El Último DÍa De La Tierra

024

Leo y Cage habían tenido la grandiosa idea de irrumpir en una de las instalaciones de la C.C.B.R que había a las afueras de Río, además de que las instalaciones de la C.C.B.R contaban con un sistema de seguridad computarizado y era imposible hackear el sistema, también había sido sede para las investigaciones de los devoradores lo que nos aseguraba una muerte inminente.


 

Me había negado a aquella absurda idea pero ambos idiotas tenían un poder de convencimiento increíble, terminaba de colocarme el estúpido chaleco cuándo Cage entró con una sonrisa arrogante—Cierra la boca o voy a golpearte


 

Él acortó nuestra distancia y acomodó el chaleco, sus ojos se mantuvieron fijos en los míos hasta que decidí cortar la conexión por que estaba muy molesta con él—Podemos encontrar respuestas


 

—No quiero respuestas si tengo que sacrificar a alguien, Cage—Cargué las armas ante su atenta mirada, Cage había entrado a mi habitación en la mañana con un traje militar que constaba de unos pantalones camuflados, una camisa verde y botas negras militar.


 

—La C.C.B.R es la única que nos puede dar respuesta, Eva. Sé que no quieres perder a nadie pero los sacrificios son necesarios para que alguien más viva—Ate mi cabello en una cola alta y me encamine hasta él, deslice mis manos desde su abdomen hasta detenerme en sus hombros y tirando del cuello de su camisa lo acerqué a mí, su nariz rozando la mía y él con una sonrisa en los labios.


 

—Más te vale mantenerte vivo, Cage Evans—Amenace, él rodeó mi cintura y besó mi mejilla antes de susurrar en mi oído con aquella voz ronca. 


 

—Cómo me pones cuándo te vuelves mandona—Reí y me aleje de él para golpearlo, él sonrió mostrando sus dientes perfectos y yo me puse de puntas para besarlo en la mejilla.


 

—Hablo en serio, Cage. Mantente vivo, por favor


 

Madeline y las otras chicas iban a quedarse con Lía, Nathan nos acompañaría aunque le pedí a Leo que no lo lleváramos con nosotros. Luke no nos acompañaría por que había ido a uno de los pueblos aledaños en busca de juguetes a algún libro de colorear para Lía, esa era su manera de arreglar las cosas con Lía y el otro rubio era demasiado idiota cómo para hacerlo algo por alguien más que no fuera sí mismo. Cage iba en el asiento trasero parloteando sobre los traseros que patearia mientras Leo lo callaba diciendo que sólo hablaba estupideces.


 

Ambos eran unos idiotas.


 

Y los amaba.


 

Unas tres horas después, cuándo el sol estaba en su máximo punto y te podía rostizar el cerebro, Leo estacionó la Jeep en el estacionamiento de la que había sido la inversión más grande el país. La C.C.B.R, un laboratorio de más de millones de dólares, construido con el fin de prevenir virus y enfermedades capaces de acabar con la población, aquel edificio de cristal de ocho pisos se levantaba frente a nosotros.


 

Todo su alrededor era boscoso, creo que era la única zona en todo el país que aún poseía vida, con los árboles levantándose y sacudiendo sus hojas, con el césped tan verde y brillante, con flora tan bonita que iba desde rosas hasta dientes de león. Parecía cómo si en éste lugar el tiempo se había detenido mientras que todo el mundo siguió su curso, así era cómo se veía la vida antes del veintidós de abril. Con vida.


 

—Según lo que nos dijeron, la C.C.B.R despacharía su personal de inmediato por que Némesis I se les había escapado de las manos y con un proyecto imposible de manejar, con personas corriendo el riesgo de ser infectadas, era hora de acabar con todo


 

—¿Destruyeron el proyecto?—Sus ojos se dirigieron a mí, el vídeo que encontré en la cueva de batman de C.B no paraba de reproducirse en mí cabeza. Desde entonces el miedo se había instalado en mi estómago con la promesa de no irse hasta que todo se fuera a la mierda.


 

—Yo mismo lo destruí, quemamos todo lo referente a Némesis I—Sus palabras querían hacerme sentir segura, él quería que creyera en sus palabras pero ¿Y si no estábamos viendo todo? ¿Y si no nos estábamos fijando bien en los detalles?—Némesis I dejo de existir cuándo se volvió en nuestra contra, no te mentiría, fui yo mismo quién acabó con ese proyecto, Eva—La necesidad en su voz envió agujas a mi pecho, no podía dudar de Leo así que aleje toda teoría creada por mi subconsciente y asentí.—Ni siquiera el presidente lo sabía, sólo la C.C.B.R conocía del proyecto. Ningún gobierno o ministro, sólo el laboratorio


 

Le creía. 


 

—Bien—Extendió el mapa del lugar sobre el capo del auto, Cage se posicionó a su lado con una sonrisa antes de posar su mano sobre la de Leo. Mordí mi labios para no reír, ellos eran tan extras—Esté lugar consta con seguridad de escaner de retina y dactilar, es imposible hackear el sistema pero a mi equipo se le dio acceso así que Eva y yo nos encargaremos de la seguridad mientras Cage y el niño van al segundo piso por los archivos


 

Pero yo no me quería separar de Cage.


 

Leo,¿Crees que pueda ir con Cage?—El rubio y el pelinegro, que habían estado concentrados repasando los planos para cerciorarse de que la información estuviera correcta se giraron hacía mi con el ceño fruncido, Cage comenzó a negar.


 

—No vas a ir conmigo, Eva—Sentenció mientras se colocaba su rifle en el hombro y con un ademán le pedía a Nathan que lo siguiera.


 

—¿Porqué no puedo ir contigo?—Continúe siguiéndole, se giró y colocó sus manos en mis hombros creando distancia entre nosotros.


 

—Cage, déjala que vaya contigo—La voz de Leo hizo eco en mis oídos, Cage alzó su rostro para verlo y negó—Es fuerte, incluso más que tú, apuesto a que pateara más traseros que tú 




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