Al día siguiente, Helena bajó sola a la piscina. Ares estaba allí, con la chica del restaurante. Él se acercó. -No,
Ares, no estoy acá para vos. Estoy esperando a mi prometido, Adam. -¿Te vas a casar? -preguntó él,
sorprendido. -Sí -dijo ella con un nudo en la garganta.
Si a alguien le gusta dejo mi Instagram de frases
Que se llama frases del alma