El Último DÍa De La Tierra

012

Habíamos llegado al refugio, un gran portón negro nos dio la bienvenida. Cage-así se llamaba el rubio-nos había acompañado aunque Leo se nego repetidas veces. Bajamos de la Jeep y Leo y Cage fueron los pirmeros en dirigirse al lugar para inspeccionar.


 

—Esto es muy raro—Cage tenía el ceño fruncido mientras observaba el gran portón que nos separaba de los otros supervivientes —Debería haber guardias—Intuyó mientras continuaba viendo los alrededores, todo el lugar estaba desolado y había mucho silencio, cómo si todos durmieran o no hubiera nadie —Probablemente todos estén muertos


 

—No, no, no—Negó Emma incapaz de aceptar que probablemente hubieras llegado muy tarde, después de todo existía la propabilidad de que el refugio no hubiese podido sobrevivir a los devoradores—Entremos. Probablemente ellos estén dentro...


 

—El portón está abierto y hay sangre—Aviso, intentando hacerla entrar en razón pero la verdad era que ese refugio era una esperanza, era una escapada a la realidad que estábamos viviendo y de lo que aferrarnos para no volvernos locos—Éste refugio ya no sirve—La voz de Leo fue monocorde, sin algún tipo de empatía hacía Emma, quién quería aferrarse a algo. Negó—No sirve. Hay que irnos


 

—No puede ser. No puede ser—Sollozo. Me acerqué a ella y acaricie su espalda para reconfortarla pero ¿Cómo podría yo reconfortarla si yo estaba peor que ella?—


 

—Aún podemos entrar y ver si hay sobrevivientes—Sugirió Cage, Leo resopló antes de asentir y encaminarnos hasta el portón, los únicos hombres en el grupo halaron del portón abriendo sus puertas. Trague saliva al ver los cuerpos de varios militares tirados en el suelo cubiertos de sangre, a dónde sea que miraras había sangre y cuerpos, incluso algunos órganos esparcidos.


 

—Voy a quedarme con Lía. No puedo dejarla sola—Informé. Todas las miradas se dirigieron a mi, claro que era una excusa, me negaba a someterme a una situación dónde me vería acorralada y entrará en pánico, esto era diferente, si flaqueaba o me daba un ataque de pánico mi final sería la muerte—


 

—No va a pasarle nada. Necesitamos tú ayuda—Me rasque el brazo indecisa, mordí fuertemente mi labio para después aceptar la escopeta que me tendía y seguirlos. El lugar era tétrico con cadáveres por todos lados y sangre esparcida por todo el lugar, observé horrorizada cómo varios cuerpos de niños estaban tirados en el suelo cubiertos de sangre. A esto era a lo que me refería, a no ser capaz de procesar el horror, a tener que ver los cadáveres de niños que no tenían la culpa de nada, eso era lo que me enfermaba, en lo que nos habíamos convertido. Los chicos se adelantaron mientras Emma y yo cubriamos el perímetro.


 

—Esto es una mala idea—Me queje viendo todo el lugar, tamboliree mi dedo contra el cartucho intentando enfocar mi mente en algo y calmar la ansiedad—Tengo un mal presentimiento


 

—Todo estará bien—Aseguró pero ella sabía cómo yo que todo estaba jodido, que esto era lo único que nos daba esperanzas y nos alejaba de la perdida de la cordura y ahora nos lo habían arrancado de las manos—


 

Unos minutos después los chicos regresaron agitados—Está mierda está infestada de ellos. Hay que movernos


 

Retrocedí tragando saliva, estábamos demasiado lejos de la salida. Eran demasiados metros, me giré para correr hasta la salida pero un pequeño niño me observó fascinado. La vida si que era una hija de puta—No puede ser


 

Se quejo Emma, oí a Leo maldecir para segundos después dispararle y entonces el caos se desató, un sin fín de muertos comenzaron a venir de todas partes. Corrimos hasta la salida-Emma y yo-mientras los chicos disparaban a todos los que pudieran, exhausta me detuve apoyando mis manos en mis rodillas sin aliento. Odiaba correr, no era buena en lo que refería condición física. Los chicos llegaron después agitados y sudorosos.


 

—Asesinaron a todos los que estaba en el refugio. Niños, hombres, mujeres. Todos—Pasé las manos por mi cabello incapaz de creer que no hubiesen sobrevivientes, que no quedaba nadie, que ya no había nada en lo que creer—No lo hicieron solos. Alguien los ayudó


 

—¿A los muertos?—Preguntó brulona, vale, ¿Quién iba a ayudar a los muertos a matar sobrevivientes?—¿Quién demonios va a ayudar a los muertos?


 

—Los mismos que me atacaron a mi. Los mismos que los atacaron a ustedes—Su voz adquirio arrogancia, era cómo si él viese algo que nosotras no, algo que era obvio para ellos y nosotras no lo estábamos viendo—Un puto grupo de desquiciados que se encargan de darles de comer a los muertos


 

—¿Cómo lo sabes?—Mi voz sono rasposa, débil. Esto tenía que ser un castigo de algún ser omnipotente por haber jodido el mundo que habitábamos, no había otra razón—


 

—He investigado. Y les puedo asegurar que no son los únicos desquiciados que andan sueltos—La seguridad en la voz de Cage me dio miedo por que no sólo debíamos protegernos de los muertos sino de otras personas, otros sobrevivientes pero quería ser optimista y me negaba a creer en sus palabras.


 

—Hay que movernos—Su vista estaba fijada detrás suyo dónde venían más muertos, todo se había jodido desde la última alarmaBuscaremos otro refugio


 

Me encamine hasta la salida mientras los chicos se encargaban de aniquilar a todos los que pudieran, a unos metros me giré para cerciorarme de que Emma me seguía pero no fue así, ella veía hacía enfrente incrédula. Me congele cuándo pronunció aquel nombre.


 

—¿Matty?—Parecía incrédula y en shock, observé el mismo lugar que ella y me lleve las manos a la boca horrorizada por el panorama. Matty estaba ahí con su uniforme totalmente ensangrentado y con mordeduras en sus brazos y cuello, trague saliva y vi cómo partes de sus organos colgaban de él. Mordí mi labio intentando no sollozar, Cage y Leo veían la escena confundidos. Emma comenzó a acercarse a él, yo no podía moverme—¿Matty?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.