El Talisman Divino

XX. MILAGROS

Ya con la suficiente fuerza para recuperarse, vió una tenue luz que la encandiló por un par de segundos. Gabriel la miró.

-Chantal descansa, te llevaremos al hospital.

-Bájame.

-Pero estás débil.

-Hazlo.

Cuando se sostuvo en pie, esos seres gigantes con hermosas alas plateadas ya no estaban, sólo algunas caras familiares. Pero seguían heridos, se miraban cansados, Eduardo estaba parado a lado de Miguel cargando a su hermana.

Chantal caminó hacia ellos, suspiró hondo, cerró sus ojos y pasó sus manos sobre el cuerpo de su hermana. Los arcángeles entendieron lo que estaba tratando de hacer. Y el milagro fue hecho, las quemaduras desaparecieron poco a poco y Yuridia, se recuperó al instante, no había una secuela de sus heridas.

-Llévenme con mi mamá.

Con un esfuerzo sobrenatural, Jofiel se volvió a transformar y torpemente llevó a Chantal al precipicio. Al ver sus heridas se horrorizó tanto que comenzó a llorar, intentaría hacer algo por él, pero su prioridad era devolverle a su madre la vida que una vez ella le dio.

Jofiel volvió a convertirse en humano.

-Es peligroso un milagro así, ni Perfecto logró eso.

-Deja de compararme, él no tenía odio por su creador como lo tengo yo.

Y así usó toda su fuerza para crear ésta vez una ráfaga de viento, provocando que su madre levitara a cinco metros de altura.

-El aire es vida, te doy mi aire para que vivas.

Apretó sus ojos, el aire se acompañó con agua que comenzó a cubrir las heridas de su madre. Al darse cuenta que ya no había señal de heridas en su cuerpo, con el viento la hizo bajar lentamente. Los arcángeles llegaron en la camioneta al ver el mayor milagro de los últimos tiempos.

-¡Chanta!-. Corrió Yuridia para abrazarla. Su mamá parecía estar dormida.

-Necesito descansar, siento muy rápidas las palpitaciones de mi corazón y me siento mareada.

-¿Chantal?-. Habló Cristina.

-¡Mamá!-. Corrió para abrazarla.

-Hija, tú me.

-Ni lo menciones, tú hiciste lo mismo, así que estamos a mano-. Cristina abrazó con más fuerza a su hija.

-Mi niña linda, darte la vida una vez no es suficiente, te amo demasiado como para permitir que algo malo te pase.

-¿Ma’, quieres ver un arcángel en persona?

-¿Eso es posible?

Chantal sonrió y volvió a utilizar los elementos agua y aire para curar a sus amigos.

-Ya pueden volver a su verdadera identidad.

Gabriel fue el primero en hacerlo, la magnanimidad de sus alas volvió a hacer la misma y voló hasta las nubes para saborear el placer de volver a tenerlas. A excepción de Jofiel el resto de los arcángeles hicieron lo mismo.

-¿Por qué no lo intentas?, ¿acaso dudas de mi poder?

-No.

-¿Entonces?

-Porque creo en ti, no necesito pruebas.

Chantal quiso acercarse para buscar una señal de qué todo no era una mentira, de qué el último beso significaba que a pesar de todo Guillermo seguía vivo en Jofiel, éste entendió el mensaje y fingió prestar atención a sus amigos que provocaban leves ráfagas de viento con sus alas.

-Oye amiga, tremendo drama.

-Sí.

-Mija, tienes poderes.

-Pues eso parece, pero no sé qué vaya a pasar de ahora en adelante.

Zadquiel bajo lentamente para responder su inquietud.

-Esa es una decisión que sólo tú puedes tomar Perfecta.

-¿Perfecta?

-Sí, al igual que tu antecesor hiciste milagros, no tantos, no dividirás la historia terrestre, pero nos devolviste nuestras alas, salvaste a tu amiga y aunque tú no regresaste de la muerte, regresaste a tu madre.

Chantal asimilaba lo que le decía el líder arcángel, se sentía feliz por haber sido de utilidad después de tantos años de cometer error tras error.

-¿Entonces necesito ser sacrificada?

-¡No!-. Gritó Cristina.

Los arcángeles bajaron para escuchar la respuesta, Gabriel se volvió a transformar y se acercó a Chantal.




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