El tutor de japonés

Capítulo 6

Entre todos mis colegas hay varias nacionalidades, pero sin saber por qué, cada uno busca entre sus compatriotas a las personas con las que compartir algo más, supongo que por sentirnos más cerca de casa. En mi caso hay cuatro españoles más, Núria de Barcelona; Silvia de Madrid; Txema de Bilbao y Jairo de Cádiz. Núria y Silvia, igual que Txema y Jairo, comparten además habitación en la residencia. El resto se compone de Celia –mi compañera de cuarto- y Pedro, mexicanos; Damián y Rosa, chilenos; Joselyn y Sebastián, colombianos; Joao y Tiago, de Portugal; y finalmente Elvira y Nancy, de Argentina. Los portugueses y las argentinas también comparten habitación, pero se han tenido que mezclar nacionalidades conmigo y con Celia; con Sebastián y Pedro, y Joselyn con Rosa. Son todos muy agradables y simpáticos y me llevo muy bien con ellos.

Mientras estamos hablando y riendo en la mesa del comedor, Jairo ve una mueca que he hecho al mover mi cuello. Lo del futón comparado con un grueso y firme colchón no va conmigo. Y se ha ofrecido a hacerme un masaje. Se le da bien me ha dicho, aunque la verdad no suelo sentirme cómoda cuando me tocan, quizá porque nadie lo ha hecho…; nadie del sexo contrario y que no tenga parentesco familiar conmigo, claro. Pero estamos aquí para experimentar cosas nuevas, además de ampliar mi currículum académico, ¿no? Así que le he dejado; he abierto y acomodado además mi blusa para darle mejor acceso. La fricción en los músculos de mi nuca está siendo más que agradable. Se nota que Jairo sabe lo que hace, pero de repente noto unos ojos muy rasgados clavados sobre mí. La postura es la siguiente: Yo delante de mi compañero y ambos sentados en horizontal sobre el banco de madera que hay frente a las mesas, y en la mesa de enfrente Takeshi con un grupo amplio de chicos y chicas japoneses que hablan en su idioma.

Al principio no le he dado importancia. Nuestro grupo es menos numeroso pero más ruidoso que el suyo. Todos los estudiantes estamos hambrientos y emocionados de encontrarnos juntos en un rato distendido, pero la cara de mi tutor de japonés es cada vez más difícil de valorar. Los nipones son una cultura reacia a mostrar emociones, pero Takeshi está haciendo un esfuerzo titánico por no mostrar lo que siente. ¿Por qué me mira así? ¿Es a mí a quién mira? ¿Estoy haciendo algo malo?

-A ver, parejita –nos dice Celia- Si queréis os damos intimidad…

-¿Intimidad para un masaje? –la digo mientras mi cara se endurece.

Jairo se ríe. ¿Hay algo de lo que no me estoy enterando? ¿Estoy siendo demasiado moderna? ¿He pasado del aislamiento a la sociabilidad demasiado rápido? Me siento confusa, y la mirada asesina de mi tutor no me está ayudando. De pronto algo llama la atención de sus amigos y también dirigen sus miradas hacia nosotros.

-¿Ocurre algo? –le pregunto sutilmente a Jairo.

-Que yo sepa no –me dice.

-¿No ves cómo nos miran?

-¡Déjalos que miren! ¡Igual nunca se han hecho un masaje! –alza la voz emocionado.

-No sé… Algo anda mal y no sé qué es…

-¿Quieres que subamos a tu habitación y acabo el masaje allí?

-No pueden entrar chicos a la residencia –digo como buscando cualquier excusa para que no averigüe que ya no duermo allí.

-Seguro que esa norma no se cumple siempre… –me dice bajando la voz y susurrando las palabras en mi oído.

Rápidamente mi mente emite señales de alarma. ¿Jairo está coqueteando conmigo? ¿Y cómo me siento yo al respecto? ¿Es eso lo que mira Takeshi y sus amigos?

-¿Estás flirteando conmigo Jairo? –le pregunto con el mismo murmullo que él ha utilizado conmigo.

-¿Te molestaría mucho? –me dice sonriendo.

Y no sé qué contestar. Todavía no he analizado la situación y no sé si como nueva experiencia quiero añadir liarme con un gaditano al que posiblemente no veré nunca más.

-Las clases empiezan en cinco minutos –me dice Celia salvándome de tener que contestar.

-¡Vamos entonces! –la digo.

A la una del mediodía empezamos con Yoko el “Taller de proyectos audiovisuales”. ¿Y qué es un proyecto audiovisual? Pues el proceso de creación de contenidos audiovisuales para distintos canales como cine, televisión, espectáculos o plataformas multimedia. Para llevar a cabo un proyecto audiovisual hay que tener en cuenta las cinco normas: Contar con un buen guión; confeccionar un buen plan de producción; delimitar su duración; saber de qué recursos disponemos y por último, cuidar al detalle la postproducción. La producción audiovisual se realiza en tres fases: Planificación o pre-producción; Ejecución o producción; Montaje y Edición o post-producción. La profesora nos ha puesto en parejas, y entre Celia y yo tenemos que diseñar en todo el cuatrimestre un anuncio publicitario para la televisión, de un refresco típicamente japonés a base de leche descremada, ácido láctico y agua, que se consume mucho por aquí, pero que en occidente no se conoce. En Japón se llama “Calpis”, pero para el mercado internacional se nos ha ocurrido cambiarlo a “Carpe” y añadir “Diem”. Aprovecha el tiempo y refresca tu día es nuestro eslogan.

 

La última asignatura del día es “Social Media”. Un término amplio que abarca redes sociales y plataformas de comunicación en línea, donde el contenido es creado por los propios usuarios, que facilitan la edición, la publicación y el intercambio de información. El principal objetivo del Social Media marketing es establecer un vínculo; una conversación con potenciales clientes o usuarios. Hay tres tipos de Social Media: Para publicar; para compartir y para conectar.




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