El tesoro al final del mundo

Capitulo 7

No podía respirar por lo agitado que estaba, el corazón me latía en los oídos y el sudor no me permitía sujetar bien la espada, pero de alguna manera encontré la manera de sostenerla con fuerza.

—¿Tajo, en qué eres bueno? —bufó Jet tan pulcro como siempre, parado con la espada en el hombro y sin un indicio de pelea. 

No era un desafío para él, en pocas ocasiones pude detener su golpe y estoy muy seguro de que se contuvo para no herirme más de la cuenta. Solo unos cortes, ardía, sentía la sangre mezclarse con el sudor, no me importaba. Él y los otros idiotas me molestaban cuando se reían burlándose.

Tomé una respiración profunda para calmarme.

—Limpiando vómito.

—Bien, finge que soy vómito y debes limpiarme o morirás —dijo y volvió a alzar el arma. Lo imité conteniendo el enojo, el calor que nacía dentro de mi estómago. No iba a dejar que esos idiotas me molesten. Dio un paso al frente y yo permanecí, esperando. Se detuvo, inclinó la cabeza y entrecerró los ojos—. Atácame.

Parpadeé desconcertado.

—¿Qué?

—Atácame —repitió y esta vez inclinó la espada a un lado, dejando abierto el espacio del brazo.

—Bien. —Di un paso al frente dudando, podía sentir los temblores en mis piernas y el frío mitigando el calor, pero no retrocedí. Alcé la espada y abanique. Él la detuvo con un giro de muñeca y yo imité el gesto  que hizo la primera vez, golpeando el costado y rayando el filo. Avancé otro paso, moví el metal a un lado y lo obligue a cambiar de posición.

Fui más rápido, giré la muñeca y dió otro paso. Sus ojos se abrieron y retrocedió bloqueando el ataque, pero no le permití recuperar el aliento, no podía dejar que tome la delantera. No cuando estuvieron meses golpeándome, cortándome, robándome alcohol y burlándose de mí. No cuando me dieron las indicaciones para ser como ellos, quizás mejor, o al menos darle una paliza que me deje momentáneamente satisfecho.

Jet quiso girar y avanzar hacia mí, movía la espada con rapidez y empujaba cuando yo tomaba una respiración. Decidí ya no hacerlo. Apretar los labios con fuerza, contener el aire y avanzar rápido, con fuerza para hacer que vuelva a retroceder y se esfuerce. Quería ese triunfo, aunque no sea real, aunque la pelea fuera de prueba y él no me lastimé, quería ganar. Di otro paso y observé su rostro, el brillo asombrado en sus ojos, orgullo quizás. No sudaba, tampoco temblaba, pero había una sutil mueca en su ojos izquierdo que me hizo avanzar aún más, golpear el metal contando los segundos y alzar el brazo a su cabeza.

No lo espero, por poco no logra esquivarlo, y cuando lo hizo giré con la pierna estirada, Vesper me tumbaba con golpeas así cuando estaba desprevenido, lo golpeé y en el instante en que iba a caer se estabilizó con los ojos muy abiertos, sorprendido, me miró y sonrió orgulloso.

—Eso estuvo bien —dijo y de repente caí en cuenta del silencio. Lo único que lo había llenado fue el choque de metales.

Miré a Vesper y a Raven junto a la puerta, también sonriendo, también orgullosos.

—No logré derribarte —gruñí frustrado.

—Soy mucho más experimentado que tú —dijo Jet y Raven saco el arma para enseñarmela.

—Por eso debes tener una siempre a la cintura, si te superas la sacas y le das entre las cejas.

Jet lo miró con desaprobación.

—Que falta de honor.

Raven encogió los hombros.

—Pero seguirá vivo y tú no así que puede contar la historia como él quiera. —Se inclinó hacia adelante y se levantó tambaleándose—. Crees que podrás contra mí.

Todavía estaba agitado y el pecho me dolía por la adrenalina, los callos que la espada formó en mi mano dolían al igual que mis dientes, pero me sentía bien. Con un solo ojo y la mano rota casi había tumbado a Jet, logré hacerlo retroceder, sonreírme orgulloso.

—Si —dije a Raven, avanzando para tomar su arma—, puedo contra tí.

Sonrío con desafío, era un idiota pero era el mejor disparando.

—Antes, tenemos que intentarlo una vez más —interrumpió Jet alzando el filo de espada hacia ambos—. Intenta usar mi peso en mi contra, como dijo Vesper, mueve el hombro y no dejes de mirarme a los ojos. La espada miente, los ojos no.

Asentí y apreté los dientes.

—Bien.



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En el texto hay: boylove, piratas y tesoros, friends to lovers

Editado: 20.11.2024

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