El Tercer Idiota

Capítulo 13.

A Mía no le gusta hablar.

 

Mía.

 

14 de Diciembre de 2018.

 

No he dormido bien.

No he dormido bien y eso me aterra porque la última vez que dormí bien estaba a lado de Luis.

Aunque sé que parte del porque no he dormido bien es porque he tenido mucho calor...

Agh, odio admitirlo pero a causa de la noche que pasé con Luis, no necesariamente durmiendo, pude despertar un poco mi sexualidad y no he parado de pensar en lo qué pasó esa noche... aunque es obvio que para él ya quedó olvidado.

Aún no sé como es que me atreví a besarlo la otra noche, sobre todo después de que dijo que iría a ver a su ex novia. Creo que en ese momento perdí mi dignidad.

Pero ya han pasado varios días desde que él y su familia se fueron y creo que nunca me había aburrido tanto como ahora.

Por eso decidí llamarle a Lia esperando que estuviera disponible.

—¿Ahora qué pasa?—ella contestó cuando ya iba a colgar.

—¿Qué pasa de qué?

—Tú nunca me llamas al menos que pase algo.

Y tiene razón. No me gustan las llamadas y evito hacerlas a toda costa, prefiero los mensajes. La última vez que hablamos por llamada fue cuando me alteré y le conté sobre lo que había pasado entre Luis y yo, aunque no le dije quien era, solo le mencioné que era uno de sus primos, aunque si conozco bien a Luis tal vez él mismo se lo haya confesado.

—Necesito tu consejo para elegir ropa para una fiesta de papá.

Es excusa porque admitir que la extraño no sería muy propio de mí. Y cada que mi padre tiene fiestas de sus compañeros de trabajo, le digo a Lia que me ayude a vestirme porque yo soy un asco para estas cosas.

Normalmente uso sudaderas grandes o ropa en general de tallas extra porque para mí es cómodo. Claro que me gusta arreglarme de vez en cuando, pero cuando se trata de quedar bien con mi padre no puedo sin un poco de ayuda, es bien sabido que al ser solo nosotros dos en la familia, soy su hija trofeo.

Por eso las buenas notas, por eso la buena imagen, porque a fin de cuentas necesita algo que presumirle a sus socios y amigos y que mejor que su propia hija. Triste pero real.

Me hace feliz de alguna manera hacerlo feliz, pero a veces es abrumante.

—¿Con quien hablas?—escuché una voz de fondo y el regaño de Lia también.

—Mándame fotos de lo que tienes pensado y te ayudo.

—Gracias.

—¿Es Mía?—dijeron de nuevo en el fondo.

—¿Quién está contigo?—le pregunté aunque ya había reconocido la voz.

Hubo un momento de silencio e incluso estuve a punto de colgar cuando Lia volvió a hablar.

—Es Luis. Dice que quiere saludarte.

—No.

—¿Qué?—dijo él de fondo.

—No me gusta hablar por teléfono.

—Pero es lo que estás haciendo.

—Lia es la excepción.

—No seas tan mala...

Lia no dijo nada más porque se escuchó como cortaron la llamada. Supongo que él le había arrebatado el teléfono o ella se había hartado.

Unos minutos más tarde un número desconocido me llamó.

—¿Bueno?

—Hola—dijo Luis al otro lado de la línea.

Nunca había tenido la necesidad de intercambiar números de teléfono con Luis así que era probable que lo hubiera obtenido del teléfono de Lia.

—Ya me saludaste, ¿ya puedo colgar?

—¿En serio no te gusta hablar por teléfono?

—No, es incómodo con cualquier persona, solo soporto unos minutos.

—¿Y por mensajes?

—¿Qué?

—Si te escribo, ¿contestarás?

—Creo...

—Vale—colgó.

Esperé un poco y mi teléfono sonó, pero era Lia.
 

Lia: Mándame las fotos de tus opciones.

Deja que me los ponga.
 

Primero me probé un vestido gris de manga larga y falda pegada. Era un vestido aburrido pero considerando que la fiesta no era tan formal entonces no sabía si usarlo.

Después escogí uno azul marino suelto de la falda pero pegado a la cintura y de tirantes. Me gustaba mucho, pero sentía que era para algo más casual.

Luego un vestido color olivo con un pequeño escote y manga tres cuartos. También era una falda suelta pero era un poco más largo que el pasado.

Por último un vestido negro un poco largo con tirantes y escote. Era muy básico pero nunca fallaba así que estaba entre ese vestido y el olivo.

Sobre todo por la parte del escote porque aunque casi siempre me gusta ir cubierta de esa parte, a veces me gusta presumir que no tengo una talla precisamente pequeña.

Con cada uno me tomé una foto frente al espejo y se la mandé a Lia.
 

Lia: Definitivamente el olivo. Te favorece bastante, incluso podrías conseguir novio.

Claro, porque los hijos de los amigos de papá son súper interesantes.
 

Siempre que voy a esas fiestas me aburro bastante, los chicos y chicas que llegan a ser de mi edad o algo aproximado son bastante aburridos y con ninguno puedo establecer una buena conversación.

Además de que no me gusta conocer gente.

Iba a dejar el teléfono cuando me llegó otro mensaje.
 

Luis: Hola de nuevo.

Hola.

Luis: ¿Cómo estás?

Meh.
 

No soy buena iniciando temas de conversación por mensajes, de hecho esperara a que me dejara de contestar por lo aburrida que soné.
 

Luis: ¿Y qué vestido escogieron?

¿Estabas escuchando nuestra conversación?

Luis: No... ¿puedo ver tus opciones?



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En el texto hay: amor juvenil, relacion

Editado: 06.04.2024

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