El Último Aliento

28. Pensamientos dolorosos

MADDISON

Continuo con la mirada clavada en los mensajes que acaba de mandar Conan en el chat grupal que teníamos los cuatro, los puntitos siguen bailando en la pantalla junto con el nombre de Conan en la parte superior, dejando en claro quién es el que está escribiendo.

Rascacielos: Tengamos una tarde juntos.

Rascacielos: En mi casa.

Rascacielos: Espagueti blanco, sodas de arándanos, piscina, música y una película de comedia. ¿Piénsalo? 😉

Los puntos desaparecen ante ese último mensaje. ¿Hace cuánto que no nos juntábamos para pasar una tarde para olvidarnos de todo? No nos juntábamos desde el lago.

Pero entonces recuerdo que no estaremos todo, ya que Luke sigue en el hospital a petición de sus padres. Al solo recordar lo que pasó ayer, se me encienden las mejillas y las mariposas revolotean dentro de mi estómago. Después de decirnos eso, salí corriendo de su habitación como si mi vida dependiera de esa corrida, no me importo absolutamente nada, solo quería que todas esas sensaciones nuevas disminuyeran y mi corazón dejara de gritar de alegría, no entendía lo que me estaba pasando en ese instante, tampoco comprendía por qué de repente mi sistema nervioso reaccionaba así ante Luke cuando hace años que lo he tenido cerca y jamás me sucedió eso. Ni siquiera preste atención a las clases de ayer, simplemente mi cabeza se encontraba en otro mundo en donde mis sentimientos eran confusos y por un momento creí que hoy iba a ser diferente, que esa incertidumbre que me carcomía la cabeza por saber que era lo que realmente me estaba sucediendo era real o simplemente mis pensamientos se confundieron y empezaron a imaginar otra cosa ante sus gestos cariñosos cuando siempre ha sido así conmigo o tal vez la ausencia de la presencia de Conan también tenga que ver, quizá estoy confundiendo esas emociones que lo que sentía por Conan de una manera se ha tornado hacia Luke porque últimamente estoy pasando más tiempo con él. Eso debe de ser.

En las clases que tuve hoy no pasó desapercibida mi poca atención en la clase de historia, tanto que Ximena me tenía que pegar en el brazo para que pudiera salir de mi ensoñación excesiva ante ese tema que me sigue causando intriga. El profesor Guzmán, en más de una ocasión, me regañó y fui el blanco de burlas en el salón, pero ni siquiera sus risas burlescas me hacían pensar en otra cosa que o fuera en… Luke y en si mis sentimientos hacia él eran reales o lo estaba confundiendo con Conan.

Parpadeo dos veces al sentir que el móvil me vibraba en la mano, de inmediato lo enciendo y veo la respuesta de Larry.

Larryli: ¿El espagueti tiene mucha crema y jamón?

Rio ante la respuesta tan Larry que escribió.

Rascacielos: ¡Por supuesto!

Mi sonrisa queda suspendida cuando veo que el nombre de Luke aparece en la parte de arriba en color morado porque ahora es el quién está escribiendo. Con el simple hecho de ver el apodo con el que lo tengo registrado, siento un remolino dentro de la panza. Los puntos que bailaban desaparecen y con ello también el nombre de Luke. Me llevo una mano al pecho y la coloco sobre el corazón, ¿cómo es posible que se me acelere tanto con ver solo su nombre? ¿Estoy quedando loca después de tantas pastillas? ¿Mi corazón se emociona con tan poco solo porque ya está delicado?

Suelto de golpe el móvil como si quemara y cae sobre la alfombra que cubre el piso de madera de mi habitación cuando vuelve a aparecer su nombre y el mensaje llega. Al leerlo, una chispa de decepción se cuela por mis venas, a pesar de saber perfectamente que él no podía llegar a la casa de Conan porque simplemente es casi imposible que pueda salir de ese hospital siendo un paciente VIP y que los médicos y enfermeras lo conocen.

Pero, aun así, me desanimo un poco.

Chico lector: Lo siento, no puedo ir, tengo que hacerdisfruten del día.

¿Me cuelo nuevamente al hospital para hacerle compañía?

«Concéntrate, Maddison»

Me regaño mentalmente ante aquel pensamiento tan insensato.

Rascacielos: Es una pena.

Por un momento siento que lo que ha escrito Conan no es lo que realmente siente, porque, aunque ayer no lo haya buscado en la escuela ni hoy, no se ha tomado la molestia por preguntar por qué es que no ha asistido a clases o si se encuentra bien.

¿Solo yo me preocupo por Luke porque sé la verdad? ¿Por qué lo descubrí? Si no supiera que estaba en el hospital, ¿no le mandaría un mensaje mostrando mi preocupación por su ausencia? ¿Actuaria igual que Conan? ¿Con indiferencia? Claro que no. Siempre me he preocupado por ellos tres porque su ausencia siempre es notable en medio del silencio.

Desde ayer no me he atrevido a mandarle mensajes a Luke pase a mi preocupación, porque aún sigo muy nerviosa, pero hago caso omiso al manojo de nervios y me adentro a su chat, sin embargo, cuando estaba por tocar la parte de agregar texto, el escribiendo aparece arriba y los puntos bailan. Me salgo de su chat.

Dejo el móvil boca debajo de la cama y me pongo de pie para ir directamente al gran ventanal que está cubierto por gruesas cortinas grises. Recorro una hoja mostrando lo que escondía. Tan rápido el sol golpea directamente mi rostro, pongo mi mano sobre mis ojos achicados para cubrirlos.




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