Por unos instantes vi todo oscuro, hasta que abrí los ojos y me encontré en un jardín de flores.
––– hay ay ya aya ay...
Este jardín era hermoso, había flores de todo tipo y color, no había nadie alrededor y solamente me levante.
––– hola... hay alguien...
Pero nadie contestaba a mi llamado, y solo camine por allí.
––– ¡espera estoy...! debajo de la plataforma, por fin puedo encontrarme.
Camine por el jardín y de repente las flores empezaron a susurrar. Me les acerque sutilmente.
––– yo no fui.
––– se lo comió el gato.
––– se cayó solo.
––– estaba corriendo y se fue de cabeza.
Las flores me hacían recordar nostálgica-mente, las mentiras que decía de pequeño y algunas de ahora. Cada Flor decía algo diferente, había de varios tamaños. Este lugar me parecía que era la manifestación de las mentiras que he dicho en mi vida, es "el jardín de las mentiras" cada mentira es una flor, cada nueva flor es una nueva mentira, y se ve que he dicho muchas.
––– seremos amigos por siempre.
Las flores se cerraron de un momento a otro y el jardín quedo en silencio. Seguí caminando por todo el lugar y el cabo de un rato me encontré con una silueta blanca, que parecía una persona sin rostro.
––– oye, ¿sabes cómo salir de este lugar?
––– ¿qué quieres? ––– dijo con fastidio.
––– salir de este lugar.
––– ¿quieres salir del subconsciente?
––– si... digo no, quiero salir de este jardín.
––– y a ¿dónde quieres llegar? ––– dijo mientras tomo una regadera y regaba las flores.
––– al interior del subconsciente, el lado oculto.
––– al lado oculto pues... ––– dijo con burla, ––– buena suerte encontrándolo.
––– pero no me dijiste en donde está la salida
––– detrás de ti.
––– Detrás, ––– voltee y no había nada, y devolví la mirada. ––– pero no está allí.