CAPÍTULO VII

Día 4:

Emanuel despertó, pero al despertar pego un gran grito al cielo pues dentro de su refugio había una cabeza de un caballo, Emanuel patio la cabeza afuera del refugio para luego salir corriendo, solo para ver que el cielo ya era 100% rojo, toda la vegetación estaba muerta, el aire soplaba de una manera agresiva y los animales por alguna razón peleaban entre si.

Emanuel ya estaba desesperado pues ya no había ni comida ni agua, y tenía miedo que si bajaba los animales le hicieran daño, solo que derrepente sintio qué alguien los estaba mirando, volteo a mirar a todo lado pero no veía nada, hasta que detrás de su refugio vio un gran oso pardo, con grandes dientes, unas enormes garras, un pelaje alborotado, y una agresiva mirada.

Emanuel al verlo intento no alarmarse y fue retrocediendo lentamente para no alterar al oso, pero mientras caminaba por accidente uno de sus pies rompió una rama, y el simple sonido de una rama rompiendose el oso se alteró y levantó una de sus patas, y luego rasguño a Emanuel muy cerca del cuello.

Emanuel al ver que lo rasguño salió corriendo, pero el oso también salió corriendo para comerse a Emanuel, Emanuel mientras corría fue tirándole pequeñas piedras, pero mientras más piedras lanzaba más molesto se ponía el oso, Emanuel siguió corriendo al punto en el que ya casi llegaba al fin de la montaña donde estaba.

Al llegar al bosque todos los animales que estaban peleando, al ver al oso salieron corriendo lo cual alegró a Emanuel pues pensó que entre todos lo iban a matar, pero aun así estaba asustado pues el oso no se despegaba de el, hasta que la suerte decidió sonreir le a Emanuel y hizo que un venado se callera y el oso se distraiga, lo cual ayudó a Emanuel a alejarse de él oso varios metros...

"ESTA VEZ TE SALVASTE EMANUEL PERO EL SIGUIENTE DÍA SERÁ PEOR"

ATT:El diablo.