El tesoro al final del mundo

Capítulo 52

PARTE DOS

Un año después…

La mañana fue larga, hace horas que los primeros rayos del sol acariciaron el agua y el frío de la noche retrocedió para dar paso al calor sofocante de aquella zona de la isla. Lo recordaba porqué había estado allí, en el bote, mirando abajo para saber dónde lanzar la caña. Temprano tomé mi bote y arrastré el equipo hacia la playa. Lo primero fue la red, remé hasta donde se juntaban los pescadores todas las mañanas y la lancé al agua como las otras cientos de veces, luego lancé la caña con el anzuelo y un poco de carnada para llamar peces.

Era lo mismo todas las mañanas, me sentaba bajó el cielo oscuro hasta que aclaraba y esperaba en el mismo lugar hasta que el sol haga su recorrido para volver a ocultarse. Era agotador, pero servía para comer. Además, si llevaba algo de agua podría también ser un buen momento, no como antes, no con la calma que sentí en mi otra vida, pero si encontraba cierta paz.

Me refresqué la cabeza en el agua, comí algo más de pan y me recosté a descansar unas horas. Hace días no dormía, la cabeza me daba vueltas cuando me enroscaba por la noche y el dolor me impedía dormir, descansar o siquiera tener un momento tranquilo. El estúpido bote era el unico lugar donde podría descansar, y no es que quisiera, me molestaba la idea de tener que estar en el mar, pero encontraba calma y paz sin intentarlo.

Tomé una respiración, coloqué el brazo sobre los ojos y me preparé para conciliar el sueño. Era un momento perfecto, el fresco de la madera, el sol encima, el olor del agua salada, mi cuerpo meciéndose lentamente con cada ola que golpeaba los laterales, aquel era mi momento favorito del día.

Sentí el bote inclinarse a un lado y no me preocupé, es normal, quizás la red se tensó, quizás… Se inclinó al otro lado y sentí un chapoteo alrededor. Quizás un pez había caído, no lo sentía en la caña pero sí podría ser la red… Volvió a inclinarse y esta vez un poco más, salpicando agua, y esta vez intenté levantarme. Solo que algo no salió cómo pensé. Hubo un fuerte sonido, una bocina de aviso, un disparo que me hizo saltar buscando el origen e inclinar un poco más el bote, volteandolo en el agua.

Nadé a la superficie.

—¡Carajo! —bufé y me volteé hacia el bote que seguía sacudiendo intentando devolverlo a su sitio. El mar se había alterado por la llegada de un navío blanco con velas azules. La bocina volvió a retumbar y los albatros se alteraron, volando hacia todos lados para huir del nuevo intruso. La Marina.

La amargura subió desde mi estómago y sentí un estallido de dolor en las sienes.

Volteé el bote, subí mis cosas de nuevo, amarré la red sujetando a los pobres tres pescados que logré cazar y volví a tierra.

Debía comer algo, dormir y… La bocina del barco volvió a retumbar y vi el navío más cerca del muelle. También había barcos del reino alrededor, sacudiendo las aguas y a los compañeros pescadores que habían ido conmigo temprano a la mañana. En el muelle vi a algunas banderas con personas ridículas alrededor, supongo que escoltarían a los marinos al palacio. No lo sé, pero era un día perfecto para desaparecer.

Llegué a la orilla y guardé el bote con la red y la caña dentro, me llevé el arpón, los cuchillos y los pescados y emprendí el camino de vuelta a la cabaña ignorando a todos los que corrían a ver qué sucedía sin fijarse, golpeándome, insultándome, diciendo cosas sin sentido. Era una tontería.

Seguí hasta entrar a la casa junto a la playa y entré guardando las cosas en el pequeño baúl junto a la puerta.

—¿Qué está sucediendo? —preguntó Sienna asomándose por la puerta de la cocina con el delantal en la cintura y un pañuelo en la cabeza.

—La Marina —bufé caminando hacia ella para dejarle los pescados.

—¿Esto solo? —preguntó al verlos y la amargura se volvió peor.

—El estúpido navío espanto a todos, es lo único que pude sacar. —Solté una mueca por el dolor de cabeza y caminé hacia mi habitación—. Me iré a dormir…

—¿A esta hora?

—Si.

—Tengo que preparar los pescados para vender y no tengo sales…

—Pues ve a comprar —magullé con la extraña sensación de náuseas subiendo por mi garganta.

—¿Puedes ir tú? —preguntó tomando el cuchillo y los pescados para llevarlos a la cocina.

—No me siento bien.

—Quizás te sentirías mejor si dejara de beber toda la noche—gruñó y al instante le siguió el sonido del cuchillo al caer sobre la madera. Ya había comenzado con los pescados. Me detuve y tomé una respiración profunda para calmar el malestar. No era mi trabajo, lo sabía, yo me encargaba de pescar y ella de cortarlos y venderlos, pero aquella mañana había fallado y eso de repente se volvió un insecto incómodo en el fondo de mi mente.

Observé la cortina a mi habitación y pensé en ignorarlo, pero era tonto, de igual manera no podría dormir sin algo de ayuda y el licor… bien, ya no tenía tanto como pensaba.

—¿Oye, puedes apresurarte? —insistió la muchacha con más golpes y me acerqué a la cocina donde colgaban los pedazos de carne seca de sogas esparcidas por los aires. Ella le cortó la cabeza al segundo pescados y procedió a sacarle las vísceras ya sin titubear. Tomé una rodaja de pan de su lado y una fruta.

—Solo saldré una vez así que dime qué más necesitas.

—Sal, hierbas, trae algo de mantequilla y algo de azúcar… —Cortó la cola del pescado y me miró—. Debemos llevar un presente.

—¿A dónde? —pregunté sin comprender y ella inclinó la cabeza hacia la florida y elegante invitación sobre la mesa. Solté una mueca—. No iré.

—¿Por qué no?

—Tengo cosas que hacer —bufé y ella entrecerró los ojos.

—¿Cómo qué?

—Cosas —gruñí y me volteé hacia la salida molesto.

—Trata de llamar mucho la atención —la oí decir—, no necesitamos…

La ignoré y salí.

No necesitamos era su frase favorita los últimos meses, vivía a regaños, órdenes, peticiones, estaba harto y los “no necesitamos” eran el almuerzo de todos los días.



#1138 en Otros
#50 en Aventura
#719 en Fantasía

En el texto hay: boylove, friends to lovers, enemis to lovers

Editado: 10.06.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.