Al norte de ahí en el palacio de Jaffa, donde se ubicaba el centro de mando de la tecnológica ciudad de Alcalá; Lóndres, el mensajero caminaba lentamente y sin desviarse, aunque parecía no tener un rumbo definido, por su mirada sin expresión en un rostro de cera que parecía nunca haber sonreído, su objetivo era llegar a la estancia de la reina Amorn, ya que llevaba un mensaje urgente.
-trrr, trrr, trrr. –se escuchó un sonido sordo y vibrante.
-¡Ah lugar!
Dijo una voz por medio de un sistema de sonido, colocado en la puerta de acceso a aquella estancia.
-Su majestad Amorn, nuestros sistemas han capturado unos sonidos en la atmosfera pero no son transmisiones de nuestras patrullas, son como los hechizos que usan nuestros enemigos y se escuchan similares a las voces tétricas en las tormentas que nos envían, sólo que estos provienen del Sur, al principio no les dimos importancia, pero como su llegada ha sido intermitente y constante, inteligencia cree que puede tratarse de un nuevo hechizo o maldición de los magos oscuros, están habladas en un lenguaje de la cultura humana, y nuestros descifradores de claves al no encontrarle sentido alguno, creen que puede tratarse de un código de guerra y ante la imposibilidad de una respuesta lógica, me han referido a mí para darle la clave del mensaje para que lo revise en sus sistemas, la clave es: Códigos en el cielo.
Dijo aquél hombre del rostro sin expresión y un extraño personaje al fin dio vuelta a su silla giratoria.
La reina Amorn de Alcalá.
Una mujer sensual con una belleza clásica impresionante, su cabello dorado descansando sobre sus hombros cubiertos por una tez morena clara, enmarcaba un rostro por demás hermoso que era el adorno perfecto para su estilizado cuerpo de diosa, la mujer vestida de rojo con sus delgados dedos adornados con unas largas y bien torneadas uñas, tecleó las palabras clave en un tablero iluminado, y ésa voz en el viento comenzó a leerse en la pared en un código binario, como una proyección holográfica y a escucharse en la estancia por medio de un sistema ambiental de sonido, mientras miraba al techo en su rostro perfecto y liso como el de una muñeca de cera, un par de hermosas pupilas doradas como su cabello, destellaron y le dijo al mensajero:
-Comunica a inteligencia que sigan capturando éstos sonidos en el viento y que envíen a mi sistema todas las que tengan y las que vayan llegando, nuestros enemigos de Nosferália no utilizan códigos de guerra, analizaré una a una las palabras que nos llegan, y les comunicaré si encuentro alguna clave o mensaje subliminal en dichos sonidos, indícale a nuestra mariscal de guerra Kenyayá que se ponga en alerta amarilla, he detectado extraños movimientos en la secuencia de la Luna, aunque aún faltan 16 días para la gran batalla del mes contra las legiones de Lúa Dark, que no descarten algún movimiento sorpresa, repito, alerta amarilla hasta saber exactamente qué pasa con la Luna, también comunícale a inteligencia que sospecho de la llegada de un nuevo enemigo, que los de aeronáutica envíen un monitoreador orbital especialmente programado, en la dirección de donde provienen esas palabras en el viento, repito, pon a todos en alerta amarilla por causa de extraños cambios en la secuencia de la Luna, y por la sospecha de la llegada de un nuevo enemigo; ¡Fin de la secuencia!
Y diciendo esto volvió a hacer girar su silla dándole la espalda al mensajero, que lentamente se dio la vuelta para salir de aquella estancia llena de pantallas y controles electrónicos.
Aquél zombi (1) silencioso, se retiró cerrando la puerta de la oficina, perdiéndose en los largos pasillos de aquel palacio de más de 50 pisos de alto, que más parecía un rascacielos que un palacio en un mundo fantástico.
El espía dirigido fue programado y enviado, un pequeño aeroplano no tripulado que podía volar muy alto y quedarse suspendido indefinidamente, diseñado como espía para vigilar la ciudad de Nosferália donde radicaban sus enemigos de Lúa Dark, pero esta vez partió con un rumbo muy distinto.
No. 1 Un zombi (en ocasiones escrito con la grafía inglesa zombie) es originalmente una figura legendaria propia de las regiones donde se practica el culto vudú, se trataría de un muerto resucitado por medios mágicos por un hechicero para convertirlo en su esclavo, por extensión, ha pasado a la literatura fantástica como sinónimo de muerto viviente y al lenguaje común para designar en sentido figurado a quien hace las cosas mecánicamente como si estuviera privado de voluntad, de acuerdo con la creencia, un houngan o hechicero vudú sería capaz mediante un ritual de resucitar a un muerto, que quedaría sin embargo sometido en adelante a la voluntad de la persona que le devuelve a la vida, estos muertos vivientes son llamados zombis, la palabra podría tener relación con el nombre de una serpiente divina que es objeto de culto en las regiones de lenguas níger-congo y que está emparentada con el término kikongo nzambi, que significa dios. En 1982, el etnobotánico canadiense Wade Davis viajó a Haití para estudiar lo que pudiera haber de verdad en la leyenda de los zombis y llegó a la conclusión —publicada en dos libros: La serpiente en el arco iris (1985) y pasaje de tinieblas: La etnobiología del zombi haitiano (1988), de que se podía convertir a alguien en zombi mediante el uso de dos sustancias en polvo. Con la primera, llamada coup de poudre (en francés, literalmente, «golpe de polvo», un juego de palabras con coup de foudre, que significa «golpe de rayo» y también «flechazo» amoroso), se induciría a la víctima a un estado de muerte aparente, sus parientes y amigos la darían por muerta y la enterrarían y poco después sería desenterrada y revivida por el hechicero, en ese momento entrarían en acción los segundos polvos, una sustancia psicoactiva capaz de anular la voluntad de la víctima. El ingrediente principal de la primera sustancia, el coup de poudre, sería la tetrodotoxina (TTX), una toxina que se encuentra en el pez globo, que habita las costas del Japón y el Caribe. La TTX, administrada en una dosis semiletal (LD50 de 1 mg), es capaz de crear un estado de muerte aparente durante varios días, en los cuales el sujeto sigue consciente a pesar de todo, otras fuentes hablan del uso del estramonio o datura, que en Haití se llama concombre zombi, esto es, «pepino zombi». Según la creencia popular, la ingestión de sal liberaría al zombi de los efectos de la droga.