El tiempo contigo fue una vida entera

No es codependencia

Una mañana Mugi se levantó y baño temprano. Kenji seguía dormitando en la cama parece que de nuevo tuvo una noche difícil así que no lo molesto. El que pudiera dormir algunas horas seguidas ya era más que suficiente. Fue a preparar el desayuno y lo primero que pensó fue que debía retomar sus sesiones con el terapeuta. Soñaba con volver a tocar el cello lo suficiente como para no arrepentirse de dejarlo abruptamente. Además debía de volver y aprender más cosas interesantes. No soportaría ser un mal ejemplo para la persona que cuidaba.

Recordó que le había pedido salir y no obtuvo respuesta lo que no la hizo sentir mejor. Él era más joven que ella y hermano de su ex novio, no quería imaginarse qué alguien torciera las cosas y pareciera que solo se estaba vengando de él. De cualquier manera sería juzgada por salir con alguien más joven así que esperaba le diera una respuesta pronto.

Kenji se dio una ducha y bajo a desayunar. Los pensamientos que le decían que todo estaba mal por fin se habían detenido. Mugi comió junto con él y después le dijo que fueran a la florería a trabajar un rato. En los últimos días había dejado que Fabián se hiciera cargo en su lugar, así ella podía quedarse con Kenji. Llegando, ella comenzó a limpiar y en el trascurso del día comenzó a adornar las flores. En realidad era bastante sencillo si lo ponía así ya que los pétalos eran cortados por láser y la decoración cosida o pegada con mucho cuidado.

El miraba como Mugi echaba a perder varios pétalos pero continuaba intentando. Una y otra vez hasta que quedaba la flor cómo debía. Y no solo eso, también había muchos materiales que se decoraban a mano por lo que ella trabajaba siempre para mejorar.

— Impresionante, ¿no?

Kenji miro como Fabián se acerca a él.

— Ella se esfuerza mucho por aprender y eso es fantástico. Y tú muchacho... ¿cuándo tomarás las riendas de tu vida?

"Pronto"  escribió en una hoja que encontró.

Fabián y Mugi se emocionaron pues era la primera palabra que decía/escribía en algún tiempo. Ella lo abrazo esperando trasmitirle la pequeña felicidad que sentía, haciendo que Fabián intentará separarlos. No le gustaba esa intimidad sin sentido, no, en realidad odiaba esa intimidad de pareja.

Poco a poco Kenji empezó a hacer manualidades con Mugi y en lugar de decir solo una palabra, a veces decía dos o tres sin tener una conversación y eso era un avance. Cuando se lo comunicó a su tía está le pidió que le sugiriera ir a recibir atención médica. No quería verlo triste de nuevo.

— Kenji, hoy tendremos una cena especial — dijo Mugi de repente — cerrarnos temprano e iremos de compras, ¿ok?

Kenji asintió. ¿Cena especial? ¿Solo los dos? Interesante.

Mugi le dijo a Fabián que cerrarán antes y después caminaron hasta el supermercado, Mugi llevaba a Kenji del brazo.

...

— Entonces dime Eric, ¿porque vine contigo?

— Este es un supermercado y tú eres un chef de talla mundial, es obvio que necesito tus consejos para cocinarle a Alice — explicó — Sebastián, es obvio que me ayudarás.

— Si lo que sea...— contesto. Han sido amigos toda la vida.

Sebastián, Eric y Mugi coincidieron en la secundaria y preparatoria. Un día de repente llegó Eric diciéndole que tenía novia aunque su padre era demasiado estricto respecto a sus relaciones y el estudio. Para él solo era otro adolescente enamorado.

No sabía porque se separaron pero debía ser lo bastante malo si Eric decía a cada momento que fue su culpa. No investigo nada pero después se sorprendió de escuchar que se comprometió con una chica que conocía hace poco más de un año. Eric estaba encantado de dar ese tipo de sorpresas.

Caminaban entre los pasillos y de espaldas una mujer parecía Mugi. Tenía curiosidad pero no sabía hasta qué punto hablaría.

— ¿Has contactado con Mugi? — pregunto

— ¿No te lo dije? Ella sale con mi hermano menor — contesto mientras miraba la col

— ¿Armando? Pero ese vive en el extranjero, ¿cómo se conocieron? — ahora quedó desconcertado.

— No con él sino con Kenji — corrigió — no sé cómo se conocieron pero ese chico está más feliz que cuando salía con Sofía.

— Ohhh pero ¿no es incómodo? — Pregunto — saliste con Mugi por casi cinco años...saber que se puede convertir en tu cuñada y eso...

— Se a dónde va la conversación pero nunca la toque — le dijo serio — Ella y yo estábamos comprometidos con la música así que además de besarnos no pasó nada. Aunque no lo creas, nada sucedió.

Sebastián quedó boquiabierto. Su amigo lo admitió todo como si nada.

— Entonces, ¿Alice y Mugi se parecen en algo? Algunas veces me sucedió que buscaba cierto parentesco entre mis novias hasta que conocí a mi esposa — explicó — también conozco muchos sujetos que de manera inconsciente buscan esos rasgos iguales.

— Creo que ese no es mi caso — dijo revisando los condimentos que aprobaba Sebastián — Mugi es una chica muy amable, inteligente que sabe cuándo es el momento adecuado para dejar ir algo que no quiere; ella tocaba el cello de manera magistral... físicamente su cuerpo era engañoso.




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