El Último Aliento

26. Un plan fallido

Notita: les recomiendo escuchar la canción "I'll Do It All Over Again" de Mindme cuando Luke tome a Madd de la mano para que no se vaya :)

Dejo esto y me voy, ¿okay? Disfruta ;)

MADDISON

Ni siquiera sabía lo que estaba haciendo, no tenía un plan en concreto o algo para salir de ese lugar ilesa.

Han pasado dos días desde la última vez que vi a Luke y con ello, tuve que mentirle a Larry sobre el verdadero paradero de su hermano. No quería que se preocupara también y que las cosas entre él y sus padres se salieran de control. Aunque, no sé qué fue lo que le sucedió a Luke o cuál fue la circunstancia para que terminara en el hospital, estaba dispuesta a averiguarlo.

Recorro los pasillos del hospital e intento esconderme debajo de la gorra que traigo puesta, pero puede que eso alce más sospechas. Para tener acceso a la planta VIP del hospital, cada visitante debe de tener una tarjeta que te da el mismo hospital y esta tiene un tiempo limitado después de unas horas caduca. Si simplemente me monto en el elevador y presiono el botón dorado que dice VIP, no me llevará a ese piso por falta de la tarjeta mágica. Si las tarjetas no caducarán, podría utilizar la que me dio el hospital cuando Mason decidió descansar en una habitación de esas.

Bajo más la cabeza, al ver que un doctor viene hacia mí, me hago a un lado para darle acceso al elevador y, por mera artimaña, me meto también. Como dicen, si la oportunidad no llega a ti, pues créala. Jugueteo con la vieja tarjeta y me hago mensa cuando el doctor pone su gafete sobre el lector de pases, hago como si colocara también la mía y la luz verde perdura unos segundos más.

Perfecto.

Espero a que el doctor salga primero, subo la mirada y veo que avanza muy lento, me echa un par de miradillas recelosas y parece dudar, pero una enfermera llega a él y le dice algo que lo hace centrarse en la chica que luce cansada. Pongo un pie afuera rápidamente al ver que las puertas se estaban a punto de cerrarse.

A pesar de ser alguien con una enfermedad posiblemente mortal, nunca me han internado en este hospital, ya sea por alguna emergencia o para un chequeo. Sin importar que tan privado sea y toda la seguridad que llegue a tener este hospital, mi madre siempre será una mujer muy precavida en este aspecto, por lo que todo mi control es llevado por una persona que sería capaz de viajar de un continente a otro si algo se me llegase a complicar. Thierry es dueño de una pequeña clínica en París, la cual es muy reservada, pero él solo conoce por encima mi historial médico y mi madre se niega rotundamente a que su esposo se involucre por completo en mi caso.

Así que en este hospital podría ser una intrusa o alguien en busca de información de alguien reconocido que se encuentre recuperándose de algo. El personal del hospital pasa por mi lado, hago como si estuviera viendo el lugar en vez de estar en la búsqueda de alguien.

Suelto un suspiro silencioso cuando veo que cada vez me falta menos para llegar a Luke, solo quiero saber si se encuentra bien o, en todos los casos, saber cómo es que termino metido aquí. Pero no lo obligaré a decirme si es que no quiere, lo menos que quiero ahora es que se sienta incómodo.

Me detengo unas puertas antes al sentir que alguien me seguía. Me doy la vuelta y me arrepiento mil quinientas veces por haberlo hecho.

—¿Qué haces aquí, niña? —De inmediato me estremezco, la voz del padre de Luke me sigue causando el mismo miedo que cuando era tan solo una niña de siete años.

Retrocedo unos cuantos pasos sin disimulo alguno, de todos los padres, de mis amigos, Alvaro Black, es al que más le temo y no es por su gran tamaño o por lo grande que es su cuerpo, es por la manera en que te observa como si estuviera dispuesto a arrancarte la cabeza y devorarte las entrañas.

—N…na…nada —titubeo, el corazón me late con fuerza por el terror que siento.

—Deberías irte, solo se admiten familiares de los pacientes y dudo mucho que alguien de tu familia se encuentre aquí.

Da dos pasos y esos bastaron para que la distancia fuera mínima. Llevo mis manos detrás de mi espalda y pellizco en interior para mantenerme firme en mi lugar y no salir corriendo hacia el elevador y olvidarme por completo de todo.

—Viene conmigo —escucho que dice una voz a mi espalda.

Los nervios explotan en mi interior y, sin decir una sola palabra, doy vuelta y me escondo detrás de la espalda de Scott.

—Bien —dice secamente y pasa al lado nuestro. Mantengo los ojos clavados en la tela del uniforme de Scott hasta que las pisadas del señor Black se dejan de oír por el pasillo.

Suelto un suspiro, doy un paso lejos del cuerpo de Scott y espero que me deje ir sin preguntarme el porqué es que estoy aquí cuando nadie de mi familia se encuentra en este lugar.

—¿Me dirás qué haces aquí?

Meneo un poco la cabeza, negándome a decir una sola palabra.

—No diré ni una sola palabra sin la presencia de mi abogado —intento bromear, Scott es una persona muy reservada y difícil de hacerle reír, por lo que verlo con su expresión nutra de siempre no me sorprende en lo absoluto—. Me tengo que ir, muchas gracias por salvarme del señor malvado. Eres un gran policía.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.