El templo de los dioses olvidados.

Luz de Luna.

La noche anterior en Los Montes Lunares, no era una ninfa, ni tampoco una sirena, tampoco un ángel, sus ojos castaños enmarcados por unas largas pestañas escudriñaban la oscuridad del horizonte, mientras bajaba del cielo en medio de las penumbras de la naciente noche, su cuerpo etéreo vestido con velos blancos que mostraban sutilmente sus hermosas formas de mujer, haciendo relucir su blanca piel, lograban la combinación perfecta con aquellos rayitos de Luna que acompañándola en su descenso, cual si fuera una proyección cinematográfica, parecían transportarla por el cielo y depositarla suavemente en la superficie de las aguas de aquél lago, su largo cabello castaño como el color de sus ojos, se movía alegremente bailando una suave danza sobre sus hombros al compás del viento, que contento no se cansaba de alborotárselos, su nombre: Luz de Luna, un ser etéreo como un espectro, una hermosa criatura desconocida que no se le podía adjudicar a ninguna de las mitologías conocidas, a pesar de que todas o la gran mayoría tenían una diosa representando a la Luna, nunca un dios, tampoco era una diosa, aunque si tan hermosa o más que cualquiera de ellas, mientras caminaba sobre las aguas tranquilas de aquel lago en medio de la oscuridad, rozándolas apenas, un aura platinada la rodeaba, como la de aquella Luna en cuarto menguante que parecía escoltarla, buscando a esa hora de la noche a la chica de las rosas en la mirada, para preguntarle sobre el autor de aquellas palabras, que durante las últimas noches la mantuvieron interesada, intrigada por la misteriosa voz en el viento, que se escuchaba como un trueno en la distancia, decidió no esperar más y aparecer antes en los cielos de aquél mundo de las historias olvidadas, un espíritu lunar espectral, creado por aquellos humanos con corazón de poeta que alguna vez se enamoraron de ella, escribiéndole versos, canciones y sonetos, dándole la forma de una mujer hermosa, tan hermosa como la Luna que iluminaba sus noches.
 

 

Escribiéndole divinas historias a través de sus inspiraciones, y también macabros cuentos rodeados de oscuras maldiciones, si era buena o mala, nadie lo sabía, aquella hermosa musa a la cual las ninfas y sirenas aborrecían, ya que había roto los intensos corazones de muchos de los tritones que habitaban aquellos lagos, corazones masculinos que se enamoraron de la paz e ilusiones, que les proporcionaba el tan solo verla, mientras ella, inocente y enternecida, sutilmente los acariciaba en las madrugadas de Luna llena, con la suavidad de sus dedos que como rayitos de Luna jugueteaban con sus sueños, convirtiéndose así en la musa de las inspiraciones de aquellos hipersensibles tritones, que la transformaban en la música de sus canciones, caminaba silente rumbo a la orilla de uno de los lagos, cuando una celosa sirena se zambulló al verla, entonando un submarino canto de advertencia como el canto de las ballenas, para advertir a su gente que ella se encontraba en la superficie mucho antes de lo previsto, en las noches de Luna llena, los tritones de aquellos lagos tenían prohibido subir a la superficie, ya que muchos de ellos al caer bajo el embrujo de la Luna, salían del agua alejándose de los lagos y de los ríos, internándose en los caminos, ahogándose en las praderas y perdiéndose en los desiertos, tratando de seguirla, la reina Nostálgica al escuchar el canto de la sirena, que no era otra que Eterna, con un veloz nado se dirigió hacia ella escoltada por Idonés.

 

  -¡Eterna! ¿Por qué has dado el canto de advertencia?                 

 

Le pregunta a la sirena que ya se dirigía al palacio de Corália. 

 

  -Es ella, su majestad; Luz de Luna está arriba y busca algo sobre la superficie, no sé qué es pero se ve intrigada y es más peligrosa, aunque la Luna esté en menguante porque no hay nubes en el cielo que difuminen su encanto, ya que está completamente despejado.
 

 

  -Pero; ¡Tengo a 8 tritones en la superficie! Ojalá les hayan transmitido el canto de advertencia y no los atrape con su embrujo, pero; ¿Por qué habrá llegado antes? ¡Faltaba media semana para que apareciera en el cielo! ¿Qué habrá pasado en el cielo nocturno que la hizo llegar ahora?

 

Arriba, la hermosa caminante se dirigía al Sur, moviéndose más rápido que sus pasos por la superficie de las aguas de aquellos lagos, cuando el sonido del agua rompiéndose estrepitosamente, por causa de una enorme criatura que quebrantaba el cristalino espejo de sus aguas, llamó su atención. 

 

  -¿Una hidra, qué hace un dragón en mis lagos? ¡Esto está muy raro! ¿Acaso habrá una guerra? Algo muy raro está pasando en este mundo aparte de esas palabras en el viento; ¿Será el canto de uno de mis tritones? ¡No! Este suena diferente, lo que escuché era poesía como la que me recitan mis humanos, los poetas de la Tierra, sólo que se escucha aún más distinta, cargada de sentimiento, denotando una hipersensibilidad que muy pocas veces he conocido en los corazones humanos, pero aquí no hay humanos y esa voz que se escucha como un trueno en la distancia, la transporta el viento del Sur; ¿Será que uno de los humanos con corazón de poeta ha sido traído a Fíria? ¡Nunca ha sucedido! Ya han venido algunos humanos pero nunca un poeta, por lo tanto no es posible, aunque nuestros creadores son muy poderosos no sobreviviría en este mundo estando solo, o solo que venga protegido por sus dioses y le hayan proporcionado armas o magias para defenderse y si es así, en el caso de que un poeta haya venido a este mundo; ¿A qué vino?




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