El Tercer Idiota

Capítulo 21.

Mía quiere una fiesta.

Mía.

30 de Marzo de 2019.

—El próximo mes es tu cumpleaños—dijo Iván sentándose a mi lado.

Estaba en la cafetería de la escuela almorzando sola y él se acercó con su comida.

—¿Y?

—Y ya es fin de mes.

—¿Y?

—Lia quiere hacerte una fiesta en la casa.

—¿Y por qué no viene Lia y me lo dice?

Iván se quedó callado, estaba de seguro pensando en que otra excusa poner pero nada llegó a su mente. Así que me dejó comer tranquila... por cinco minutos.

—Está bien, Lia y yo queremos hacerte una fiesta en casa pero Lia está ahora con su novio y me mandó a hacer el trabajo difícil.

—¿Y?

—Convencerte es el trabajo difícil.

—No quiero una fiesta.

—Será una fiesta pequeñita.

Yo sé que su definición de pequeñita no es el significado de esa palabra.

—No creo poder salir de casa.

—Lia me dijo que tu papá se va el fin de semana de viaje. Podemos hacerla en sábado o viernes.

Lia chismosa.

Cada año papá se va por estas fechas un fin de semana, por eso he tenido oportunidad de salir a festejar, pero nunca me han hecho una fiesta, así que aunque me entusiasma la idea, no tengo ganas. No estoy de humor para hacer algo, prefiero quedarme en casa a dormir como últimamente hago.

Nunca en mi vida me había sentido tan triste como ahora, tal vez porque nunca había tenido que alejarme de alguien. Pero me la paso durmiendo, no quiero salir, no quiero hablar con nadie y creo que incluso subí un poco de peso por las porquerías que he estado comiendo.

Es una suerte que Lia ahora pase tiempo con Ray y para que no sienta mal, yo le he dicho que si he salido y cosas así, parece que me cree porque nunca ha dudado. Aunque el único que parece darse cuenta de que algo me pasa es Iván. No me ha dicho nada, pero trata de pasar tiempo conmigo y hace que no lo note, pero a veces es un poco obvio.

—No quiero una fiesta rodeada de gente que no conozco.

—Pero tal vez si rodeada de alcohol...

Aunque en mi última experiencia con el alcohol perdí lo poco que me quedaba de dignidad, la oferta sonada tentadora. Solo me hubieran dado una gota más ese día y me hubiera aventado a los brazos del individuo que me llevó a casa, de hecho si él no se hubiera ido tal vez ahora estaría de un humor diferente.

Pero estuvo en todo su derecho de irse, sobre todo porque yo no tuve el valor de detenerlo.

—No quiero desvelarme.

—Podemos empezar temprano y puedes dormir cuando quieras en el cuarto de Lia.

Hace mucho que no me quedo en esa casa y comienza a ser un poco sospechoso para todos excepto para Lia que está enamorada y distraída, podría hacer esa fiesta y pretender que me siento cómoda en esa casa... no, no quiero una fiesta.

—Aún no me convences.

—Te compraré lo que quieras de comer ese día.

—Hmmm...

—¿No es suficiente?

—Al día siguiente también me comprarás comida. Solo así.

—Trato.

Parece que si quiero una fiesta.

—Entonces ya está

—Bien, perfecto, ahora: invitados

—Yo no tengo amigos, invita a quien sea

Había perdido mi interés en esta fiesta al recordar que eso implica relacionarme con personas, creo que podría no ir y tal vez nadie se daría cuenta.

—Ok, serán las pocas personas que tolero de la escuela, principalmente chicas. Tienen que ser Lia, su tonto novio Ray, el tonto de Jorge y las amigas que tenga aunque no creo que sean muchas y Luis... él no tiene amigos pero puede traer a su novia.

—¿Novia?

Tal vez lo dije muy rápido, pero él no pareció notar nada raro.

—Oh sí, esa chica que trabaja con él, Diana.

El otro día que fuimos ahí la vi y de momentos pude notar como ella lo miraba desde las estanterías, como ella hablaba con Luis y como él reía a lo que ella decía. En ese momento sentí un malestar al verlos, pero cuando Iván dijo que era su novia mi estómago se retorció.

—No sabía que ya tenía novia.

—Bueno, no sé si sea su novia pero nunca lo he visto convivir con alguna otra chica. Tal vez esté interesado en ella.

—Tal vez.

—Quien sabe, pero hay que invitarla, es linda.

No pude dirigirle una mala mirada o sería muy sospechoso, mejor estuve entretenida en el teléfono, lo cual no sirvió de mucho ya que uno de los tan amados mensajes que recibo últimamente llegó:

"Si estuvieras con él y en algún punto terminaran, ya no podrías hablar con tus amigos, porque, ya sabes; solo tienes amigos que son familiares de él"

Desde que hablé por última vez con Luis en el bar este tipo de mensajes han estado llegando, a veces cada tercer día, a veces una vez a la semana pero últimamente llegaban más seguido. Es fastidioso y solo quiero bloquear el número para que me dejen de molestar.

Pero no lo hago y no borro los mensajes porque son un recordatorio de que tal vez hice bien en alejarme. Después de lo qué pasó cuando me dejó en la habitación de Lia estuve a punto de ir a buscarlo, pero llegó el primer mensaje y retrocedí. Fue lo mejor.

Ignoré el mensaje y escuché a Iván parlotear sobre todas las bebidas que ofrecería en mi fiesta.

Dios, necesito un cigarro ahora mismo.

Solo que desde que no hablo con Luis y no tengo mi lugar recurrente para fumar, yo he dejado de hacerlo. Sobre todo para no tener excusas en ir a su habitación, a veces me cuesta y necesito mi dosis de nicotina, pero he hecho un gran avance.

Pero tal vez ahora solo pueda fumar uno, después de dos semanas sin tabaco creo que merezco un poco.

12 de Abril de 2019.

—¡Feliz cumpleaños a la aprendiz de Lucifer!

Fue lo primero que Lia dijo en cuanto me vio entrar al salón de clases.

—Busca apodos más originales.

—Y tu busca tu buen humor.



#13669 en Novela romántica
#2601 en Joven Adulto

En el texto hay: amor juvenil, relacion

Editado: 24.08.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.