El último día

CAPÍTULO V

Antes del día.

-Y bien... ¿existe alguna razón para venir a este restaurante?

La pregunta de Alex hizo que Daniel dejara de tomar agua.

-No, tenía ganas de venir aquí, dicen que hacen unas pastas increíbles.

-También he oído eso. –Digo asintiendo con la cabeza.

-Claro... -Dice Alex.

Después de ordenar, conversamos sobre diversos temas, y después la comida llegó.

De verdad hacían la mejor pasta. No era broma.

Cuando terminamos de comer Daniel tomó mi mano y entrelazó nuestros dedos, después beso mi mano.

-Hace años. –Comenzó a decir Daniel. –Conocí a un buen chico, desde que lo vi por primera vez, supe que seriamos buenos amigos, de esos que duran toda la vida, y realmente es la primera vez que algo de lo que digo se cumple. Alex, siempre voy a estar agradecido contigo.

Mi hermano lo observa con curiosidad.

-Estoy eternamente agradecido por muchas cosas, pero sobre todo por invitarme a tu fiesta de cumpleaños número 17. Debo confesar que cuando desperté esa mañana, no estaba seguro de asistir, pero por alguna extraña razón algo me decía que tenía que ir, porque algo bueno pasaría y cambiaria mi vida.

Nuestra mesa estaba en completo silencio escuchando lo que Daniel decía.

-Lo bueno de ese día, fue que conocí a tu hermana. –Me observa y vuelve a besar mi mano. –Gracias a ti, y sé que tal vez al principio la idea de salir con tu hermana no te agradaba, pero al final lo aceptaste, y déjame decirte que, tu amistad y mi relación con Halana, es lo mejor que me ha pasado.

Alex sonríe mientras asiente levemente.

Al parecer Alex y yo nos quedamos sin palabras, ya que no dijimos nada.

-Gracias por aprobarme como novio de tu hermana. –Dice divertido. –Ahora espero que me apruebes como su esposo.

Alex se queda en silencio sin ni siquiera mover un musculo de su rostro. Mi hermano se aclara la garganta antes de responder.

-Si ella es feliz contigo, yo estoy contento por los dos.

Sonrío y derramo unas lágrimas.

Alex se pone de pie al igual que yo para reunirnos en un abrazo. Alex jamás me había abrazado tan fuerte. Después se acerca a Daniel y le da un rápido abrazo con palmada en la espalda.

Esa noche Alex ya más tranquilo y emocionado, ordenó al mesero que trajera el mejor de los vinos porque teníamos que festejar.

-Qué lindo que le dijeras esas palabras a Alex.

-Tenía que darle el mérito, gracias a Alex tengo a la mejor futura esposa. –Responde al otro lado de la línea telefónica. –La noche de hoy es una que nunca olvidaré.

-Créeme, tampoco yo la olvidaré.

Después de terminar la llamada con Daniel, decidí llamar a mi madre. No podía guardarle más el secreto, ella tenía que saber.

Primero me dio el sermón más grande del mundo, empezando con que yo aún era muy chica para casarme, y que aún no terminaba la carrera universitaria.

Después se quedó en silencio, pero logré escuchar como sollozaba en voz baja. Ella estaba llorando de felicidad, aún con sus creencias de que yo era joven para casarme estaba muy contenta, ya que sabía que mi relación con Daniel era seria, además de que nunca existieron discusiones fuertes entre Daniel y yo.

Esa noche, tuve el mejor de los sueño. Usaba un lindo vestido blanco de novia, y frente a mi Daniel luciendo un traje negro que lo hacía ver más apuesto.

Ese sueño se haría realidad.




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