuyo?-. Respondió con voz firme.
-Hombres, siempre lo quieren resolver de la manera difícil-. Samuel intervino caminando de forma coqueta entre ellos. –Jofiel, es bueno que no pierdas la verdadera razón por la que fuimos creados, sin embargo, sabes que nuestro padre creó a los humanos para dar sentido a la existencia, los sentimentalismos como dices son el motor de La Creación.
-Retomemos el plan que es entrenar al Teleo para que pueda ser como Perfecto, tiene buenos elementos que nos ayudarán, su amiga y su madre, que ha seguido la palabra de Jahvé muy bien-. Uriel aterrizó con la misión.
-¿Cómo dividiremos las tareas?-. Miguel tomó asiento y dio un suspiro, sospechaba que podría perder a Yuridia.
-Jofiel tendrás que seguir fingiendo ser Guillermo, el novio de Chantal-. Cuando Zadquiel dijo éstas palabras Gabriel sintió que le daba un vuelo el corazón. –Miguel tendrás que acercarte más a Yuridia, nos llevará tiempo preparar a las chicas, son otros tiempos y los jóvenes de ahora no tienen la misma que fe antaño.