El Último DÍa De La Tierra

013

Nos dirigiamos a un pequeño pueblo costero en busca de refugio, Cage había dicho que éste estaba lejos de la civilización así que sería poco probable que hubiesen muertos y si los había eran pocos. Habíamos hecho una parada por comida y agua en una pequeña gasolinera que para mi suerte no estaba repleta de muertos cómo todos los lugares a los que íbamos, Cage nos seguía con su Jeep. Lía ya había despertado y preguntado por Emma, lo único que hice fue llorar.


 

Aún nos faltaban unos cuántos kilometros para llegar a la intersección y el panorama seguía siendo el mismo, muertos y sangre. Ya no quería ver más sobre ello, quería despertar de la horrible pesadilla en la que estaba. Me dolía el pecho y me sentía extraña, cómo si fuese a llegar a casa y encontrarme con Emma o llegar al hospital y verla con una sonrisa en mi oficina esperándome para chismear. Era una sensación de inconsciencia, que me alejaba de la realidad.


 

Mi mente me repetía una y otra vez que Emma estaba bien, se negaba a aceptar que ella había muerto en manos de Matty.


 

Sentía un vacio en el pecho, era cómo si la tristeza se hiciera un hueco en mi pecho apoderándose de los buenos sentimientos. No había felicidad o euforia sólo tristeza, me sentía extraña cómo en estado de inconsciencia, cómo si el tiempo se hubiese detenido y yo me encontrara en coma.


 

—¿Que demonios?—Dijo después de frenar de golpe, abrace a Lía contra mi para que no se hiciera daño—


 

Una Jeep estaba estacionada bloqueando el paso, a está le seguían 4×4 y carros pequeños. Leo resoplo antes de retroceder pero otra Jeep le impidió el paso desde atrás, una par de camionetas se colocaron a los costados impidiéndole el paso.


 

《¿Que demonios pasaba?》


 

Un castaño con traje militar bajo de la Jeep y se acercó a la puerta trasera, me vio y sonrió para segundos después abrir la puerta y halarme. Intenté safarme de su agarre pero el tipo tiro más fuerte, mi pequeña se quedó dentro de la camioneta.


 

—¡Hay una niña!—Victoreo. Los demás tipos que lo acompañaban aplaudieron, Leo bajo de la camioneta y lo empujo lejos de mi—


 

—Manten tus putas manos lejos de ella—Sentencio furioso, el tipo rió—¿Te parece muy chistoso imbécil?


 

—Tú cara se me hace familiar—Dijo inspeccionando a Leo más de cerca, chasqueo la lengua y sonrió—¡Eres el jodido muerto viviente!


 

Frunci el ceño,¿Muerto viviente?—Suéltala y lárgate—Exigió pero el castaño no hizo más que pegar mi espalda contra su pecho y sujetarme fuertemente de la mandíbula. Solté un quejido y él lamio mi mejilla mientras veía a Leo a los ojos—


 

—Tú chica está buena—Apreto mi trasero, quise alejarme pero su agarre en mi mandíbula se intensificó provocándome más dolor del que sentía—¿Me la prestas? Prometo devolvertela


 

—¡Quita las putas manos de ella!—Exigió furioso, Lía veía todo con lágrimas en los ojos y yo quería hacer algo para calmarla. Leo intentó acercarse pero el castaño saco un arma y lo apunto—Adelante. Disparame—Pidió con las manos extendidas, el castaño rió. ¿Porqué demonios todo le parecía gracioso?—


 

—¿Morir?—Preguntó incrédulo con aquella sonrisa que escondía algo detrás de ella—Tú no mueres. Eres una cucaracha que no hace más que ver morir a los que ama y es incapaz de morir—Vi a Leo tensarse,¿De que hablaba el castaño?—¿Creíste que no lo sabía? ¡Por Dios! Tú vida miserable era el pan de cada día en la cárcel. El asesino de tú novia fue mi compañero, pobre, dijo que tú chica le suplico...


 

No lo dejo terminar por que se abalanzó sobre él haciéndome a un lado a mi y golpeando la mandíbula del castaño, los otros sujetos que lo acompañaban lo tomaron de los brazos alejándolo del castaño quién segundos después lo golpeo en la mandíbula. Leo no se quejo sólo lo veía con furia,¿De que me estaba perdiendo?


 

El castaño se inclinó lo suficiente cómo para verlo más de cerca—Suplica justo cómo tú noviecita lo hizo. Anda—Pidió. Leo lo escupió en la cara—¡Maldito idiota!—Otro golpe seco en su rostro, intenté acercarme pero los otros sujetos me lo impidieron tomándome de las manos—Quería hacer esto por las buenas pero lo jodiste todo—Se alejó unos pasos de él y le disparo en el brazo, Leo hizo una mueca pero sólo eso. ¿Dónde demonios estaba Cage?—


 

—¡Déjalo en paz!—Pedí entre gritos desesperada, verlo por primera vez vulnerable, siendo amenazado sin él poder defenderse, me apretaba el pecho.


 

—Tú cállate—Me apunto con su dedo—Tú muerte también es inminente—Sonrió. Mi vista viajo hasta mi pequeña que veía todo asustada temblando—Vas a acompañarlo a él y a toda su jodida familia


 

—¡Vete a la mierda! ¡Voy a matarte!—Escupió furioso intentando zafarse, el castaño rió cómo si le fuesen contado el mejor de los chistes y volvió a dispararle pero está vez en la pierna. Era obvio que lo estaba haciendo sufrir, que esperaba que su muerte fuese dolorosa y lenta. Que disfrutaba lastimando a Leo y me sentía impotente por que no podía hacer algo por él fue entonces que unos disparos se escucharon y minutos después un rubio con pose arrogante al igual que su sonrisa y un rifle apoyado en su hombro veía todo divertido—


 

—¿No me digan que me perdí de la diversión?—Se quejó con una sonrisa para segundos después dispararle con demasiada precisión a uno de los sujetos que me tenían sujeta—Soy un jodido francotirador así que te sugiero sueltes a mi chica si no quieres correr la misma suerte que tú amigo—Amenazó con voz autoritaria y demasiado ronca, ¡Dios! No quería admitirlo pero fue realmente sexy y fue cuándo caí en cuenta que me había llamado su chica, ¿En que momento me volví su chica?—


 

—Un payaso se unió a la fiesta, ¡Genial!—Se burló, si había algo que Cage odiara era que se burlaran de él, eso era un golpe al estómago para él.




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