El Talisman Divino

XII. EL VIEJO AMOR DE GABRIEL

Jofiel llegó a La Presa de Dios, Gabriel lo esperaba admirando el paisaje, sus gafas para sol encajaba con su bicicleta. Jofiel se acercó lentamente, le incomodaba la idea de comenzar alguna pelea que terminara mal, no había nadie para separarlos como la madrugada de ese día.

 

Al llegar Gabriel sonreía sin mirarlo.

 

-¿Qué es lo gracioso?

 

Gabriel no respondió, Jofiel se molestó porque ignoró su pregunta, se puso frente a él.

 

-¿Me puedes explicar que te causa tanta gracia?

 

Gabriel dejó su bicicleta y se quitó los lentes, admiró una vez más el arte de Dios. Jofiel esperó una respuesta paciente.

 

-¿Pretendías terminar lo que empezaste con Chantal?-. Gabriel preguntó sin mirar a su amigo, Jofiel no supo que responder. –Ahora vez lo que me causa tanta gracia.

 

Ésta vez Gabriel miró de frente a su compañero y con una nostálgica sonrisa volvió con las preguntas.

 

-¿Sabes lo que es estar enamorado? Claro que no, ni siquiera te atreves a mirarme a los ojos porque sabes que estás cometiendo pecado.

 

-¿Pecado? ¿Pretendías que yo rechazará al Teleo para alterar el Omnes de forma negativa?

 

-¿¡Lo ves?! Ni siquiera le dices por su nombre, tú ves a Chantal como un objeto, no como ser humano, siempre viste así a los Teleos, como un nada, algo que no tiene valor.

 

-Si lo que dices fuera verdad no hubiera dado la vida por Perfecto para que cumpliera con la misión.

 

-Jesús no es como Chantal, él era un hombre, ella es una adolescente, las cosas no son como antes, no podrás entender jamás lo que es amar a una persona.

 

-¿Y tú sí? ¿Tú qué sabes del amor?

 

Gabriel se rió ante las preguntas de Jofiel, su risa paró porque las lágrimas salieron de sus ojos.

 

-Sé más de lo que imaginas, ya amé alguna vez.

 

-¿De qué hablas?

 

-Hace más de quinientos años el Teleo era una chica como Jesús, desde pequeña adoró a nuestro Padre, ella sentía el mismo llamado como él, nosotros llegamos para que Luzbell no se apoderara de ella y causara el caos.

 

Jofiel apenas podía entender cómo es que un arcángel hablara tan humanamente, no podía entender que los de su especie pudieran entender los sentimientos humanos.

 

-Su nombre era Juana, ella sufrió mucho, vió como mataron a sus padres, vió como violaron y mataron a su hermana ante sus ojos, Zadquiel se materializó como su tío y la salvó, esto fue bueno porque siguió alimentando el Omnes de energía positiva.

 

Dió unos pasos a una roca para sentarse, su amigo lo siguió.

 

-Juana creció teniendo directa comunicación con nuestro Padre, todo iba bien, así como hoy llegamos nosotros como compañeros de ella, su misión era salvar su país de la esclavitud y preservar la paz, con el tiempo, llevaría la paz a todo el continente y quizá por el mundo.

 

-¿Juana era como Jesús? Me refiero a la directa comunicación con nuestro Padre.

 

-Sí, no hemos encontrado otro Teleo igual, sin embargo como era de esperarse, la guerra se llevó a cabo, peleamos a lado de Juana, aprovechábamos el tiempo de descanso y paz para platicar, aunque soy arcángel tenía cuerpo de humano como ahora y obviamente comenzaron a nacer en mí sentimientos naturales, sé que ella también sentía algo por mí, lo miraba en su risa, en su forma de mirarme.

 

Gabriel hizo una pausa para tomar aire, las lágrimas del recuerdo recorrían su rostro. Jofiel le dio apoyo sobándole la espalda.




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