El titán de Varsovia

PIEZAS SOBRE EL TABLERO

Morthu no entiende mucho de magia; jamás le ha interesado practicarla a pesar de ser uno de los pocos en su territorio que puede hacerlo. Su problema con la magia tiene que ver con una cuestión de orgullo y comodidad, pues prefiere mil veces usar los puños en una pelea.

La magia no es su fuerte, por ello, lo que sintió en la tumba de Celeste lo desconcertó.

Tiene que hablar con Kai.

Morthu apareció en su facción y lo siguió hasta su despacho. Estaba furioso, como había supuesto, pero sin importar cuán enojado pudiera estar Kai, él nunca pensó que lo recibiría así. Tuvo que poner una mano en la puerta para evitar que Kai la cerrara contra su nariz.

Entró al lugar y se paró frente a él sin saber la razón detrás de su actitud. Le ofreció ayudarlo, pero el líder americano se negó.

—Lo resolveré pronto. Si necesito tu ayuda, te llamaré —dijo Kai sin despegar su mirada del mapa de Argentina que tenía sobre su escritorio.

—¿Y cómo piensas hacerlo sin ayuda, hombre?

—Tengo ayuda.

Kai no lo ha visto ni una sola vez desde que entró a su despacho. Dibuja rayas con una actitud fría, uniendo cada punto en el lienzo. Morthu sabe que solo hay dos explicaciones para su aparente indiferencia: culpa por hacer algo que no debería y enfado por los problemas que él pudiera ocasionarle. El enfado estaba descartado y lo sabía porque no lo había insultado lo suficiente.

Solo queda un camino: la culpa.

—¿Quién te está ayudando?

—¿Qué te importa?

—La inmadurez no va contigo, abuelito —se burla Morthu—. Anda, dime.

—No me molestes. Te dije que lo voy a solucionar —replica, alzando la mirada.

—Sé que lo vas a solucionar, pero yo he venido a ayudarte. Al menos deberías aceptar mi apoyo y decirme qué vamos a hacer.

—No vamos. Vuelve a tu facción.

Antes de que Morthu pueda replicar por su actitud, el teléfono de Kai suena con una videollamada.

—¿Qué tienes? —pregunta Kai, mirando la pantalla.

—¡Sé todo lo que necesitábamos averiguar! —grita una voz conocida para Morthu—. ¡Y lo mejor de todo es que no tengo migraña!

—¿Tan rápido? —Kai parece estar sorprendido—. Perfecto.

—¡Incluso te hice un bonito esquema!

Kai sonríe al ver lo que la mujer le enseña. Morthu se acerca para ver con quién está hablando y al descubrir la imagen de su enemigo, le arrebata el teléfono a Kai.

—¡Tú! —exclama Morthu.

El ancla está al otro lado de la línea y sostiene una gran hoja de papel, pero cuando ve el rostro de Morthu cuelga rápidamente.

—¡¿Es una jodida broma?!

—¿Te molesta? —Kai lo pone a prueba—. Resultó ser más eficiente de lo que pensaba.

Morthu encierra el móvil en su mano, rompiéndolo. Kai ni se inmuta. Su frialdad es la última gota que derrama el vaso. Al líder europeo no le gusta cuando no lo toman en serio, por lo que presiona el cuello de Kai con su codo y lo estrella contra la pared.

—¿Cómo se te ocurre aliarte con ella?

—¿Por qué no? —pregunta con dificultad.

—¡Es el enemigo! —grita Morthu a un palmo de su cara—. ¿Ya olvidaste todo lo que hizo el rey?

—Exacto, fue Lio. —Kai lo aparta con dificultad—. Junne no nos ha hecho nada.

—¡Ella controla al rey!

—Eso es una buena noticia para nosotros. —Kai se sienta sobre su escritorio y cruza los brazos—. Ella se asegurará de que no tengamos que preocuparnos por él durante un buen rato.

—Estás demente.

—Tengo cosas más importantes de las que ocuparme, Morthu.

—¡Lio empezó todo esto en primer lugar, mira lo que Celeste…! —De repente, guarda silencio.

—¿Celeste qué? ¿Qué pasó en el norte la noche en que murió Celeste?

—Tú ya lo sabes —dice entre dientes.

—¿Me estás diciendo que Lio fue quien la mató?

—Tuvo que ser él.

—¿Tuvo? —Kai arquea una ceja—. O sea…, que no estás seguro.

—Te estás comportando como cuando perdonaste a Yasikov. ¿Es eso lo que harás? ¿Perdonarás al rey?

Morthu lo mira como si estuviera loco y Kai sonríe sin ganas, afilando su mirada para detectar cualquier reacción de su parte.

—Mientras Junne colabore de buena gana conmigo, no tengo razón para negarme. ¿Sabes por qué? —Ahora es Kai quien invade su espacio personal—. Un líder debe velar por sus cazadores y la paz en su facción, asegurando la supervivencia de la especie humana y la permanencia de las criaturas a través del tiempo. Desde que no sé qué diablos está ocurriendo en mi territorio, Junne me ha proporcionado información. Primero con Codicia, y ahora con esta guerra que toca a mi puerta —Morthu lo escucha sin pestañear y Kai continúa—. Tú deberías hacer lo mismo… ¡Ese es tu maldito trabajo!



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En el texto hay: rey, brujas, dramas y magia

Editado: 27.11.2023

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