El Tarotista

CAPÍTULO V, PARTE 3

Una vez cierra el cuaderno, un frescor invade el recinto. La culpa desapareció al igual que la sed de vengar a su examante. La verdad es inminente y no puede luchar contra la corriente, insistir en la inocencia de un hombre que desde siempre tuvo alma de asesino, manipulable o no, ese no era su campo. Su deber se concentra en responsabilizarse de sus actos, culminar la investigación, poner tras las rejas a El Ermitaño —sea quien sea— y vivir con el remordimiento de que los actos del pasado repercuten en el presente, llegan, te encuentran y te masacran la vida. Ana lo sabe, si siete años atrás ella no se hubiera enamorado ni hubiera intercedido por Dalí, las tres víctimas no habrían muerto. Esa era la realidad. Tiene que enderezarla, aunque pierda su vida en el intento.

¿Cuántos más deben pagar por ella? Reflexiona, pero es interrumpida repentinamente por tres golpes del otro lado de la puerta.

—Siga.

Entra un hombre alto, piel oscura. Le entrega dos sobres gordos. Los abre y lee los títulos:

Sobre # 1: Grabaciones de video (compilación)

Contenido: Seguimiento a la presunta gitana. Ataque a la víctima tres. La estación de policía. Atentado en contra de Lucía Albarrete Pinzón, alias La Pitonisa. Apartamento de la forense Ana Mondragón. Análisis comparados. Resultados.

Sobre # 2: Cotejo de códigos Vino tinto Muga Crianza 2001: Los dos últimos intentos fallidos de crimen.

Resultados.

—¿Soy la primera en recibirlos? —pregunta la forense.

—No, hemos mandado una copia a judicial y a la fiscalía.

Tras pronunciar estas palabras, el hombre se marcha de la misma manera en que llegó, de repente.

Ana aparta el diario y se centra en los sobres. Los abre, ojea el contenido y va directo a los resultados. Tiene la experiencia de leer el análisis y para su gusto es aburridísimo el proceso de verificar las imágenes cuadro a cuadro, es más práctico irse al resultado:

Sobre # 1: Grabaciones de video (compilación)

Resultados:

Evidencia uno: Seguimiento a la presunta gitana.

Se determinó, luego de varias cintas y seguimiento exhaustivo, que la mujer que aparece en los dos videos correspondientes a las víctimas de los primeros crímenes no es una mujer. Es un hombre travestido. Se le siguió por el circuito de cámaras de Ciudad de Ivazú y se descubrió su apariencia real: género masculino, blanco, rasgos andróginos, delgado, alto, aproximadamente de 180 centímetros o más.

Nota: En archivos anexos, imagen del individuo.

Evidencia dos: Ataque a la víctima tres Rubén Darío Vallejo alias Dalí.

Cámara en el interior de la habitación:

Se estudiaron con sumo cuidado las cintas del hospital San Juan apóstol y se pudo determinar que la víctima se recogió en su cuarto alrededor de la una de la tarde, horario de almuerzo. Entre las trece y diecinueve horas lo visitaron ocho personas entre personal médico, pacientes y un familiar, que al principio no se le reconoció porque en la cámara de la habitación no aparecía, pero en las de los pasillos sí. Las personas que se encontraron con la tercera víctima entre la hora del almuerzo y la cena fueron: el director de la institución mental el Doctor José Enrique Puerta con quien al parecer tuvo un altercado al suministrar uno de los medicamentos que debía tomar.

Una hora después se ve cerca a la habitación de la víctima a su excuñado Orlando Páez quien momentos más tarde aparece cerca a la habitación dirigiéndose a la puerta de salida, bastante molesto con la nariz sangrante y la camisa rota. Poco después lo visitan dos enfermeros para revisar su estado de salud, luego la gitana que apodan la Pitonisa de Delfos quien lo abraza, ayuda a levantar de la cama, lo lleva al baño y él le da un paquete que ella guarda en un pequeño bolso sacado de su falda. Luego entran dos enfermeros más y por último un hombre bajito, obeso con una bacinilla en las manos.

Pasada las siete de la noche fue visitado por un médico, quien lo examinó y dejó en cama. Minutos después llegó una gitana, quien lo redujo con facilidad. Inyectó un medicamento mediante una jeringuilla y dio de beber alcohol al individuo. Tras esto, otra gitana, las dos pelearon y la más alta lastimó a la menuda, reduciéndola. El último en llegar es un hombre bajo, calvo, gordo, con cierta particularidad al caminar. No lleva zapatos. Por orden de la primera gitana —la alta y masculina—, el hombre calvo inmoviliza a la segunda mujer. El calvo y la gitana menuda, al igual que el hombre acostado en la cama, observan cómo es destripado el último a manos de la gitana mayor.

La gitana menor se suelta, esta descalza, resbala en la sangre, cae, se levanta. La gitana mayor se unta la hemoglobina en las manos, la salpica del suelo a la cortina y tras la muerte de la víctima es la primera en salir. Los otros dos esperan un poco más de tiempo, pero al tratar de salir del lugar se resbalan entre la sangre. Dato de importancia: están descalzos, dejan huellas en el piso. El siguiente en salir es el hombre gordo, la última es la gitana menuda. Minutos después entra un enfermero y personal médico.



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En el texto hay: misterio, crimenes, tarot

Editado: 13.01.2025

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