MADDISON
Las fuertes voces de los actores me retumban los tímpanos, hago una que otra mueca cuando llega la parte de la acción por lo fuerte que se escucha, meneo un poco la cabeza para ver a mis dos hermanos que estaban muy concentrados en la gran pantalla. Ninguno de los dos pestañeaba como si lo hicieran, se perderían de una parte muy importante de la película.
Agarro otro puñado de palomitas que preparó Mason y me las meto toda a la boca, unas cuantas caen en mis muslos y sin despegar los ojos de ese par las tomo y las meto en la boca. Niego con la cabeza al ver que Addison mueve la mano para agarrar palomitas, pero no las encuentra. Reclino más mi asiento e intento cerrar los ojos con todo el ruido.
Mientras que nuestro padre tomo en cuenta nuestras peticiones para hacer salas en su casa para que nos sintiéramos cómodos, nuestra madre la hizo a su modo. En la casa de papá hay cuatro salas completamente diferentes y cada una de ellas es del mismo tamaño. La sala de cine fue idea de Mason, quien ama ver películas de acción y terror. La sala de spa fue idea de Addison que, aunque no venía mucho a Cleveland, se le asignó su propio espacio en donde pudiera relajarse. La sala de “adultos” que sugirió Mason para meter varios juegos de billar y demás, hay veces en las que me da curiosidad de meterme y ver todo lo que hay allí adentro escondido solo para ellos, pero cada una de las veces que lo intente fui atrapada por uno de los hombres de la casa, y por último la sala literaria (ese nombre lo eligió mi papá porque está lleno de estanterías con libros) es mi propio espacio, pero cuando estoy en casa de papá casi nunca me meto ahí porque prefiero estar pegado a él que andar leyendo.
—¡¿Murió?! ¡¿Cómo es posible que haya muerto?! ¡No! ¡Claro que no! —Escucho las quejas de Mason, abro los ojos para verlo tirar de su cabello mientras niega consecutivamente, rehusándose a aceptar aquel final que le dieron al personaje—. ¡Es el personaje principal, ¿cómo pudo morir de esa forma tan horrible?! ¡El personaje principal nunca muere! ¡Nunca debe de morir por el bien de la trama!
Mi hermano puede verse rudo e intimidante, pero tiene corazón de pollo. Llora por todos los finales, sin excepción y en especial cuando los guionistas creen que es buena idea matar al protagonista. Me hago hacia adelante para poner mi mano sobre uno de sus hombros. Cuando caen las primeras lágrimas, la risa de Addison se escucha. Mason le da un manotazo a la chica que se encuentra a su lado y se limpia las lágrimas con el dorso de su mano.
—Los protagonistas a veces tienen que morir por el bien de la trama y el desarrollo de la historia y de los demás personajes —me oigo decir, pero de igual forma la garganta me quema al decir esas palabras.
Sé el dolor que provoca la muerte de un personaje ficticio, sea de una película, serie o libro. Duele de la misma forma.
Una melodía triste nos abraza mientras los créditos de la película se deslizan por la pantalla, los hombros de Mason suben y bajan a gran velocidad, contiene todos sus sentimientos y una astilla me penetra el corazón al ver sus ojos cristalizados y llenos de agua salada.
La pantalla se pone totalmente negra y antes de que uno de los tres pudiera quitar la película para posiblemente poner otra, sale la escena post crédito. El protagonista sale en la toma, está tirado en el desierto y una rama le perfora el abdomen, las moscas rodean el cadáver y las hormigas aparecen. La sangre mancha la arena amarillenta, pero antes de que se acabara la escena, el protagonista mueve uno de sus dedos y cuando la cámara apunta su rostro, él abre los ojos abruptamente, con eso la pantalla se pone completamente negra y concluye la película.
—¡Está vivo! ¡Jonathan está vivo! ¡Joder, claro que sí, porque ningún personaje principal debe de morir! —Exclama lleno de vida otra vez, una sonrisa de oreja a oreja se posa en sus labios y aplaude unas cuantas veces antes de echarse para atrás y colocar sus antebrazos sobre sus ojos ocultándolos, posiblemente este llorando otra vez, pero ahora de alivio y felicidad.
—¡Era clarísimo que iba a vivir, Mason! —le palmea Addison el abdomen unas cuantas veces—. Los únicos personajes principales que mueren son los de los libros de Madd, fuera de ahí todos sobreviven de una u otra manera.
Mi cara se desforma por lo que ha dicho, me siento demasiado ofendida y dolida por partes iguales, porque es la verdad.
—¡Eres un ser muy cruel, Addison! —la apunto con mi dedo y le tiro unas cuantas palomitas que se quedan atrapadas en su desordenado cabello.
—Sin ofender, Hormiguita, pero los finales de esos libros sí que son desgarradores y muy mierdas —ahora fulmino a Mason, ojalá si se hubiera muerto de verdad su personaje para que se le quitara lo burlón al llorón. Coloca su mano sobre mi hombro; de inmediato, muevo mi cuerpo para quitar su mano. Ante mi rechazo, se voltea para ver a Addison que se está comiendo las palomitas de mantequilla que quedaron atrapadas en su melena—. ¡Eres muy cruel, odiadora de libros con finales infelices! —chilla Mason dejando en claro que esa es su forma de disculpa.
—¿Odiadora de libros con finales infelices? No se te ocurrió otra cosa más pequeña.
—Lo siento, pero en mí no hay nada pequeño ni corto.
—¡Mason! —lo reprende Addie, se pone de pie y va detrás de él para golpearlo, sus pisadas se van desvaneciendo hasta que se dejan de oír por completo.
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Editado: 03.03.2025