El templo de los dioses olvidados.

Las nuevas especies.

Y en Estáblia, Raiza rápidamente llegó a donde sus hermanas la esperaban en El Templo de la Naturaleza, donde miraban desde afuera de la jaula a 4 animales desconocidos para ellas.

 

  -¿Qué son? –pregunta intrigada Vianney. -¡Parecen avestruces! Pero esa cola y la forma de la cabeza, los avestruces no tienen cola ni ese pico; ¿Ya le revisaron el pico?

 

  -¡No! –dice Raideé.  -¡Cómo crees! Pensé en hacerlo pero no me atreví, porque nunca había visto animales como éstos. 

 

Raíza sin esperar más abrió la puerta de acceso a la jaula y tomó a uno de los ejemplares, lo levantó en brazos y observó el interior de su pico, diciendo: 

 

  -No parece carnívoro, tiene un pico muy duro, debe de comer insectos, hierbas y frutas; ¿Ya revisaron los libros? 

 

  -¡Si claro!

 

Le contesta Yamileth, la que parecía ser la más intelectual de las 5 hermanas, todas ellas jóvenes y hermosas.  

 

  -¡Fue lo primero que hice! Pero no aparece esa especie y no la tenemos documentada, nunca había llegado, ni siquiera está en los registros que tenemos de animales, que aún no están en peligro de extinción en el mundo de los humanos.

 

  -Pues bien.
 

 

Dice Raíza saliendo de la jaula con el espécimen en brazos, que se retorcía nervioso y asustado más que enojado o agresivo.

 

  -Clasifiquémoslos y documentémoslos entonces.

 

Y se dirigió a una sección de aquél edificio que se parecía a un hospital veterinario, con algunas habitaciones con jaulas y diversos instrumentos quirúrgicos y de limpieza, colocando al animal sobre una mesa ovalada se dispuso a revisarlo.

 

  -Ahora Bianca. –le dice a su hermana mayor. -Dos patas, tres dedos en cada pata, es un corredor, tiene  largos y delgados brazos con tres garras que aún no se le desarrollan, la forma de la cabeza es como la de una gallina y su pico es como el de un pato, tal vez sean ovíparos y creo que llegaron en parejas, bueno chicas, deduzco que es un herbívoro corredor y por la falta de desarrollo en su musculatura, creo que es una criatura en plena evolución, como no tiene colmillos y sus garras no parecen las de un depredador, y al parecer sirven más para escarbar que para desgarrar, podría ser un antepasado de los avestruces o de los marsupiales.

 

  -¡O de las gallinas! –interrumpe Raideé riendo divertida.

 

  -Al parecer son cachorros y no son altricianos, los colocaremos en los corrales especiales y los alimentaremos como a los corredores herbívoros, ¡Lizéth! Por favor avisa a los de los corrales especiales que los tengan listos para ser utilizados.

 

Le dice la chica a su hermana que salió apurada a cumplir con la encomienda. 

 

  -¿Tienes todo, Yamileth? –pregunta Raiza.
 

 

  -Si claro, entendido y anotado; ¿Que nombre les pondremos?

 

  -Eso lo veremos después porque si viene del mundo de los humanos, y mi ángel compañero es uno de los humanos, entonces me gustaría preguntarle a él, tal vez él si los conozca y pueda darnos más datos para clasificarlo.

 

  -¿Ya pudiste arreglarle el cabello al humano guapo hermanita? –le pregunta burlona Raideé a Raíza.

 

-¡Si claro! Y te aseguro que me fue mucho más fácil a mí que a ti con Eglán.

 

Le contesta Raíza refiriéndose al ángel compañero de su hermana. 

 

  -¡Ya no se peleen! –interrumpe Vianney.  -Y mejor cuéntanos como es el humano.

 

  -Pues verán, él es algo así como: 

 

  -¡Ya están listos los corrales especiales chicas! Se apuraron los muchachos. –se aparece Bianca interrumpiendo la plática.

 

  -Pues bien chicas como les decía, los criaremos como a los corredores herbívoros hasta que averigüemos algo más sobre ellos, los criaremos como parejas, de seguro hay dos machos y dos hembras.

 

Diciendo esto ya como dando fin a la plática se dirigió a la salida de aquél centro veterinario.

 

En Mirídia, Yurik se había recostado otro rato en la cama extrañando la presencia de Raíza, se levantó y buscó sus pertenencias, al subirse el overol notó que estaba manchado y desgarrado en algunas partes por efectos del ataque del tornado de tierra, se lo quitó quedándose tan sólo con su playera y calzoncillos puestos, recordó donde había dejado sus calcetines y fue por ellos, al ver que ya tenían cada uno un agujero en la parte de sus dedos gordos, pensó:




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