El tiempo contigo fue una vida entera

¿Rompiste tu promesa?

"En otras noticias el popular grupo de rock pop continúa haciendo audiciones a violonchelistas argumentando que aún no encuentran a la persona adecuada que trasmita los sentimientos de su compositor y desaparecido vocalista Ken..."

 

Mugi apagó la televisión.

No veía la tele y justo cuando la enciende aparece esa nota.

Los últimos días vivío como si nada. Pensaba en tomarse unas vacaciones pero al momento de pedirlas regresaba sobre sus pasos como si estuviera arrepentida de pedir tiempo libre.

— Buenos días — dijo al llegar al trabajo

— Mugi, gracias al cielo — dijo una secretaria — lleva esto a la oficina del jefe. Tengo que bajar por unos documentos que necesita en este momento. — le entrego la charola con café y galletas.

Mugi se apresuró. Subió y entro a la oficina.

— Entonces.... — dijo un hombre

Mugi se quedó paralizada. Esa voz creyó que no la volvería a escuchar, se acercó un poco más para poner todo sobre la mesa.

— Me parece perfecto... en días posteriores le diré las fechas para...

Mugi retrocedió.

— ¡¿Mugi?! ¡Qué sorpresa! — dijo el hombre intentando saludarla con una sonrisa. Ella camino un poco hacia atrás tirándose encima la bandeja con las tazas llenas de café hirviendo. Él se acercó a levantarla pero Mugi casi salió corriendo.

— Abogado... ¿la conoce? — pregunto Adrián.

— Solíamos salir en preparatoria. — Contesto — pero es cosa del pasado.

Minutos más tarde alguien fue a limpiar. Mugi estaba en los vestidores cambiándose. ¿Porque justamente allí debía encontrarse a Eric y porque justamente tenía que hablarle? ¿No podía pensar en otra cosa?

— Mugi — hablo Aneth — ¿Estás bien? ¿Te quemaste?

— Estoy bien... creo que será mejor si me voy a mi casa... no me siento bien... — dijo

— De acuerdo. Avisaré que te irás antes — dijo Aneth

Mugi tomo sus cosas y salió a toda prisa de la empresa. Caminaba cerca de la entrada cuando algo la sujeto del brazo, por inercia se soltó y alejo unos pasos.

— Cuñada... hace mucho que no te veía... ¿qué tal estas? — Pregunto Eric — ¿Cuándo te mudaste a este país?

— No te diré — y se dio la vuelta

Eric la volvió a sujetar del brazo

— ¿Dónde están? ¿Sabes que mi madre quiere conocerlos? ¿Dónde están los hijos que tuviste con Kenji?

Mugi cerró los ojos. Tenerlo cerca le hacía recordar la golpiza que sufrió por parte de él y peor aún seguía comportándose de la misma manera autoritaria que siempre.

— ¡Responde! — dijo moviéndola con brusquedad.

Mugi sentía que lloraría en cualquier momento.

— Abogado, le recuerdo que hay personas alrededor, por favor suelte a mi empleada — intervino un hombre

— Hmmm te habías tardado... en fin... Mugi... ya sabes que los encontraré.

— Abogado... parece que no necesitaré de sus servicios. Que tenga buen día. — dijo Adrián

Mugi aún tenía los ojos cerrados y semblante blanco. Adrián la llevo a su auto y la subió.

— ¿Estas mejor?

No hizo ningún ruido ni movimiento

— Señorita Akimoto... ese abogado no está cerca. ¿Ahora está mejor?

No hizo ningún ruido.

Adrián encendió el auto y la llevo a una clínica para que la revisaran. Se dio cuenta de que se había quemado y bajo a darle un ungüento contra quemaduras también se fijó que ella puso una cara de horror al ver a Eric platicando con él. Jamás había visto una expresión como esa por lo que pensó que algo malo había sucedido.

Una doctora curo sus heridas y sugirió que descansará unos días antes de volver al trabajo pues sufrió una impresión muy fuerte. Adrián le agradeció y llevo a Mugi a su casa.

— Voy a usar tu llave — le dijo cuando llegó. — necesito ver qué al menos te recuestes a descansar.

Ella lo seguía obediente. No estaba escondiéndose pero no creyó que lo vería allí y mucho menos que le hablaría. ¿Y si la buscaba con regularidad? ¿Y si la acosaba?

"Quiero que algún día toquemos una canción juntos... debes prometerlo Mugi"

— ¡Cállate! ¡CALLATE! — comenzó a gritar. Estaba muy asustada.

Adrián fue a abrazarla. Sentía que si no hacía algo se lastimaría.

 

Mugi despertó unas horas después. Había un leve aroma a comida recién hecha, creyó que estaba alucinando pues vivía sola. Se levantó y empezó a sentirse mareada, quizás la impresión. Miro su reloj y eran más de las siete.

Salió de su habitación, no recordaba haber llegado allí... ni recordaba haber cruzado la puerta... jajaja lo que le faltaba estaba medio loca.

— Ahhh ¿despertaste? — Dijo Adrián mientras doblaba la ropa — hice algo de cenar, en un momento te sirvo.




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