El Último Dragón

Capítulo 9: Amigo de un demonio

En silencio, un rey y un dragón se miraron a los ojos.

-Yo… tengo una historia que contarte.

Dijo el rey y empezó su historia.

Hace mucho tiempo atrás, los humanos abusaron del poder de la magia e invocaron demonios a este mundo. Los demonios pronto se multiplicaron y desearon arrasarlo todo. Fue así como la guerra de los humanos y demonios comenzó.

Iniciada la guerra, los humanos trataron de usar los poderes de los dragones para derrotar a los demonios. Pero los dragones no deseaban unirse a la guerra. Así que los humanos comenzaron a cazar a los dragones para fortalecerse. Con las escamas y huesos hicieron armaduras y armas. Con las garras y dientes, espadas. Comieron la carne y bebieron la sangre de los dragones buscando la inmortalidad y un mayor poder mágico.

Los humanos se habían vuelto locos.

La cacería de dragones se propagó por todo el mundo. Lugares donde antes eran adorados, ahora eran zonas de caza muy visitadas. Los dragones, pasaron de ser sagradas criaturas a simples bestias de destrucción.

Fue así como este mundo comenzó a quedarse sin dragones.

-No voy a mentir… Los demonios también tuvimos algo que ver. Mis antecesores también participaron en la matanza de dragones.

Los demonios ayudaron en la cacería de dragones desde las sombras. Ya que los dragones y demonios son enemigos que no soportan ni verse.

Y el tiempo siguió pasando, hasta que el sexto Rey Demonio conoció al, entonces, último dragón de oscuridad de este mundo.

Contra todo pronóstico, ellos se hicieron amigos.

-Yo era muy joven. Recién me habían coronado cuando lo conocí.

Un joven rey había logrado sellar un acuerdo de no agresión con el último dragón negro, Nox.

-Nox es un apodo. Su verdadero nombre era más largo. Muy~ largo, jajaja.

El pequeño quería morderlo. Pero se contuvo para seguir escuchando la historia.

Nox, el dragón negro, había logrado tener un huevo junto a su compañera. Pero, tras la muerte de su esposa a manos de los humanos, eligió unirse a los demonios.

-No era mi subordinado ni mi aliado. Solo no me metía en sus asuntos y él no interfería con los míos. Y, a veces, intercambiamos favores, jajaja Fueron buenos tiempos.

El Rey Demonio y el dragón se habían hecho amigos.

Más su amistad era un secreto. Porque un dragón y un demonio no pueden ser amigos, solo la enemistad existe entre ambas razas.

-¿Por qué un demonio y un dragón no pueden ser amigos?

Preguntó el pequeño curioso.

-Porque somos distintos. Para los dragones, no hay nada más indigno e inmundo que un demonio. Tan solo mírame y dime lo que ves, ¿qué sientes al verme? ¿No te doy repulsión?

El pequeño no pudo ocultar el disgusto que le provocaba el olor que provenía del rey. Era un olor muy desagradable y siniestro.

-Soy un demonio, un ser repulsivo y pecaminoso. Una criatura grotesca, indigna del amor y repudiada por Dios. Aún si puedo cambiar mi apariencia, no puedo ocultar lo nauseabundo que soy.

Él era un ser miserable.

La profunda soledad que vio en esos ojos negros, era algo que el pequeño podía comprender.

-Aún si hueles mal… Yo si quiero ser tu amigo.

Aquellas palabras sacudieron el corazón del Rey Demonio.

-Ja… jajaja. Pequeño dragón, no deberías ser tan confiado con un demonio. Tu padre te resondraría si estuviese aquí, así que yo lo haré en su lugar.

Y el rey liberó al pequeño dragón de su jaula.

-Si somos amigos no puedo tenerte encerrado.

-Si somos amigos invítame a comer.

El pequeño ya no pudo ocultar más el hambre que tenía. Llevaba mucho tiempo sin comer decentemente.

-Entonces, terminaré mi historia en el desayuno.

Y tuvieron un abundante desayuno mientras charlaban. Ambos tenían un gran apetito.

Generación tras generación, un nuevo Rey Demonio es escogido tras la muerte del anterior. Bellinor, el sexto Rey Demonio, había logrado que Nox, el dragón negro, apoyara a los demonios en la guerra contra los humanos. Esto fue favorable para los demonios, pero convirtió a toda la humanidad en enemigos de Nox.

-Nox no podía volver con los humanos, ni podía quedarse con nosotros. Así que escogió una guarida secreta para esconder a su hijo.

Una pequeña isla sin nombre dentro del territorio de los demonios.

-Sé que está dentro de mi territorio, pero no sé dónde está. Tengo muchas islas bajo mi bandera, pero no en todas tengo gente.

El Rey Demonio Bellinor conquistó la mayoría de las islas para apoderarse de las rutas marítimas de los humanos. Su plan es dejar a la humanidad atrapada en los continentes, controlar el comercio marítimo e invadir con su ejército desde las costas.

-En realidad, fue tu padre quién me ayudó a conquistar las islas.




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