Antes del día.
-¡Muchas felicidades!
Escuchaba por todas partes cuando me veían pasar.
Los padres de Daniel decidieron hacer una reunión por nuestro compromiso.
Cuando logré llegar a la planta superior, entré a la habitación que nos habían preparado los padres de Daniel. Cerré la puerta detrás de mí y solté un suspiro.
-Por fin sola. –Hablé para mí misma.
-Es agotador recibir felicitaciones, ¿cierto?
La voz de Daniel me hizo dar un salto del susto. No me había percatado de que él también estaba en la habitación.
-No, no me refería a eso. –Dije de inmediato.
-Yo sí. –Dice divertido. –No pensé que comprometerse traería tantas preguntas por parte de los familiares.
-¡Claro! las preguntas. –Dije riendo. –Creo que me han preguntado más de diez veces la fecha de la boda.
-También a mí. –Rueda los ojos divertido.
Me acerco a la cama y me siento en la orilla de esta. Daniel hace lo mismo, y toma mi mano.
-Hoy te ves muy hermosa. –Me besa la mejilla. – ¿Si notas la diferencia que hace un poco de agua y jabón?
Suelto una carcajada. Amaba su buen humor.
-Por poco no te reconozco cuando entraste a la habitación, parecías otra.
-Déjame en paz. -Dije riendo.
Esa tarde estuvo increíble, cada vez me sentía más parte de la familia de Daniel.
Me hacían sentir en casa. Los padres de Daniel eran las personas más amables del mundo, su forma de ser me hacían sentir tan cómoda, que era imposible no quererlos. Daniel era como sus padres; me hacía sentir de la mejor manera.
Mi madre conversaba con la mamá de Daniel; ellas se llevaban muy bien. Por otro lado, Alex y el padre de Daniel eran muy buenos amigos, ya que al ser mejores amigos Alex y Daniel, casi siempre estaban en la casa del otro.
-¿Dónde está tu anillo de compromiso? - Pregunta una tía de Daniel.
-Aún no tengo uno. -Responder eso me puso nerviosa.
-Esperaba ver la joya en tu dedo, tienes unas manos preciosas, seguro cualquier anillo luciría muy bien en ti.
-Gracias.
Le sonrió de forma amable.
-¿Por qué tan sola, linda dama?
Sonrío.
-Esperaba que alguien llegara a hacerme compañía.
-Perfecto, entonces llegué justo a tiempo. -Daniel sonríe.
Después de algunos brindis y discursos con palabras emotivas por parte de la familia de Daniel, la reunión terminó.
Mi madre y Alex se despidieron y se fueron a casa.
Esta noche la pasaría en casa de los padres de Daniel, en nuestra habitación asignada.
-Estoy muy agradecida con tú familia.
-Nuestra familia, Halana. -Se acuesta de lado para verme mejor.
-Si, nuestra familia. -Sonrío.
Me acerco a dejar un beso rápido en sus labios, regreso a mi lugar para después cerrar mis ojos.
-Buenas noches amor.
-Buenas noches. -Se acerca a besar mi frente. Con sus manos me acerca más a él para dormir abrazados. - Te amo.
Logré escuchar sus últimas palabras, pero el sueño me venció, y ya no respondí.