El Último DÍa De La Tierra

007

—Mamá—Me llamó, la atraje hacía mi y la acurruque contra mi cuerpo. Hice un ruidito con la ganganta para que continuará, Emma dormía mientras Lía y yo velabamos su sueño. Leo estaba afuera cerciorándose de que los muertos se alejaran de la casa—¿Porqué hay personas muertas en el suelo?


 

—¿De dónde sacas eso, mi amor?—No me sentía preparada para contarle a Lía sobre lo que ocurría, honestamente ni siquiera yo sabía que ocurría.


 

—Es que cada vez nos estamos mudando de ciudad a ciudad, cuándo lo hacemos siempre encontramos personas tiradas en el suelo y Leo siempre desaparece y cuándo vuelve y voy afuera ya no hay personas. ¿Esas personas hicieron algo malo?—Acaricie su cabello, ¿Porqué Lía tenía que ser tan atenta y observadora? Me complicaba las cosas, en estos momentos mi mente había hecho corto circuito y no tenía idea de que decirle. En ocaciones cómo está me sentía torpe al lado de mi pequeña, su inteligencia a veces solía ser un obstáculo para mi.


 

—No, no, no—Negué.—Esas personas...—Me mantuve callada, ¿Que diablos podía decirle? No se me ocurría nada, era muy diferente explicarle que su abuelito se había ido al cielo a explicarle que esas personas que alguna vez estuvieron muertas ahora estaban vivas o algo así ... ¿Cómo demonios le explicaba algo que ni siquiera yo entendía?—Esas personas perdieron el color


 

Su pequeño ceño se fruncio, una de mis neuronas había hecho click y no se le ocurrió mejor manera que con colores. Los colores de la vida y eso—¿Perdieron el color?


 

—Ajá. Perdieron el color, es por ello que se comportan de esa manera—Soy la puta ama. ¿Quieres consejos para enseñar a tus hijos de la muerte? Venga, llama a Eva-es-tú-solución y te ayudaremos. 


 

—¿Y porqué perdieron el color?—Su dulce voz sonaba confundida, mi yo interior daba saltos por que era la primera vez que resolvía alguna de sus dudas con rapidez. Estaba ardiendo, literalmente—


 

—Por que no tienen a nadie que los quiera así cómo yo te tengo a ti o a Emma,¿Sabes que puedes hacer para ayudarlos?—Negó, la apreté contra mi mientras tomaba su carita y la obligaba a verme—Las coloreas, le echas color para evitar que lo pierdan. Así funciona esto, coloreas la vida de quién no tiene color para evitar que su humanidad se pierda


 

Salí de la habitación cuándo se quedó dormida, me detuve en seco cuándo lo vi de pie cruzado de brazos apoyado en el barandal de las escaleras. Tenía una sonrisa de lado que te hacía temblar las piernas, toda esa aura misteriosa sólo te daban ganas de conocerlo más.


 

—Si que se le colorea la vida con un buen balazo en la cabeza—Soltó una pequeña risa, muy baja que me sorprendió y me hizo sonreír. Así que él sabía reír, ¿Quién lo diría?—


 

—No podía decirle eso—Me cruce de brazos, eche mi cabello hacía atrás. Bueno, él me ponía nerviosa y yo no me ponía nerviosa con hombres desde que Luke me había jodido—


 

—Fuiste muy astuta en explicarle de una manera delicada lo que está sucediendo, aunque no creo que pueda colorearlo muy fácil—Bromeó. Parecía que estaba de buen humor y yo quería que sonriera y bromeara así siempre. Se veía tan lindo relajado y si esa pose Haz-lo-que-yo-quiero-por-que-si que siempre llevaba. Me gustaba el Leo relajado—


 

—Tú sueles colorearlos muy bien—Bromee, mientras me acercaba a él. Bien, no era buena coquetando, bueno, yo no coqueteaba ni siquiera sabía cómo hacerlo pero heme aquí—


 

—Tú no te quedas atrás—Se cruzó de brazos, sus músculos se flexionaron y evite morderme el labio. ¿Cómo no me fije en sus enormes brazos?—


 

—¿Quieres que vayamos a beber algo?—Señalé con mis dedos escaleras abajo, si desaprovechaba la oportunidad probablemente sería la última vez que habláramos sin que él diga cosas hirientes y yo quiera matarlo—


 

—No—Su tono adquirió aquella frialdad y su cuerpo se tenso, inconscientemente había puesto una barrera entre nosotros. Su actitud relajada se había esfumado dejando en su lugar la actitud fría y distante de siempre—Será mejor que vayas a dormir, yo iré a hacer lo mismo


 

Se alejó de mí y se dirigió por el pasillo que daba a su habitación, sacudi mi cabeza confundida. ¿Que había sido eso? 


 

Adiós al Leo relajado.


 

°°°


 

Las proviciones se nos habían acabado así que Leo creía conveniente que fuéramos a la ciudad por municiones y comida, había un pequeño problema y era que yo jamás había usado un arma en mi vida.


 

Sabía que él aunque fuese un arrogante de mierda y con un perfil tan bueno no iba a poder solo y yo no me consideraba alguien capaz de cuidarle la espalda—Yo cuidaré a Lía. Y Leo cuidará de ti—Me aseguró. 


 

—No me creo capaz de cuidarle la espalda, Emma—Tomé los bolsos de la mesa y me dirigí al garaje, Leo le daba los últimos arreglos a la Jeep para salir—No sé disparar, creo que una mejor compañera sería Emma


 

Él se acercó sin decir nada y sacó su pistola del compartimiento de su pierna, le quitó el seguro mientras me señalaba cómo hacerlo y luego halo el gatillo—Disparar es tan sencillo cómo eso y para recargar, ves esto—Sacó una pequeña cajita del mango del arma—Esto se llama cargador y es el lugar dónde van las balas, si está vacio sólo debes presionar y saldrá, luego podrás recargar ¿De acuerdo?—Asentí—Procuraré darte el cargador lleno siempre ¿Ok?


 

Los alrededores de la casa dónde nos quedábamos eran boscosos y Leo nos había dicho que aunque aquella casa quédase algo alejada de la ciudad era probable que hubiesen devoradores cerca y que por ello debíamos tener cuidado, evitaba que Lía saliera de la casa-al menos no sola- por que el patio se conectaba con el bosque y no podía arriesgarme a perderla.




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