El tiempo contigo fue una vida entera

No correspondido

Kenji estaba cortando algunas hojas de tela con un molde. Según Mugi eso era mejor pues así no desperdiciaba en cortarlas con láser ya que cada planta tiene hojas distintas además ella no podía cortar y con tanta precisión como Fabián o Kenji. Mientras ella atendía a los clientes, Fabián acomodaba algunas entregas. Siempre le pareció que Mugi era bastante tonta, una persona que debes vigilarla antes de que haga alguna locura. Apenas había escuchado un poco sobre su pasado.

Ellos se conocieron cuando recién abrió la tienda hace casi dos años. Fabián estaba buscando trabajo después de ser echado de su departamento, como no tenía dinero para arrendar de nuevo estaba viviendo en casas de distintos amigos pero ya se había cansado de ello. Odiaba molestarlos aunque a ellos no les importaba, Fabián fue amable con ellos en algún momento y regresaban el favor. Mugi apenas sabía algunas cuántas cosas sobre administrar un negocio pero sus documentos estaban en regla. El día en que le pregunto por el trabajo de ayudante, ella tiro varios frascos de chaquira.

— Chica, eres bastante tonta — le dijo al verla

— Lo siento, no podía agarrarlos bien — dijo buscando algo para poner todo.

— Busco al gerente para el puesto de ayudante — le dijo

— Ahhh soy yo — saludo — Hola, soy Akimoto Mugi

— ¿Mugi? Tu nombre suena como un gusano

— ¿Viniste por el trabajo o a insultarme?

— Un poco de ambos. — contesto.

La entrevista fue breve. Mugi hizo algunas preguntas generales sobre su experiencia y al final lo contrato. Al ser un negocio nuevo pensó que sería difícil echarlo a andar pero ella ya tenía bastantes pedidos principalmente de hospitales. Le enseño todo lo que sabía en ese momento, cortar, teñir, armar y empaquetar. Fabián lo encontró divertido pero ella casi nunca trabajaba a su lado.

— Jefa, ¿tiene novio?

— No para que quiero uno — respondió. Mugi sonreía en ese momento y Fabián solo pudo pensar " se ve hermosa"

 

Las pláticas se volvieron comunes. Ella le ayudo a buscar un buen departamento y mientras podía mudarse lo dejaba quedarse allí en la tienda. Fabián fue a esa ciudad por la universidad, termino y comenzó a trabajar en una empresa de renombre pero en el recorte de personal fue despedido y ahora solo hacia trabajos de medio tiempo.

Apenas sabía algo de ella. No termino la universidad pero tomo varios cursos de distintos ámbitos, le gustan las manualidades, no tiene comidas favoritas y vive sola, su familia vive cerca del centro de la ciudad además de tener un primo que parece matón.

Pensaba que ella estaría allí para él pero cuando se dio cuenta de que podía ser arrebatada por otro hombre, se molestó bastante.

— Oye Kenji, seguramente es un gran problema vivir con alguien tan ordenado

— No lo es — contesto — nos dividimos las tareas pero solo ella cocina.

— Hmmm ¡qué cosas! No dejaría que cocinará ella, también tengo manos — le dijo

— No lo puedo evitar, no sé cocinar — dijo de la nada haciendo que Fabián se sintiera como tonto

— ¿Cómo van tus terapias?

— Bien, me gusta practicar pero siento que se me va el aire de repente.

— Supongo que sucede lo mismo cuando se besan — señaló — ¿quizás más ejercicios de respiración?

— No lo sé, apenas puedo mantener está conversación. Aún me es difícil que mi voz sea entendible — contesto

— Lo siento, es mi culpa — le dijo

Más tarde él se haría cargo del mostrador mientras Mugi estaba haciendo una muestra, Kenji ordenaba los materiales cuando ella lo abrazo de repente.

— ¿Y eso? No creí que tomarlas la iniciativa.

— Jajaja solo quería abrazarte. — le dijo. Se sentía mejor después de que le dijo a su tía que salía con él. Hideto es el que puso mala cara diciéndole que si se hacían llorar los iba a separar.

— Que casualidad, yo quiero besarte — le dijo. Se giró y empezó a besarla.

Fabián iba a la parte de atrás, los vio y se regresó. Ese chiquillo no parecía ser estudiante de preparatoria para nada. No con ese comportamiento. Los dejo solos. Si no hubiera dudado tanto probablemente tendría una relación con ella. Más tarde, estaban acomodando todo para cerrar, Fabián detuvo a Kenji diciéndole que fuera con él si hacer preguntas. El chico accedió y no dijo nada más que avisarle a Mugi. Ella los despidió y se fue a la casa de sus familiares.

Fabián y Kenji estaban caminando en silencio por la acera. Al pasar la gente cerca de ellos, hablan de que ese cantante no tenía vergüenza para salir a la calle después de destruir a la banda que lo hizo famoso. Fabián se dio cuenta de la situación y camino más rápido, si él tenía una recaída entonces Mugi jamás se lo perdonaría.

La casa de ese empleado estaba cerca y tenía una buena vista. Fabián lo dejo entrar y le pidió ayuda para mover los muebles. Después de una hora de mucho trabajo, ofreció hacer la cena, Kenji no sabía si ese era su propósito o no.

— Kenji, soy tu fan — dijo Fabián tranquilo




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