Al fin todos los papeles estaban orden. Ya tenía todos mis documentos legales en mi poder. Ahora sólo faltaba ir en busca de Grace.
Mi padre se encargó de comprar los pasajes para llegar a Estados Unidos, que es el país en donde Grace vive. Él iría conmigo, algo que agradecí ya que era mi primera vez viajando en un avión y sin duda los nervios me estaban comiendo. A ratos pensaba dónde había quedado ese valiente guerrero que no le tenía miedo a nada, porque lo que era en el presente, parecía que cada cosa nueva causaba estragos en mí.
Antes de irnos le mostré a mi padre la riqueza que había acumulado en el pasado. La idea era poder convertirla a dinero actual y no llegar donde Grace sin nada que ofrecerle. Me sorprendí cuando vimos que ahora me había convertido en millonario. Al fin podría darle a Grace y a su otra hermana una vida mejor.
Lo primero que hice fue ir a comprar ropa para estar presentable ante la mujer que amo. También fui a una peluquería y corté mi cabello con un estilo moderno. Quería que me viera limpio y ordenado como a ella le gustaba. Luego de eso, hicimos las maletas y nos fuimos al aeropuerto.
Mi padre estaba a mi lado, feliz, como nunca lo vi cuando era pequeño. Estaba agradecido de que la vida me diera una nueva oportunidad de reunirme con él. Juntos abordamos el avión y partimos rumbo a Estados Unidos.
GRACE
Hace un mes aproximadamente que volví a casa. Estuve fuera tan solo unos días, según el calendario del presente, pero en esos pocos días, viví todo un año en compañía de un hombre magnífico. Lo amé sin medidas y aún lo sigo amando. No fue fácil contarle a Charity todo lo que había sucedido. Mientras más cosas le contaba, más anonadada estaba ella. Como yo, le costó mucho creer lo de los viajes en el tiempo y no podía entender cómo podía ser eso posible. La verdad es que yo misma me rendí al tratar de entenderlo. Yo solo lo viví.
Le conté del viaje a Venecia y de que conocí a Galileo Galilei, también le conté cómo encontré a Faith y cómo ella decidió quedarse en el pasado junto al que era mi maestro, el hombre que yo amaba. Cuando me preguntó cómo se llamaba, le dije…Musashi Miyamoto. Apenas escuchó su nombre, se volvió loca y me regañó.
_¿Cómo dices que se llamaba?_.
_Musashi Miyamoto_.
_Y era un Ronin experto en muchas técnicas marciales…..
_Sí, ya te lo dije ¿o no?_.
_¿Y nunca antes oíste hablar de él?_ seguía haciendo preguntas y yo más tonta me sentía.
_¿Debería haberlo hecho?_.
_Por Dios, Grace. ¿Aprendiste Kendo por años y nunca se te dio por averiguar un poco más sobre los orígenes de esa disciplina?_.
_Querida Charity, debo recordarte que aprendí Kendo para volverme más fuerte y defenderlas de Tía Evageline en caso de que volviera a golpearnos y comprenderás que el poco tiempo del que disponía para aprender, se limitaba solo a los recreos de la escuela y mi “sensei” no perdía el tiempo contándome la historia del Kendo, solo me enseñó los movimientos básicos y cómo defenderme, nada más, así que discuuuuulpa si no sé de lo que hablas_ me justifiqué.
_Cualquier practicante del Kendo, que se precie como tal, sabe que Musashi Miyamoto es el guerrero que sentó las bases de esa arte marcial. Él fue un personaje sumamente importante dentro de todas las escuelas de las artes marciales a lo largo de los tiempos. En verdad me sorprende tu ignorancia querida Grace_.
Era cierto. Cada palabra que Charity me dijo era la más pura verdad. Estuve delante de un personaje histórico al cual amé con locura un año completo y nunca tuve la más remota idea. Me sentí una ridícula.
Por más que intenté dejar atrás el pasado, siempre había algo que lo traía a mi presente…cada maldito día. Y era mi mente precisamente la que gozaba traicionándome y echando sal en la herida. No había momento del día en que no pensara en él, sobre todo después de saber quién fue. Lo extrañaba tanto que creía que iba a enloquecer. Al menos me quedaba el consuelo de saber que amaba mi rostro….bueno….. más bien era el de Faith, no el mío. ¡¡Noooooo…….a quién le miento, eso tampoco me consolaba!!
Tenía tantas interrogantes y los libros no respondían a ninguna de ellas. Al leer sobre él, se mencionaba la mujer que alguna vez amó, pero nada indicaba que haya seguido a su lado hasta el fin de sus días. ¿Sería que habrían terminado su relación en algún momento? ¿Sería que Faith murió al poco tiempo? ¿O sería que la mantuvo escondida para protegerla de los enemigos? Creo que nunca lo sabré. Solo espero que ninguno de los dos haya sufrido.
Musashi
Llegamos a Cambridge, Estados unidos, una ciudad que mi padre conocía muy bien ya que estudió en la Universidad de Harvard siendo joven. ¡Qué honor el haber tenido la posibilidad de estudiar una carrera tan singular y fascinante! En el pasado no existía un sistema educativo como el que existe hoy día. Solo algunos privilegiados tenían la oportunidad de ampliar sus conocimientos.
En mi caso, como hijo de Samurai y futuro Samurai, aprendí a leer y escribir ya que mi carrera como tal requería conocimientos de artes literarias. También fui instruido en caligrafía, aritmética básica, filosofía y etiqueta. Me enseñaron además varias artes marciales y habilidades militares, siendo este conocimiento el que más influyó en mí, motivo por el cual dejé de lado convertirme en Samurai y opté por transformarme en un Ronin. Quería aprender en cada escuela a la que iba la habilidad de manejar todas las armas y adaptarlas a mi propio estilo. No sabía qué tan trascendental había sido mi labor hasta que mi padre me enseñó la opinión que el mundo de este tiempo tiene de mí, o más bien dicho de mi yo del pasado y sospecho que esa fama tiene que ver más con Daiki que conmigo.