El Tour Romántico Más Peligroso del Mundo

CAPÍTULO 4 — El itinerario del desastre

El vampiro VIP seguía sonriéndome como si yo fuera un cupcake de vainilla.

Yo, en cambio, estaba buscando mentalmente salidas de emergencia, ventanas, portales, agujeros, LO QUE FUERA para escapar.

Pero claro… el director decidió que este era el mejor momento para entregarme una carpeta con letras rosadas y brillantes.

ITINERARIO ROMÁNTICO DEL DÍA

Sus palabras exactas fueron:

—Lía, este será tu mapa de supervivencia. Digo… tu guía de actividades.

Yo tragué saliva y abrí la carpeta.

Actividad 1: Paseo en góndola etérea.

Riesgo: Bajo.

Notas: Evitar que los fantasmas intenten arrastrar pasajeros al agua.

Actividad 2: Picnic lunar.

Riesgo: Medio.

Notas: No permitir que los licántropos muerdan a nadie por “exceso de emoción”.

Actividad 3: Baile de parejas en la terraza celestial.

Riesgo: Alto.

Notas: Recordar que las brujas NO deben mezclarse con demonios de fuego en pista de baile. Última vez terminó en demanda.

Yo cerré la carpeta de golpe.

—¿Es esto serio?

—Muy serio —respondió el director, sin una pizca de humor—. Esto es un tour romántico de élite. Los clientes esperan perfección.

—Pero… ¿picnic lunar? ¿baile celestial? ¡Ni siquiera sé bailar!

—No te preocupes —dijo él—. La mayoría de los demonios tampoco.

El vampiro VIP se acercó, con esa sonrisa que parecía practicar frente al espejo.

—Sería un honor bailar contigo, humana. —Tomó mi mano con suavidad—. Estoy seguro de que encajamos perfectamente.

Yo retiré la mano tan rápido que casi me arranco un dedo.

—No, gracias. Tengo… alergias.

—¿A qué? —preguntó él, curioso.

—A seres que pueden chuparme la sangre. Cosas pequeñas.

Su sonrisa se ensanchó. Maldición.

El director intervino antes de que la situación romántico-incómoda siguiera escalando.

—Lía, ven. Necesito explicarte algo importante.

Caminamos unos pasos lejos del grupo, pero no lo suficiente como para sentirme a salvo.

—Mira —dijo el director—. No tienes que hacer todo perfecto. Solo debes mantenerlos distraídos, felices y… vivos.

—¿Vivos?

—Sí… es un tour romántico. No queremos que los huéspedes mueran durante las actividades. Afecta la reputación.

La reputación. Claro.

Porque perder un cliente es malo para el negocio.

Aunque el cliente sea inmortal.

—Te asignaremos un apoyo —continuó él—. Un experto que te ayudará en las actividades. Muy responsable, muy competente…

Antes de que terminara la frase, se escuchó un golpe fuerte.

BAM.

Una criatura salió despedida por una ventana del segundo piso del hotel… cayó en un arbusto… y se levantó cubierta de hojas, tosiendo fuego verde.

—¡NO FUE MI CULPA! —gritó alguien desde arriba— ¡ÉL SE MOVIÓ SOLO!

El director cerró los ojos, exasperado.

—Ese es tu apoyo.

Yo sentí un déjà vu de tragedia.

De los arbustos emergió un chico joven, de cabello despeinado, ojos amarillos brillantes, y una sonrisa entre culpable y orgullosa.

—¡Hola! —me saludó, sacudiéndose las hojas—. Soy Tarek, tu asistente. Mitad demonio, mitad… bueno, algo.

—¿Algo? —pregunté.

—Todavía no lo decido —respondió él con total naturalidad.

El director suspiró.

—Tarek tiene… entusiasmo.

—Y habilidades explosivas —agregó él con una sonrisa.

Yo, muy seria:

—¿Explosivas como talento o explosivas como peligro?

—Ambas.

Fantástico.

Me tocó el asistente que podía destruir el hotel accidentalmente.

El director me entregó un walkie-talkie con forma de corazón.

—Mantente comunicada. Si algo se sale de control, me llamas.

—¿Qué significa “algo”? —pregunté.

—Cualquier cosa que respire, flote, grite, te persiga o empiece a brillar.

Eso era casi todo el tour.

El vampiro VIP se acercó otra vez, inclinando la cabeza.

—¿Lista para nuestra primera actividad, humana?

Yo respiré profundo. Muy profundo.

—¿Cuál de todas es primero? —pregunté, temiendo la respuesta.

Tarek revisó la carpeta.

—Aaaah… sí. Empezamos suave.

—¿Suave? —pregunté.

Él sonrió nervioso.

—Paseo en góndola etérea. Pero… hay un pequeño detalle.

—¿Qué detalle?

—Eh… el lago está… vivo.

Yo parpadeé.

—¿Cómo que vivo?

—A veces trata de comerse las góndolas. ¡Pero tranquilo!

—¿Tranquilo?

—Hoy solo está hambriento un poquito.

El vampiro tomó mi mano, como si fuera lo más romántico del mundo.

—Vamos, mi heroína. Juntos sobreviviremos al almuerzo del lago.



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En el texto hay: comedia fantástica, romántica paranormal

Editado: 08.11.2025

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