El Torneo De Lo Oculto

Capítulo 16: El Rojo Más Fuerte

Capítulo 16: El Rojo Más Fuerte

Todos los duendes que ayudaban a Santa a fabricar los regalos estaban presentes, rogando por la victoria de alguien que consideraban parte de su familia: el gran Santa Claus. Ninguno de ellos apartaba la mirada, con ojos llenos de esperanza, pero al ver la expresión de Santa todos quedaron conmocionados, ya que nunca habían visto una expresión como esa viniendo de alguien como él.

—Te has pasado de la raya, Drácula —susurraba Santa Claus, mientras Drácula empezaba a reír histéricamente—. ¡Ja, ja, ja! Así que esta es tu razón para entrar en este torneo, el gran y noble Santa Claus. No esperaba nada menos. Pero esto no es un cuento de Navidad. Aquí no hay finales felices, y eso te lo mostraré ahora mismo.

Drácula empezó a canalizar sangre en sus manos, esta vez formando una espada larga y delgada que brillaba con un rojo intenso. Rápidamente se unió a la pelea con sus soldados, pero las bombas en los muñecos de nieve se activaban, generando una gran explosión e intentando atrapar a Drácula en ella.

—¿Eso es todo lo que tienes? No me hagas reír —al despejarse el humo generado por las bombas, Drácula se presentaba con una armadura carmesí que lo protegía por completo.

Santa, con una cara disgustada, empezó a recitar un nuevo hechizo rápidamente mientras avanzaba al frente. Las provocaciones de Drácula habían surtido efecto en él, causando que Santa vaya al frente de la batalla.

—Así que por fin te dignaste a enfrentarme… veamos cómo lo haces.

Al acabar de recitar el hechizo, en las manos de Santa apareció un gran bastón de dulce que rápidamente empezó a tomar forma de una espada.

—¿Es en serio? ¿Planeas enfrentarme con una espada de dulce? Parece que todavía no te lo tomas en serio, pero no importa, porque esto se acaba ahora.

Drácula rápidamente arremetió hacia Santa Claus con su larga espada, mientras el ejército de Santa y el ejército carmesí de Drácula seguían enfrentándose el uno con el otro. Las espadas de Santa y de Drácula chocaron la una con la otra con gran fuerza, sacando chispas por el impacto. La agilidad tanto de Drácula como la de Santa era muy elevada; el intercambio de ataques era de una gran velocidad que gran parte de la multitud no podía ver con claridad.

—¿Eso es todo, Santa? ¿Eso es todo lo que tienes? ¡Ja, ja, ja!

—Ya lo veremos, Drácula… ya veremos quién es el que ríe al último.

El combate de Drácula y Santa superaba con creces los esfuerzos de ambos ejércitos, al punto de que ninguno de sus soldados podía interferir. Cada impacto que daban provocaba una ráfaga de energía que repelía a cualquiera que se acercaba. Los ataques de Drácula empezaban a surtir efecto en Santa, mientras que los ataques de Santa apenas impactaban la armadura carmesí de Drácula sin lograr herirlo. De esos ataques, Drácula empezaba a hacer retroceder a Santa.

Todos los espectadores estaban sorprendidos por la calurosa batalla entre estos dos grandes, pero a quienes más impactaba era a la señora Claus y a los duendes, que veían esta batalla con gran preocupación. Santa comenzó a recitar nuevamente un hechizo mientras seguía luchando, mientras que Drácula empezaba a canalizar su sangre en su espalda.

El estadio se había convertido en un campo de batalla, en un campo de guerra, y en medio estaban los líderes de cada ejército: Santa y Drácula, la nieve contra la sangre.

Santa, al acabar de recitar su hechizo, convocó su gran bolsa de regalos. Rápidamente se apartó de Drácula y, tomando su bolsa, la abrió, regando todo lo que tenía dentro. Regalo tras regalo caía de su bolsa, y de ellos empezaba a salir un montón de juguetes que parecían tener vida. Todo tipo de muñecos empezaba a formar un nuevo ejército que crecía más y más a cada momento.

—No has aprendido, Santa… tus trucos no funcionan conmigo.

Muñecos de peluche, carritos, muñecas, todo tipo de juguetes empezaban a rodear a Drácula y se acercaban lentamente hacia él.

—Adivinaré… si es que me tocan explotarán. ¿Qué no sabes hacer nada más, Santa?

Santa, con una expresión seria, solo susurró:

—Ataquen.

Rápidamente los juguetes empezaron a aferrarse fuertemente a Drácula, mientras que Drácula, con su gran espada, intentaba destruir todos los juguetes que podía. Pero no era suficiente. Peluches se aferraban fuertemente a Drácula uno tras otro, se incrustaban en él. Los movimientos de Drácula se hacían más lentos cada vez que más juguetes se aferraban a él.

—¿Qué está pasando? ¿Por qué estos simples juguetes pesan tanto?

Con una sonrisa, Santa siguió enviando más y más juguetes hacia Drácula, mientras que Drácula intentaba desesperadamente quitarse de encima todos los juguetes que tenía encima, pero no lo lograba. Estaban fuertemente aferrados a él. Entonces la sangre que había canalizado en su espalda empezó a encerrarlo en un domo de sangre para evitar que más juguetes se pegaran a él.

—No es un mal truco, Santa… pero, aun así, no es suficiente.

La armadura de Drácula empezó a desvanecerse, intentando quitarse de encima a todos los juguetes que tenía pegados a él. Pero aun así, los juguetes no lo soltaban. Mientras los demás juguetes intentaban destruir el domo de sangre que lo protegía, Santa a la vez arremetió hacia Drácula con su espada de caramelo y, con un estoque, lo destruyó. Los juguetes empezaban a hacerse cada vez más y más pesados, impidiendo el movimiento de Drácula.

Aprovechando esta apertura, Santa logró abatir con su espada de caramelo el pecho de Drácula. La expresión de Santa era de incomodidad, no era algo que quería hacer, pero aun así lo hizo.

—Así que eres capaz de hacer esto… no está mal —decía Drácula mientras tosía sangre—. Esto tiene que acabar ahora, Santa.

El cabello de Drácula empezaba a tornarse de blanco, su cuerpo empezaba a transformarse. Los espectadores ya habían visto esta transformación de él, así que sabían lo que venía, pero esta era la primera vez que Santa lo veía de esa forma. Rápidamente retrocedió, tomando una postura de defensa y enviando más y más juguetes a él, pero Drácula solo reía.



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En el texto hay: fantasia, accion, sodrenatural

Editado: 04.09.2025

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