-Diannabell. - me llamo con esa voz que me derrite, no Diannabell no debes de pensar en eso me reprendo mentalmente.
-Se puede saber que significa todo esto señor Rumanosvky. - le dije cuando llegué a su lado.
-Sabes que puedes llamarme por mi nombre Dianna, me haces sentir como un viejo y además ya no estamos en el trabajo para que tengas que hablarme de usted, así que toma asiento por favor. - dijo ayudándome a sentarme.
La verdad que todo esto no me da buena espina, sé que algo está tramando Ethan y esto me pone de los nervios de punta el no saber que puede ser, ya que el solo viene a esta casa cuando son cosas verdaderamente importantes de las que quiere hablar, pero no entiendo absolutamente nada el porqué de que todo se vea tan romántico maldición.
-Bueno ya estamos sentados, ahora me puede decir para que hizo que Jack me trajera aquí. -la verdad es que estoy demasiado nerviosa.
-Qué te parece si primero cenamos y después te digo el motivo por el cual estas aquí, te parece bien. - me dice.
-Está bien. - le digo.
Cenamos hablando de diversos temas, la verdad es que fue extraño, pero, hablamos como si fuéramos una pareja o algo así, pero había un poco de tensión de mi parte la verdad no sé cómo explicarlo, pero desde que llegue aquí tengo un presentimiento y la verdad no sé si es bueno o malo. Ya cuando estábamos acabando de cenar escucho pisadas que se acercan hacia donde estamos, pero no son las pisadas de los camareros que nos han estado sirviendo la cena sino son las pisadas de unos tacones, cuando volteo a ver la causante de tal sonido me quedo con la boca abierta, porque la maldita bruja se tenía que aparecer aquí.
Dirijo mi mirada hacia la cara de Ethan y veo que está mirando a Clara con cara de disgusto, se levanta de la mesa no sin antes dirigirme una mirada como de disculpa.
¿Se puede saber qué diablos haces en mi casa Clara?
-Ethan amor por que me hablas así, solo vine a darte una sorpresa, pero, creo que la sorpresa me la lleve yo, se puede saber qué hace está aquí. -espeto refiriéndose a mí.
-En primer lugar, tú no tienes ningún derecho de venir a mi casa sin yo invitarte siquiera, en segundo lugar, tu y yo No somos nada, No fuimos nada y No seremos nada para que me andes llamando amor, y en tercer lugar Respeta a Diannabell.
- ¿Y por qué he de respetarla? - espeto.
-Porque estas en mi casa y porque ella es mi mujer. - le espeto y yo no hago nada más que quedarme muda ante lo que acaba de decir, ¿que yo soy su mujer?