Jofiel se encontraba en el jardín de la Parroquia intentando calmar las sensaciones que le daba su cuerpo, nunca le gustó materializarse y menos en un cuerpo humano, ya que eran los más complejos que existían en La Creación.
-Las penas con pan son buenas-. Dijo Miguel acercándose a Jofiel, podía sentir lo mismo que él.
-Miguel, no te sentí llegar-. Respondió Jofiel quitándose la mano de la boca.
-Parece ser que estás en la crisis humanoide, lo acabo de inventar-. Sonrió penosamente. –Te entiendo mejor de lo que crees.
-¿Tú también te sientes atraído al Teleo?
-Chantal, pero no, yo me siento atraído por su amiga, Yuridia-. Jofiel entrecerró un par de segundos los ojos para recordarla y asintió. –Ella me salvó la vida y eso me generó cierto apego a ella, entonces, ¿ya recuerdas un poco de tu vida con Chantal?
-No.
-¿Entonces cómo es que te sientes atraído por ella?
-Las veces que he estado con ella nuestros cuerpos han estado demasiado cerca y sin querer tuve reacción.
-Sí, a eso se le llama excitarse.
-¿Te pasa lo mismo con Yuridia?
-No, nosotros no hemos estado de esa manera, lo que siento es puro, noble.
-No sé qué hacer, no me puedo sacar de la cabeza su cuerpo, su cara, su mirada, esto me está volviendo loco, y cuando me acuerdo mira-. Se apuntó en la entrepierna, Miguel se sorprendió. –Y no sé cómo ponerlo en su lugar, tengo que renunciar, acabar con éste cuerpo y ponerme otro, como Samuel, sí fuera chica tal vez no me metería en embrollos.
-Estás en tu derecho de hacerlo, pero recuerda que Chantal te ama, no sólo por la carne, sino también por el alma, y si desapareces de pronto su energía podría contaminarse.
-¿Y no hay quién pueda tomar mi lugar? Gabriel estaría encantado de tener éste cuerpo.
-No lo dudo, pero recuerda que nuestro Padre por algo hace las cosas, intenta ver a Chantal en un lugar público, dónde no corras riesgo de ser abusado-. Se ironizó.
-Hemos terminado, un tipo vino a verla mientras estábamos… hablando y me amenazó, decidí irme.
-¿Un tipo?
-Sí, yo no soy bueno con las emociones humanas, lo que menos que quiero son más confusiones-. Jofiel en ese momento se sentía turbado por la exaltación interrumpida y actuó inconscientemente.
-¿Pero quién era el tipo?
-Al parecer era su otro novio.
-¿No era algo de lo que debamos ocuparnos?
-No, debo irme a orar, Chantal me está volviendo loco.
Jofiel se fue a la capilla para calmar sus pensamientos.
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Llegaron a la fonda de Doña Gertrudis, un hombre canoso se acercó para pedir la orden.
-Dos platotes de birria bien servidos con su merecido consomé y dos chescos, por fa.
El mesero se fue y no tardó más de 20 minutos para traer la orden.
-¿Por qué esa carita tan triste?
-Guillermo me vió la cara, sólo quiso jugar conmigo, él tiene novia-. El nudo en la garganta hizo que Chantal hiciera un esfuerzo por respirar.
-¿Cómo estás segura de eso?
-Fui a su casa y su mamá me dijo que la china japonesa que fue por él no era su prima, obvio era su novia y no quiso hacer un escándalo y sólo se lo llevó.