El tiempo contigo fue una vida entera

Un pequeño paso

Mugi empezó a tocar el cello.

Sus piezas sonaban mal por no decir terribles pero estaba intentándolo. Kenji se levantaba a preparar el desayuno para los dos, se alistaba y salía a ver a su médico. Mugi a veces lo acompañaba pero él prefería ir solo pues también tomaría terapia psicológica. Aún no se sentía muy confiado acerca de decirle todo lo que atravesaba su cabeza y esperaba que ella entendiera poco a poco.

Después iba a la florería donde Mugi trabajaba en esos arreglos y Fabián le daba la bienvenida.

Según su médico, aún había posibilidad de recuperar su voz. Si la recuperaba, podían hacer nuevas pruebas y determinar si necesita la cirugía o no. Cuando él contacto con su padre para darle las noticias no sabía si escucho mal o no pero parecía más tranquilo.

— Mama, ¿ya los viste? No dejan de coquetear — señaló Hideto un fin de semana cuando Mugi y Kenji fueron a ayudar.

—Hijo, ¡no seas metiche! — Le pidió la señora — cuando tengas novia seguramente estarás peor que ellos.

Dos días antes, Kenji le dijo a la tía de Mugi que empezó a salir con ella formalmente. Sintió que ese debía ser su comienzo, ella es importante para Mugi así que lo mínimo que podía hacer era anunciar su relación.

— Kenji, ¿Cuantos años de diferencia hay entre ustedes? — pregunto después de un silencio incómodo.

— 6 años — contesto — en unos meses cumpliré 19 así que no soy tan menor de edad.

— Pero esa diferencia de 6 años jamás desaparecerá. — 

— Lo sé pero...

— No me interrumpas — le ordeno — un día te enterarás pero te diré lo que vi cuando Mugi se mudó conmigo. Ella dejo de sonreír, hablar, escuchar... solo era un cascarón vacío. Llegó un momento en que decidió comenzar de nuevo dejando atrás su pasado como músico y aprendió todo lo que le interesaba.

— ¿Porque me lo dice así? ¿Espera que la vea diferente?

— Kenji, quiero que quede algo claro. Muchas veces eres talentoso para algo pero eso no significa que ese algo te haga feliz. Dejar y avanzar es algo común, ella lo aprendió. Ella sabía que si se aferraba a algo podría ser más doloroso que volverlo a vivir. — Explicó — si un día algo no sale como quieres que sea, espero que puedas contar con ella. Nunca se sabe quizás tú la inspiras a avanzar.

— Tía — empezó a hablar — cuando me enteré que Mugi fue un músico talentoso que dejo esa vida repentinamente, creí que solo lo dejo porque tenía miedo de experimentarlo de nuevo pero no fue el caso. Ella práctica todos los días. Cuando perdí mi voz...— hizo una pausa, su voz era baja — el mundo entero me atacaba por acabar con el sueño de mis compañeros aunque ellos me dijeron que tomara un descanso... fui yo... fui yo quien asumió los reproches que no existían.

— Es común porque ellos tenían sus expectativas en ti pero no pudiste alcanzarlas. Kenji, sea lo que sea que suceda en el futuro, Mugi, Hideto y yo estamos para escucharte. No te guardes nada porque era más doloroso.

Kenji asintió. Estaba seguro que mejoraría poco a poco.

Le alegraba verlos sonriéndose pero prefería que trabajaran. Hideto estaba algo molesto por verlos juntos. Algo que no sabía su mamá es que, el hermano de Kenji, fue quien lastimó a Mugi hace años. No debía mencionarlo ni recordarlo pero no podía evitar querer proteger a su hermana.

— ¿Puedo tomar su pedido? — dijo Hideto

— Te quiero a ti — respondió la chica

— Lo siento, eso no está en nuestro menú, si solo vienes a perder el tiempo mejor vete

— Oye, Soy Sofía, soy la más hermosa de la escuela pero ¿te atreves a ignorarme?

— Ahhh lo siento pero solo salgo con universitarias — contesto Hideto — ¿siquiera tienes vergüenza? ¡Soy amigo de tu ex novio!

— ¿Y? Eso no quiere decir nada — contesto — quiero pasta

— Aquí no hay pasta, solo vendemos comida ligera.

Sofía se molestó y salió. Estaba enojada porque Kenji se consiguió una nueva pareja en menos de un trimestre y Hideto la ignoraba a cada momento como si fuera aire.

Cuando ella salía con Kenji, esperaba que las cosas avancen gradualmente, aguanto los rumores, las groupies y todo para nada. Se aburrió de esperar que algo sucediera hasta que se dio cuenta que lo engaño. No estuvo tan mal pero eso tampoco quería decir que estuvo bien pero Kenji no se interesó por saber si el rumor era cierto o no. La cuidaba tanto que parecía ridículo esperar que cambiará de parecer.

...

 

— Eric, ¿podemos hablar?

—  Seguro, ¿qué sucede Alice?

La cena fue un éxito pero Alice aún tenía esa sensación de inseguridad. Ellos e conocieron de casualidad hace tres años. Alice trabajaba como asistente de gerente en una tienda departamental en una zona comercial para personas comunes. Se cruzaron pero ella no causó ninguna impresión así que no esperaba volverlo a ver aunque nunca lo olvido.

Unos días más tarde, se encontró con él en una tienda de instrumentos de cuerda, probando un cello, parecía que lo llevo a reparar o algo pero no podía tocarlo. Tensaba las cuerdas pero el arco no se movía. Movía el arco pero el sonido era desagradable. El encargado le dijo que si aún era difícil entonces probara con algo más, forzarse a algo era tan perjudicial como cualquier actividad a la que no estabas acostumbrado.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.