El Torneo De Lo Oculto

Capítulo 30: Sangre Celestial

—¡El ganador es Hades! —anunciaba el árbitro ante todos.

Hades volvió a su forma normal mientras avanzaba hacia la figura congelada de Baba Yaga. Con gran dificultad se paró frente a ella y, con un simple toque de su dedo, todo el hielo se destruyó por completo, acabando con los rastros que quedaban de la bruja. Se dio la vuelta y se marchó con un silencio aterrador.

—Bien… parece que nuestro último combate está a punto de comenzar. ¡Que pase nuestro primer participante! —proclamó el árbitro.

Desde la entrada, la figura de un hombre de pelo largo y negro se asomaba con una mirada penetrante y una sed insaciable.

—Nuestro próximo participante es el inmortal, el rey de los vampiros: ¡Drácula!

Drácula, con una gran sonrisa, se presentaba envuelto en un aire de grandeza y arrogancia. Sus ojos se posaron en la entrada por donde aparecería su rival; sabía perfectamente quién sería. Todos lo sabían. Solo quedaba un participante por presentarse.

—Y bien, para nuestro próximo participante… ¡que pase al frente! —anunció el árbitro.

Desde la otra entrada aparecía con un aire de grandeza y virtud. Sosteniendo su báculo mágico y portando su armadura celestial, entraba con gran confianza:

—Nuestro próximo participante es el destructor de los cielos, ¡el gran y poderoso Rey Mono!

Las ovaciones se hicieron notar. La popularidad del Rey Mono era enorme en comparación con la de Drácula. Por su arrogancia, el vampiro no era muy querido por el público. Esta pelea era vista casi como una batalla entre villano y héroe: Drácula como la sombra, el Rey Mono como la luz.

Esta última pelea era la más esperada por los espectadores. Dos de las figuras más grandes que habían destacado en este torneo estaban a punto de enfrentarse. Solo uno iba a quedarse; el otro iba a desvanecerse.

—Bien, que comience el combate —anunció el árbitro.

Al acabar de pronunciar el inicio del combate, el Rey Mono saltó hacia Drácula con su báculo mágico, mientras que Drácula hacía lo mismo con sus poderosas garras. El impacto entre ambos fue enorme, pero hubo una ligera ventaja hacia el Rey Mono. Drácula rápidamente evitó los siguientes ataques dirigidos hacia él.

—Vaya, ese báculo sí que es fuerte. Mis manos están entumecidas… Es impresionante para un simple mono —decía Drácula con una sonrisa.

—Pues las famosas garras de Drácula son decepcionantes. Pensé que al menos aguantarían dos golpes, pero ni eso pudieron. ¿Qué se siente ser superado por un simple mono? —replicó el Rey Mono.

Rápidamente, la sonrisa de Drácula se convirtió en una expresión seria.

—Veamos qué juguete es más resistente: tu varita o este tridente que me lo dio un dios con gran amabilidad —dijo Drácula mientras sacaba el tridente que había conseguido de su batalla contra Poseidón.

Sin más, se lanzó al ataque contra el Rey Mono. El Rey Mono no retrocedió; al contrario, con más ferocidad comenzó su contraataque. Chispas volaban en el aire cuando el báculo mágico y el tridente chocaban entre sí con gran fuerza. La batalla era feroz; ninguno cedía. Cada uno se mantenía como si su vida dependiera de ello.

—No está mal, mono, pero todavía no es suficiente —exclamó Drácula.

Rápidamente impregnó sangre en su tridente, haciendo que sus ataques fueran más fuertes, logrando hacer retroceder poco a poco al Rey Mono. Pero aun así, el Rey Mono seguía firme hasta que ambos concentraron sus fuerzas en sus armas, dando un golpe arrasador que mandó a volar tanto al Rey Mono como a Drácula.

Drácula no perdió tiempo y rápidamente formó múltiples espadas de sangre, arrojándolas hacia el Rey Mono. Pero el Rey Mono, antes de recibir algún daño, hizo crecer su gran báculo mágico, evitando el ataque y atacando a la vez a Drácula, dándole un golpe directo que lo dejó bajo el gran báculo.

Rápidamente, el Rey Mono convocó un hechizo de bolas de fuego y, al quitar su gran báculo, las lanzó hacia Drácula una tras otra. Al acabar el ataque, el Rey Mono creó múltiples clones de su pelo, rodeando por completo a Drácula.

Pero Drácula se había encerrado en una gran burbuja de sangre, evitando las bolas de fuego. El Rey Mono, sin perder tiempo, mandó a sus clones a atacar para destruir su defensa de sangre. Sin embargo, antes de que pudieran tocarla, salieron picos de la burbuja, hechos de sangre.

Perforando a todas las copias del Rey Mono, la defensa de Drácula volvió nuevamente a su forma original.como una burbuja



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En el texto hay: fantasia, accion, sodrenatural

Editado: 19.09.2025

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