El Último Aliento

06. Consecuencias.

MADDISON. 

Las consecuencias siempre se hacen presentes sin importar cuán lejos estes o el tiempo que las retengas.

Aprieto con mayor fuerza el reposabrazos y mi vista sigue fija en mis tenis que no dejaban de aparecer y desaparecer en mi campo de visión.

—¿Creyeron que eso era chistoso? —Siguió el director gritando, sus gritos retumbaban en la pequeña habitación que se hacía llamar su oficina.

Llevábamos más de una hora aquí metidos, después de todo gracias a las cámaras de seguridad que hay en cada rincón de esta escuela vieron de la manera más clara posible como Larry lanzaba un encendedor en uno de los botes de basura de aluminio. Y como aquel individuo incita a las demás personas a hacer más atrocidades de las cuales ninguno de los dos (Conan y yo) sabíamos.

—¿Chistosos? —Repitió Larry de forma divertida, parecía estar saboreando cada una de las letras en su paladar y después su sonrisa malévola surcó sus labios—. Mejor dicho: ingenioso. Ningún alumno se atrevería a hacer tal cosa, por ello es algo ingenioso, ¿no, señor director?

La burla en la voz de Larry resonaba por cada rincón mientras que la cara roja por la furia del director se hace más colorida, sus ojos marrones transmiten tanto y nada de ello era positivo para nosotros. Luke le da un codazo en las costillas a Larry, pero él simplemente se encoge de hombros como si no hubiera dicho nada de lo que dijo hace unos segundos atrás.

El humo parecía salir de las orejas del director al no ver nada de arrepentimiento en las acciones del culpable, al contrario, se la estaba pasando de lo mejor. Larry en su mayoría no suele ser tan problemático o incitar a personas a que hagan lo que él quiere, siempre se va por la manera más pacífica de encontrar alguna solución ante la situación que presentemos, pero al parecer todo esto había superado por mucho su paciencia. Y por una parte lo entendía, pero por la otra sabía que sus acciones no fueron de lo mejor.

—¡Joven Black! —Siguió gritando, al parecer hoy no hablaría como alguien normal—. Este es un asunto sumamente importante y delicado. ¿Qué hubiera pasado si los bomberos no hubieran llegado a tiempo? ¿Qué hubiera sucedido si alguien se encontraba dentro de las instalaciones? ¿Usted se iba a ser cargo de las consecuencias?

Larry se inclina un poco mientras pega las palmas de sus manos en sus muslos y ve al director con superioridad. No se iba a disculpar.  

—No pretendo disculparme con usted ni con nadie. Para empezar, nada de eso hubiera sucedido si usted que se hace llamar el director de esta escuela entonces debió de tomar cartas sobre el asunto sobre los estúpidos periodistas que rondan cada perímetro de esta escuela, pero ¿qué es lo que usted hace? Nada, solo se queda de brazos cruzados viendo como personas ajenas al personal de la escuela rodean el lugar con cámaras, pero como eso le hace propaganda a su escuela gratis prefiere hacerse de la vista gorda.

El rostro del directo era un poema fácil de leer. Todas las palabras que dijo Larry eran la verdad, siempre dejaba que esos periodistas se salieran con las suyas a pesar de las advertencias que les daban nuestros padres sobre demandarlo, pero parecía que esas palabras le entraban por un oído y le salían por el otro.

—Para la siguiente no será un pequeño incendio, tengo el poder suficiente para manejar a todos los alumnos y que hagan exactamente todo lo que quiero y si quiero con un chasquido puedo hacer que lo despidan.

Larry no se quedó a esperar la respuesta del director y salió todo molesto cerrando la puerta de un portazo que me hizo dar un brinquito en mi lugar. Creo que el hecho de que Larry siempre este bromeando o sonriéndoles a todo mundo lo hace mucho más temible y latente cuando se enoja. Sin esperar a que las palabras se dignaran a salir de la boca del director nos marchamos de ahí, Luke corrió por los pasillos destrozados por el fuego hasta perderse en una curva. 

Mis pasos eran lentos y cada una de las palabras de Larry se reproducían dentro de mi cabeza buscando una pizca de que estaba bromeando o solo lo estaba diciendo para que tomara cartas en el asunto, sin embargo, no encontré nada de ello, solo eran palabras frías y distantes, llenas de amenazas y advertencias. Las pequeñas luces rojas se comenzaron a encender en mi cabeza al ver como Larry estaba golpeando el Rolls Royce que pertenecía al director, cada golpe que soltaba era con odio, Luke intentaba detenerlo, sin embargo, Larry estaba tan sumido en todos esos sentimientos negativos que invadían su cuerpo en ese momento que quizás y no era consciente de lo que estaba haciendo. Conan fue hacia Larry y enrolla sus brazos alrededor de su abdomen alejándolo del auto lujoso.

En cuanto estuve a menos de medio metro de distancia de él tomé su rostro entre mis manos, su respiración estaba tan agitada que temía que le diera un paro cariaco en ese instante. Sus ojos evadían los míos y eso me comenzaba a molestar, aparté su cabello que se le comenzaba a pegar en su frente por culpa del sudor que se comenzaba a acumular en la zona de su frente y cuello.  

No quería que se metiera en más problemas solo por el enojo del momento, sabía que se arrepentiría después y no quería eso.

—Si quieres desquitar tu enojo hazlo con el maldito saco de boxeo en vez de estar golpeando un auto tan feo —siseó Conan cerca de su oído. Su voz era calmada, pero estaba conteniendo su molestia.




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